C¨®mo reparar una injusticia ignorada por los pol¨ªticos: haz una buena serie televisiva
El Sr. Bates contra correos, emitida por la cadena ITV, devuelve a primera l¨ªnea de actualidad un esc¨¢ndalo del Reino Unido que arruin¨® a decenas de personas y llev¨® al suicidio a cuatro de ellas. Sunak promete compensar a las v¨ªctimas
Ha hecho falta una buena serie de televisi¨®n para poner rostro y dolor humano a un esc¨¢ndalo cuya complejidad aburri¨® durante dos d¨¦cadas a la clase pol¨ªtica brit¨¢nica y no logr¨® captar la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. ?Y qu¨¦ tiene eso de raro?, se ha preguntado la popular historiadora cl¨¢sica y divulgadora Mary Beard en X (antes Twitter): ¡°Me gustar¨ªa que la gente dejara de expresar con tristeza que ha sido necesario llevar a televisi¨®n el esc¨¢ndalo de las oficinas postales para devolverlo a la actualidad (...) Ese es el verdadero poder del arte dram¨¢tico (cada vez menos financiado p¨²blicamente). La moraleja es: necesitamos subvencionar las artes¡±.
Wish people wd stop saying gloomily that it took Tv to get the subpostmasters to the top of the agenda. This is (as Libby Purves has said I think) the real power of arts and drama (expertise that is being starved of funding) Message is: we need to fund the arts.
— mary beard (@wmarybeard) January 8, 2024
Mr. Bates vs the Post Office (El Sr. Bates contra correos), cuyo primer cap¨ªtulo emiti¨® el 1 de enero la cadena ITV, desat¨® la ira y la tristeza de 3,9 millones de espectadores. El prestigioso actor brit¨¢nico Toby Jones (protagonista en pel¨ªculas como Capote o El Topo) puso rostro y voz a la batalla que durante dos d¨¦cadas libr¨® Alan Bates contra el Gobierno del Reino Unido.
¡°Arrogancia e ignorancia¡±
Las oficinas postales del Reino Unido funcionan como franquicias, operadas por propietarios aut¨®nomos que subcontrata Post Offices Limited, propiedad a su vez del Gobierno brit¨¢nico. A finales de la d¨¦cada de los noventa, la direcci¨®n del ente impuso a todos estos peque?os negocios un nuevo sistema digital de contabilidad y gesti¨®n de inventario llamado Horizon IT, desarrollado por la tecnol¨®gica japonesa Fujitsu. Era un programa l¨®gico y necesario en su objetivo, pero mal desarrollado y poco ensayado, que enseguida provoc¨® duplicidades y errores que alteraron las cuentas.
Entre 1999 y 2015, m¨¢s de mil propietarios de oficinas fueron llevados a juicio acusados de fraude y malversaci¨®n. Los pasivos detectados por el sistema ascend¨ªan a miles, o decenas de miles de euros. Cifras muy elevadas para la peque?a econom¨ªa dom¨¦stica de los franquiciados. En otros muchos casos ¡ªen total fueron 3.500¡ª no se lleg¨® a los tribunales, pero los afectados, temerosos de perder la licencia, hipotecaron sus viviendas, echaron mano de su ahorros o llegaron a entrar en quiebra. Cientos de ellos arrastraron durante a?os antecedentes penales. Muchos tuvieron que cumplir condenas de trabajo en beneficio de la comunidad. Al menos cuatro suicidios han sido vinculados directamente con el caso, definido por los medios brit¨¢nicos como ¡°el mayor error judicial de la historia del Reino Unido¡±.
¡°Siempre he dicho que fue una cuesti¨®n de arrogancia e ignorancia. No ten¨ªa [la direcci¨®n de correos] ni la competencia ni la experiencia necesarias para poner en marcha un programa inform¨¢tico as¨ª. Podr¨ªa haber sido algo bueno, que ayudara a modernizar la compa?¨ªa, pero creo que, entre otras cosas, compraron el sistema m¨¢s barato del mercado¡±, explicaba al programa Good Morning Britain de ITV el verdadero Alan Bates, que puso en marcha la asociaci¨®n Alianza por la Justicia para los Subjefes de Oficinas Postales (subpostmaster, el t¨¦rmino ingl¨¦s con que se conoce a los franquiciados).
Durante a?os, en representaci¨®n de un grupo que concentraba al menos a quinientos afectados, dio la batalla en los tribunales. La direcci¨®n de correos dedic¨® todos sus esfuerzos a evitar caer en el rid¨ªculo, lo que se tradujo casi en un af¨¢n de venganza contra los subcontratados que pon¨ªan en duda la profesionalidad del ente. ¡°Ten¨ªan el dinero, ten¨ªan el m¨²sculo y el poder frente a unos min¨²sculos propietarios que intentaban cuestionarles¡±, cuenta Bates.
En 2019, la justicia brit¨¢nica fall¨® a favor de un grupo de v¨ªctimas. Dos a?os despu¨¦s, una instancia superior confirm¨® en apelaci¨®n la sentencia. Se declar¨® que las condenas hab¨ªan sido injustas, y se allan¨® el camino para posibles indemnizaciones. Durante todo este tiempo, sin embargo, el Post Office del Reino Unido ha arrastrado los pies a la hora de pagar, y no ha dejado de combatir en los tribunales todas las reclamaciones individuales, a costa del erario p¨²blico. De las novecientas condenas judiciales, solo 142 tr¨¢mites de apelaci¨®n han concluido. Se han pagado cerca de 28 millones de euros en indemnizaciones, pero decenas de v¨ªctimas han muerto ya sin haber visto ni una libra esterlina.
Durante todo este tiempo, a la herida se ha a?adido sal, al conocerse que algunas de las indemnizaciones fueron notablemente reducidas despu¨¦s de que se les aplicaran impuestos. O que se llegaron a repartir casi dos millones de euros en bonus a los directivos de correos, y uno de los ¨ªndices para medir esta retribuci¨®n fue precisamente el grado de esfuerzo volcado en luchar contra las reclamaciones de indemnizaci¨®n de los franquiciados.
Un mill¨®n de firmas
Un mill¨®n de brit¨¢nicos han firmado ya una petici¨®n, que el Gobierno de Rishi Sunak contempla con buenos ojos, para retirar la Orden del Imperio Brit¨¢nico a Paula Vennells, que adem¨¢s de exempresaria y exsacerdotisa anglicana, fue directora ejecutiva de la Post Office desde 2012 a 2019. ¡°Nuevas pruebas han demostrado que correos se vio implicado en un encubrimiento masivo que produjo las condenas injustas de centenares de trabajadores que fueron encarcelados, se arruinaron y, en algunos tristes casos se llegaron a quitar la vida¡±, ha dicho Chris Wormald, presidente de la comisi¨®n parlamentaria de Confiscaci¨®n de Bienes y Privilegios, la encargada de impulsar la retirada de honores.
El propio primer ministro, Rishi Sunak, ha confirmado que ha dado la orden al responsable de Justicia de su Gobierno, Alex Chalk, para que estudie la forma de acelerar la llegada de ayudas y compensaciones a las v¨ªctimas del esc¨¢ndalo.
Y las ramificaciones pol¨ªticas no cesan. El actual l¨ªder del Partido Liberal Dem¨®crata, Ed Davey, actualmente en pleno auge ante la previsible derrota electoral de los conservadores en las elecciones previstas para finales de a?o, fue secretario de Estado de Asuntos Postales entre 2010 y 2012, y muchas de las v¨ªctimas han reclamado su dimisi¨®n.
El actor Toby Jones ha reconocido que formaba parte de los millones de personas que ignoraron durante a?os en qu¨¦ consist¨ªa ese esc¨¢ndalo. Escuchar la palabra Post Office en las noticias supon¨ªa que, inevitablemente, dejara de prestar atenci¨®n a algo que, a la fuerza, ten¨ªa que ser tan tedioso y poco estimulante como la propia instituci¨®n. ¡°Es impactante entender lo escandaloso que es este asunto. Y cuando la gente vea la serie, si hemos hecho bien nuestro trabajo, presenciar¨¢n un af¨¢n de venganza y una falta de sentido en todo lo ocurrido que te hacen preguntarte c¨®mo es posible que no se hablara m¨¢s de todo esto¡±, dice.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.