Se apaga el cante tr¨¢gico y dolido de Antonio Agujetas
El hijo de Manuel Agujetas falleci¨® el mi¨¦rcoles en Jerez a los 61 a?os. Due?o de una expresi¨®n desgarradora, pas¨® 14 a?os en prisi¨®n, aunque nunca dej¨® de cantar
En pocas ocasiones un cante se ha percibido tan pegado a la existencia de la persona que lo emit¨ªa. La vida de Antonio Agujetas, fallecido el mi¨¦rcoles en Jerez a los 61 a?os, ha sido dura sin paliativos y su decir cantaor conten¨ªa todo el dolor y el infortunio sufridos, un terco destino del que parec¨ªa no poder desprenderse. Su expresi¨®n, de primitivas reminiscencias, fue siempre desgarradora: no pod¨ªa ser de otra manera, pero, a la vez, ¨¦l era capaz de convertir ese desgarro en arte, porque era ¡°de una casta de cantaores que saben llevar su tragedia vital a la supremac¨ªa de la belleza¡±, como defini¨® el poeta Mauricio Gil Cano.
Antonio de los Santos Berm¨²dez, que era su nombre, naci¨® en 1962 dentro de una dinast¨ªa de mucho peso, algo que, sin duda, lo determinar¨ªa. Nieto del legendario Agujetas Viejo e hijo del gran Agujetas (Manuel de los Santos Pastor), ¨¦l se reconoc¨ªa en esa herencia, como dej¨® cantado: ¡°Yo llevo en el coraz¨®n/ herencia de abuelo y padre/ por eso mis cantes son/ ramitas que al tronco salen¡±. Precisamente, junto a abuelo y padre registr¨®, a¨²n adolescente, sus primeros cantes como El Ni?o de Agujetas. Todo parec¨ªa encarrilado, pero, muy pronto, la vida se le torci¨® y, siendo muy joven, termin¨® penando la friolera de 14 a?os en prisi¨®n.
A partir de ese momento, encontramos que, de su personalidad, que se intuye fr¨¢gil, surge una fuerza interior que le lleva a huir de su destino y a luchar por protagonizar una historia de superaci¨®n que, eso s¨ª, siempre estar¨¢ llena de altibajos. As¨ª, durante sus a?os en prisi¨®n, no tir¨® la toalla, sigui¨® cantando, lleg¨® a ganar concursos de cante penitenciario y, debido a ello, particip¨® en el disco Dos gritos de libertad (1998), junto a otro cantaor llamado Jos¨¦ Serrano. Siete a?os antes, hab¨ªa grabado otro estando en prisi¨®n. Con la mediaci¨®n de un m¨²sico paisano, Salvador Rom¨¢n Pali, que producir¨ªa la grabaci¨®n, consigui¨® una semana de permiso para meterse en el estudio junto a la privilegiada guitarra de Mora¨ªto Chico. Registr¨® 10 estilos que son exponente de su largueza cantaora y que muestran su arte en estado puro. Este disco, que pas¨® casi desapercibido, fue afortunadamente reeditado en 2015 con el a?adido de dos temas m¨¢s.
Con su pena cumplida y liberado de adicciones, Antonio inaugur¨® el nuevo siglo con una etapa de estabilidad y un nuevo disco que era promesa de ello: As¨ª lo siento (2001) fue grabado con el apoyo de la Diputaci¨®n provincial (su diputado Juan Garc¨ªa, gran aficionado, apost¨® por la recuperaci¨®n del cantaor) y el de la Pe?a Los Cern¨ªcalos de Jerez, donde el cantaor encontr¨® el calor que necesitaba. El guitarrista fue Alberto San Miguel, el mismo con el que debutara con solo 12 a?os en la Catedra de Flamencolog¨ªa de Jerez y persona fundamental en esa etapa del cantaor, pues lo tuvo alojado en su casa durante a?os.
Nunca le faltaron apoyos de ese tipo a Agujetas. Quiz¨¢s por su fragilidad y sensibilidad, pero, sobre todo, por la fe que se ha tenido en su arte, siempre hubo personas que quisieron ayudarle. As¨ª Josema Garc¨ªa Pelayo de Estudios La Bodega, donde se reedit¨® el disco con Mora¨ªto, produjo junto a Miguel Fern¨¢ndez, otro de esos apoyos, Por nuestro bien, con la guitarra de Antonio Malena hijo. Ocho cantes con un cierto tinte crepuscular: Antonio, que se puede doler por cualquier estilo, sobrecoge en su estremecimiento. Hay que resaltar que la obra fue grabada ¡°de cuatro a siete de la tarde del 29 de diciembre de 2015, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la muerte de su padre, Manuel Agujetas. Antonio no quiso anular la reserva que se hab¨ªa hecho con anterioridad¡±, seg¨²n reza en la misma carpeta. No cabe duda que ese impacto est¨¢ presente en el cante, de forma especial en la seguiriya.
En sus ¨²ltimos a?os de vida, Antonio Agujetas no dej¨® de alternar periodos de recuperaci¨®n, que lo llevaron a escenarios de primera l¨ªnea, con recurrentes ca¨ªdas. El duro pasado nunca dej¨®, adem¨¢s, de pasarle factura con m¨²ltiples manifestaciones y un deterioro progresivo, pero, entre esas bajadas, siempre existi¨® un hueco para su cante ancestral de antiguo linaje, el que queda ahora en manos de su hermana Dolores y en el hijo de esta, Antonio, Agujetas Chico, como m¨¢ximos representantes.
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