¡®Robot Dreams¡¯: un precioso canto a una amistad y una ciudad perdidas
Pablo Berger adapta la novela gr¨¢fica de Sara Varon y logra una emotiva pel¨ªcula de animaci¨®n que nos devuelve al Nueva York de los ochenta
Sin di¨¢logos, tierna, sabia, adulta e infantil. Dicho as¨ª parece f¨¢cil, pero Robot Dreams, cuarto largometraje del director bilba¨ªno Pablo Berger, es un logro art¨ªstico complejo: una pel¨ªcula de animaci¨®n que remite a personajes de trazos sencillos y a emociones puras y profundas. Una historia sobre un perro, un robot y una ciudad que transporta al espectador a un lugar que Berger evoca con inspirada melancol¨ªa.
Dog es un perro que vive solo en el Manhattan de los a?os ochenta y que un d¨ªa decide comprarse un robot para tener compa?¨ªa. La soledad siempre fue especialmente dura en la ciudad que no duerme, en la que Berger vivi¨® durante una d¨¦cada. En ese entorno, el perro y el juguete descubrir¨¢n una feliz y leal amistad que se forjar¨¢ al comp¨¢s de September, hit disco funk del grupo Earth Wind & Fire, y de un Nueva York que Berger reconstruye a trav¨¦s de la iconograf¨ªa pop de una ¨¦poca que resucita cargada de nostalgia: del interior del apartamento donde vive el personaje central a la calle y su fauna, y del metro a la playa en la que se desencadenar¨¢ el drama de esta delicada y preciosa historia.
Pese a ser una pel¨ªcula de animaci¨®n, Robot Dreams no est¨¢ tan lejos de los dos primeros largometrajes de Berger. Sin palabras, como Blancanieves (2012), y retro, como su ¨®pera prima, Torremolinos 73 (2003). Pero sobre todo demuestra la heterodoxia creativa Berger, esa manera de ir por libre que une a todos sus proyectos.
Los dibujos de Robot Dreams son entra?ables, tienen magia, humor y sentimiento. Dibujos que conectan detalles de la cultura popular que florecieron y desaparecieron durante aquella ¨¦poca ¡ªcomo la lata de cola Tab, una bolsa de deportes de Naranjito o los ubicuos boombox de los tiempos del breakdance¡ª, con referentes cinematogr¨¢ficos cl¨¢sicos, como el solitario Charlot y El mago de Oz, cuyo camino de baldosas amarillas se transformar¨¢ en una coreograf¨ªa floral a lo Busby Berkeley con un robot suplantando al hombre de lata y con las Torres Gemelas de fondo, coronando el falso espejismo de la tierra prometida de Oz.
Minimalista en su forma, como las cuatro l¨ªneas de dibujo del pasaje de los pajaritos que nacen junto al robot en la playa, Robot Dreams conduce la candidez de sus ilustraciones y el fetichismo de su nostalgia hacia algo tan profundo como los sentimientos de soledad y abandono y esa incapacidad para borrar de una ciudad las huellas de las personas que nos hicieron felices en ella. Lugares y melod¨ªas a ritmos neoyorquinos de los ochenta, de soul o de salsa. Aunque el coraz¨®n de la extra?a pareja pertenezca a September y a su famosa introducci¨®n: ¡°Do you remember?¡±.
De eso va Robot Dreams, de recordar, aunque duela: una vieja amistad, una vieja ciudad, un mundo anal¨®gico que lidiaba a su manera con la soledad y, como siempre, una canci¨®n que lo abrocha todo.
Robot Dreams
Dirección: Pablo Berger.
Género: drama. España, 2023.
Duración: 102 minutos.
Estreno: 6 de diciembre.
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