Una empresa de exploraci¨®n submarina asegura haber localizado los restos del avi¨®n de la pionera Amelia Earhart, desaparecido en 1937
El monoplano en el que viajaban la pilota y aventurera estadounidense y su segundo podr¨ªa estar a casi 5.000 metros de profundidad en el Pac¨ªfico suroccidental
?ltimo vuelo, el libro publicado en Estados Unidos en 1937 con sus entradas de diario y otras notas de la pionera de la aviaci¨®n Amelia Earhart, durante su intento fallido de ese a?o de sobrevolar en solitario el Pac¨ªfico, se cotiza a casi 200 euros en el mercado de segunda mano en su edici¨®n espa?ola, una reliquia de la vieja colecci¨®n de literatura de viajes de Ediciones B. Es de los pocos t¨ªtulos sobre Earhart publicados en castellano, a diferencia del alud de obras en su pa¨ªs, donde su desaparici¨®n en 1937, a los 39 a?os, en aguas del oc¨¦ano, dio lugar al nacimiento de un mito.
Aviadora, aventurera, dise?adora; guapa y vivaz como una actriz de cine mudo, Amelia Earhart, nacida en 1897, en Atchison (Kansas) ya era leyenda antes de que el monoplano Lockheed que pilotaba, con Fred Noonan como segundo de a bordo, desapareciese sin dejar rastro el 2 de julio de 1937 en el transcurso del vuelo entre Lae (Nueva Guinea) y la peque?a isla de Howland, un atol¨®n coralino situado en mitad del Pac¨ªfico, entre Pap¨²a Nueva Guinea y Haw¨¢i, donde iba a repostar en su planeada vuelta alrededor del mundo, que habr¨ªa sido la primera a los mandos de una mujer. Pero el final sin final del aparato y sus dos ocupantes forj¨® un mito agrandado por las preguntas que dej¨® el suceso. Muchas m¨¢s que respuestas: en 2018, una investigaci¨®n forense revel¨® que los huesos hallados en el atol¨®n de Nikumaroro pod¨ªan corresponder a la pionera que hizo sombra al mism¨ªsimo Charles Lindbergh.
Una empresa de exploraci¨®n submarina de Carolina del Sur especializada en prospecciones submarinas asegura ahora haber dado con los restos del avi¨®n, a unos 4.800 metros de profundidad, en un lugar no revelado del Pac¨ªfico suroccidental, pero que coincide con el ¨²ltimo plan de vuelo conocido del bimotor. La obsesi¨®n infantil de Tony Romeo, due?o de esta compa?¨ªa, Deep Sea Vision, por el misterio de Earhart le hizo vender su compa?¨ªa inmobiliaria y reinvertir las ganancias en la misi¨®n de satisfacer la inc¨®gnita. Una difusa imagen amarilla del sonar, que parece delimitar el contorno de una aeronave parecida al emblem¨¢tico Lockheed 10-E Electra de Earhart, ha sido la recompensa casi in extremis de la misi¨®n de 100 d¨ªas que un equipo de Deep Sea Vision emprendi¨® en septiembre.
Romeo, hijo y hermano de pilotos, due?o de una licencia privada de aviaci¨®n, asegura que el contorno detectado coincide casi al 100% con el dise?o del biplaza, incluida su caracter¨ªstica doble cola, pero entre los expertos y exploradores hay razones para el escepticismo, dados los precedentes de numerosas expediciones que han vuelto con las manos vac¨ªas: m¨¢s de una veintena desde 1988, con especial hincapi¨¦ en 2012, cuando la entonces secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, apoy¨® la nueva b¨²squeda del Grupo Internacional para la Recuperaci¨®n de Aeronaves Hist¨®ricas. Los numerosos aficionados a las haza?as de pioneros dan por bueno el intento de Romeo, aunque solo sea por reivindicar de nuevo los logros de Earhart. Sea como fuere, la b¨²squeda de los restos de la primera mujer que cruz¨® el oc¨¦ano Atl¨¢ntico a los mandos del Friendship, en 1928, ha comenzado de nuevo sin que se hayan apagado nunca los ecos de su vida: hace dos a?os, la subasta en Cleveland de un gorro de cuero que llev¨® la aviadora durante su traves¨ªa atl¨¢ntica alcanz¨® los 825.000 d¨®lares (762.000) euros.
Un dron de nueve millones de d¨®lares
Romeo compr¨® a una empresa noruega un dron submarino por el que pag¨® nueve millones de d¨®lares. El aparato se llama Hugin 6000 y como su nombre ingl¨¦s indica, tiene capacidad de penetrar en la capa m¨¢s profunda del oc¨¦ano, a 6.000 metros de profundidad. En septiembre, una tripulaci¨®n de 16 personas inici¨® una b¨²squeda de aproximadamente 100 d¨ªas, peinando m¨¢s de 13.468 kil¨®metros cuadrados del fondo marino. El sondeo se limit¨® a la zona que rodea la isla de Howland. Cuando el equipo revis¨® los datos del sonar en diciembre apreciaron el borroso contorno amarillo de lo que parece ser un avi¨®n. ¡°Al final, obtuvimos una imagen de lo que creemos firmemente que es el avi¨®n de Amelia¡±, declar¨® Romeo a la agencia Associated Press. ¡°Amelia es la desaparecida favorita de EE UU¡±, sostiene; un enigma rodeado de un mont¨®n de pistas falsas.
Aunque la labor podr¨ªa demorarse a?os si se demuestra que la granulada imagen corresponde al monoplano, los siguientes pasos, costosos y arduos, empezar¨ªan por emplear una c¨¢mara guiada como la que se utiliz¨® este verano para dar con los restos del Titan, el sumergible tur¨ªstico que implosion¨® en un descenso al pecio del Titanic, causando la muerte de todos sus ocupantes. Si las im¨¢genes fotogr¨¢ficas confirman la intuici¨®n de Romeo, el objetivo ser¨ªa sacarlo a la superficie. Resolver ¡°el mayor misterio de la historia de la aviaci¨®n¡±, en palabras del explorador, puede dar respuesta a preguntas tales como si Earhart y su copiloto lograron romper la escotilla y escapar tras el impacto contra el agua del aparato. Pero el empresario va m¨¢s all¨¢ y quiere averiguar qu¨¦ sali¨® mal aquel 2 de julio de 1937, despu¨¦s de que la aviadora comunicase por radio que se dispon¨ªa a repostar en la isla de Howland porque se estaba quedando sin combustible.
La infructuosa b¨²squeda de la Armada estadounidense en el lugar dio pie a las teor¨ªas m¨¢s disparatadas: que fueron abducidos por extraterrestres (desde H. G. Wells causaba furor en EE UU el popular subg¨¦nero de la ciencia ficci¨®n pulp); que Amelia sobrevivi¨® y se refugi¨® en Nueva Jersey bajo una identidad falsa; que ambos fueron fusilados por los japoneses, o incluso que murieron de inanici¨®n tras recalar en una isla como n¨¢ufragos. La versi¨®n oficial del Gobierno fue que el avi¨®n de Earhart y Noonan cay¨® al mar.
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