Audrey Hepburn: el mito se hizo c¨®mic
Una novela gr¨¢fica repasa, con el asesoramiento del hijo peque?o de la actriz, la vida de la estrella desde su infancia durante la Segunda Guerra Mundial hasta su postrera labor humanitaria
Un rostro cuadrado y unas cejas. Truman Capote defini¨® as¨ª la cara de Audrey Hepburn (Bruselas, 1929-Tolochenaz, 1993). Tan sencillo como contundente, el comentario sarc¨¢stico del escritor, que se opuso a que la actriz protagonizara la adaptaci¨®n de su novela Desayuno con diamantes, ha sido, en cambio, la base sobre la que Christopher, uno de los grandes del c¨®mic franc¨¦s, ha dibujado a la estrella en el ¨¢lbum Audrey Hepburn (Aloha Editorial), escrito por la suiza Eileen Hofer y que ha contado con la colaboraci¨®n de Luca Dotti, hijo peque?o de Hepburn y guardi¨¢n de sus secretos.
Hepburn no tuvo una infancia f¨¢cil, por m¨¢s que su madre procediera de un hogar adinerado. Su padre, un gal¨¢n embaucador ingl¨¦s, dej¨® atr¨¢s a su familia cuando la actriz ten¨ªa seis a?os. Durante la Segunda Guerra Mundial, Hepburn vivi¨® con su madre y sus dos medios hermanos en Arnhem, en los Pa¨ªses Bajos, donde escondi¨® sus or¨ªgenes ingleses hablando solo en neerland¨¦s. ¡°Sus padres eran ambos filonazis¡±, cuenta Eileen Hofer por tel¨¦fono desde Ginebra. ¡°Y aunque su madre se arrepinti¨® con el tiempo, Hepburn qued¨® traumatizada por esa deriva ideol¨®gica¡±.
M¨¢s a¨²n, la deficiente alimentaci¨®n durante el conflicto b¨¦lico acab¨® con su futuro prometedor como bailarina. ¡°Anne Frank es una figura muy presente en Audrey. Por edad, por vivencias de la invasi¨®n alemana, por la cercan¨ªa geogr¨¢fica en la que viv¨ªan... Hepburn podr¨ªa haber muerto tambi¨¦n durante la guerra: bail¨® para recaudar fondos para la resistencia, por ejemplo. Por eso, cuando Otto Frank le propuso encarnar a su hija en la gran pantalla, hubo un momento de duda resuelto con una negativa: la actriz ya era demasiado mayor¡±. El volumen dedica muchas p¨¢ginas a su infancia y adolescencia ¡°porque ah¨ª se molde¨® su personalidad¡±.
Toda la biograf¨ªa de Hepburn est¨¢ recorrida por esa sensaci¨®n de ¡°?y si...?¡±. Como confirma la guionista, ¡°estuvo muchas veces en el momento adecuado en el lugar preciso¡±. Pero, insiste, ¡°al azar le acompa?an su talento y su perseverancia. Fue a la contra de los c¨¢nones de belleza, de lo establecido, incluso a la contra de sus maridos¡±. El primero, el tambi¨¦n actor Mel Ferrer, dirigi¨® con mano de hierro la carrera de su esposa. ¡°Ha sido bastante interesante escribir sobre ¨¦l porque en los a?os cincuenta la mujer se quedaba en casa¡±, explica Hofer. ¡°M¨¢s a¨²n, no ganaba m¨¢s dinero que su marido. Lo contrario a este matrimonio. Mel era mayor que ella, llevaba m¨¢s tiempo actuando y, por un lado, vigil¨® sus proyectos, cuid¨® la carrera de su esposa, aunque, por otro, ¨¦l suplicaba tener peque?os papeles en las pel¨ªculas de ella, y de ah¨ª surgi¨® la amargura masculina que acab¨® con la pareja¡±.
En las p¨¢ginas de la novela gr¨¢fica hay, por supuesto, reflejo de sus grandes ¨¦xitos ¡ªVacaciones en Roma, Desayuno con diamantes, Charada, Una cara con ¨¢ngel, My Fair Lady, Dos en la carretera, Sola en la oscuridad, Robin y Marian¡ª, de su amistad y su colaboraci¨®n con dos genios, el modisto Givenchy y el cineasta Billy Wilder, y de su ansia eterna por ser buena madre. ¡°Desde el principio, Christopher y yo entendimos que necesit¨¢bamos tener a su familia a favor y poder consultarles detalles. Hay gente de todo el mundo que conoce hasta cada pantal¨®n que us¨® en sus pel¨ªculas. Luca, el hijo de su segundo marido, Andrea Dotti, nos dio acceso hasta a los pasaportes de su madre y de su abuela, con los que pudimos concretar fechas de viajes que se contradec¨ªan en biograf¨ªas precedentes¡±, apunta la guionista. ¡°Como su madre, es un tipo educado en la humildad, siempre estuvo disponible. Compartimos los tres muchas horas de zooms y Luca siempre nos agradeci¨® el esfuerzo. Lo poco que hemos ficcionado ha sido con su consentimiento. Y nos corrigi¨® algunos errores, como que Audrey cuando caminaba jam¨¢s fumaba, algo que tampoco hac¨ªan las mujeres de su generaci¨®n y que nosotros hab¨ªamos dibujado mal, o nos cont¨® numerosas an¨¦cdotas de su infancia en Italia, de la cari?osa relaci¨®n entre su madre y las criadas, por ejemplo¡±.
De Italia, Hepburn emigr¨® a mediados de los setenta a Suiza, donde ya ten¨ªa una casa en Tolochenaz, harta de la persecuci¨®n de los paparazis y temerosa de que secuestraran, para pedir un rescate, a sus hijos.
?C¨®mo se afronta un mito? ¡°Christopher es un dibujante de l¨ªnea clara, y eso ayuda a plasmar a Hepburn. Yo estuve un a?o investigando y redactando. Porque ten¨ªa que escribir un libro para gente que no conociera a la actriz y a la vez para fans irredentos. Un ejemplo: solo hizo dos pel¨ªculas con Wilder, pero yo vi toda su filmograf¨ªa para entender el ascendiente de Lubitsch en ¨¦l, y su eco en los filmes con Hepburn. No quer¨ªa defraudar a nadie, y deseaba que al final se entendiera que tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, su af¨¢n fue vivir una existencia completa. De ah¨ª su labor como embajadora de Unicef, en la que se volc¨® en sus ¨²ltimos a?os. Incluso, desahuciada por el c¨¢ncer que sufr¨ªa, realiz¨® un ¨²ltimo vuelo humanitario a Somalia¡±.
La creaci¨®n de esta novela gr¨¢fica ¡ªde 320 p¨¢ginas y cuidada edici¨®n¡ª se asemeja a la vida de la retratada en la concatenaci¨®n de acontecimientos casuales. Hofer, cineasta de larga trayectoria, hab¨ªa escrito previamente un tebeo sobre la bailarina cubana Alicia Alonso. ¡°Una amiga me dijo que para resolver unas dudas que yo ten¨ªa sobre un proyecto, la mejor fuente era una mujer que viv¨ªa en el sur de Francia. La llam¨¦, le pregunt¨¦ y ah¨ª qued¨® la cosa. Cinco d¨ªas despu¨¦s, un s¨¢bado por la ma?ana, me fui con un grupo de amigos al distrito de Morges, a media hora de Ginebra, a orillas del lago Lem¨¢n. Mirando en internet qu¨¦ hacer, descubr¨ª que hab¨ªa una ¡®ruta Hepburn¡¯, que hab¨ªa residido y fallecido all¨ª, algo que yo desconoc¨ªa. Y justo cuando la empezamos me llam¨® esa mujer y me explic¨® que acababa de desayunar con su marido, que era el dibujante Christopher, que estaba buscando una guionista para realizar un c¨®mic sobre Audrey Hepburn, y que hab¨ªa pensado en m¨ª. Me dio un ataque de risa, y le confes¨¦ la sincronizaci¨®n del momento. As¨ª arranc¨® el proyecto¡±.
Ahora Hofer, que habla perfecto espa?ol tras estudiar en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, est¨¢ enfrascada en un nuevo c¨®mic, centrado en la compositora y cantante chilena Violeta Parra: ¡°Otro cruce del azar, porque su gran amor era de Ginebra, donde vivo. Fue otra mujer poderosa, como Audrey, y otra luchadora contra la injusticia y la desigualdad¡±.
Babelia
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