Los cinco pasajeros del sumergible ¡®Titan¡¯ murieron por la implosi¨®n de la nave a causa de la presi¨®n externa
El operativo de b¨²squeda continuar¨¢ para localizar y recuperar los cuerpos, adem¨¢s de determinar las circunstancias que condujeron al siniestro
La operaci¨®n de b¨²squeda y rescate del sumergible Titan lleg¨® este jueves a su fase final, definitiva, con el hallazgo de cinco grandes restos del aparato a unos 500 metros de la proa del Titanic, adonde se dirig¨ªa cuando el domingo perdi¨® el contacto con la superficie. La falta de aire en el interior de la nave, que hasta ayer parec¨ªa el tope de todos los esfuerzos, hab¨ªa intensificado la v¨ªspera el despliegue de medios humanos y tecnol¨®gicos en aguas del Atl¨¢ntico norte, adonde llegaron nuevos barcos e ingenios operados por control remoto: tres robots dedicados a peinar la zona donde el martes y el mi¨¦rcoles se registraron ruidos de origen desconocido; y uno m¨¢s, capaz de levantar grandes pesos, dispuesto a reflotar la nave si se daba con ella. No hubo ocasi¨®n, pues antes se hab¨ªa desintegrado en el fondo marino, llev¨¢ndose consigo las vidas de sus cinco ocupantes. Uno de los robots, el teledirigido por el barco canadiense Horizon Arctic, encontr¨® este jueves sus restos a una profundidad de 3.800 metros.
El minisubmarino se rompi¨® a consecuencia de una ¡°catastr¨®fica implosi¨®n¡± por la presi¨®n sobre la cabina, un habit¨¢culo con forma de cilindro de poco m¨¢s de 6,5 metros de eslora, 2,8 de manga y 2,5 de altura. Su reducido tama?o, comparable al de una c¨¢scara de nuez a merced del oc¨¦ano, permit¨ªa expediciones submarinas a un coste relativamente bajo, pese a los riesgos estructurales y de homologaci¨®n de los que hab¨ªan alertado previamente algunos expertos. Un juguete caro, a 250.000 d¨®lares el pasaje, que acab¨® convirti¨¦ndose en un ata¨²d flotante.
Entre las cinco piezas ¡°mayores¡± del revestimiento exterior del Titan que se hallaron, como las calific¨® el vicealmirante John Mauger de la Guardia Costera de EE UU, est¨¢n un cono de ojiva, el extremo delantero del casco de presi¨®n y el extremo trasero del mismo, inform¨® Paul Hankins, experto en salvamento de la Marina estadounidense. La misma Armada que detect¨® hace unos d¨ªas lo que consider¨® una implosi¨®n, sin relacionarla con el aparato perdido.
La implosi¨®n, en efecto, ¡°habr¨ªa generado un importante sonido de banda ancha all¨ª abajo que las boyas de sonar habr¨ªan captado¡±, dijo el vicealmirante Mauger, que no aport¨® datos del cronograma del suceso. Los dispositivos de escucha de la zona no captaron ning¨²n indicio de un fallo catastr¨®fico de este tipo, seg¨²n se hab¨ªa informado anteriormente, mientras que los ruidos bajo el agua detectados por aviones de reconocimiento canadienses el martes y el mi¨¦rcoles no parecen guardar relaci¨®n con el colapso de la nave. ¡°No parece haber ninguna conexi¨®n entre los ruidos y el lugar del fondo marino¡± donde se encontraron los restos, dijo Mauger en la rueda de prensa del jueves, en la que transmiti¨® su p¨¦same a las familias de las v¨ªctimas. Los guardacostas hab¨ªan reenfocado la v¨ªspera sus esfuerzos de b¨²squeda en torno al lugar de donde proced¨ªan esos ruidos.
El cofundador de OceanGate, la empresa del Titan, Guillermo S?hnlein, declar¨® a la BBC que es probable que se produjera una ¡°implosi¨®n instant¨¢nea¡± de la nave. ¡°Si eso es lo que ocurri¨®, habr¨ªa ocurrido hace cuatro d¨ªas¡±, dijo. La prioridad del operativo de b¨²squeda es ahora hallar y recuperar los cuerpos, mientras se determina la secuencia de los hechos que llevaron al fatal desenlace. Ni una cosa ni otra va a resultar f¨¢cil, dadas las condiciones meteorol¨®gicas en la zona, con tiempo cambiante, y un entorno, el del lecho marino, ¡°incre¨ªblemente implacable¡±, en palabras de Mauger.
La implosi¨®n es el hundimiento hacia dentro de las paredes por la mayor presi¨®n del exterior, lo que provoca la rotura del casco, fabricado a base de titanio y fibra de carbono. La Guardia Costera estadounidense no alberga dudas sobre la causa del siniestro, aunque entre la localizaci¨®n de los restos y su identificaci¨®n pasaron algo m¨¢s de tres horas, lo que tard¨® la evaluaci¨®n de un equipo de especialistas del mando unificado de rescate. Para determinar que se trataba verdaderamente de fragmentos del Titan hab¨ªa que tener en cuenta que el lecho marino donde reposa el esqueleto del Titanic est¨¢ tapizado de restos de todo tipo, no solo del gran naufragio de 1912. Lejos de la leyenda tejida a partir del siniestro, la zona es m¨¢s una escombrera que un sitio hist¨®rico.
No hay relaci¨®n con los ruidos detectados
Un robot capaz de alcanzar el lecho marino y enviar im¨¢genes a la superficie hab¨ªa sido desplegado horas antes en la zona del Titanic por investigadores franceses. El ingenio, llamado Victor 6000, est¨¢ dotado de dos brazos mec¨¢nicos que pueden efectuar maniobras extremadamente delicadas como cortar o remover restos, tal vez la tarea que permiti¨® delimitar la presencia de los del Titan. Un segundo robot, Juliet, con m¨¢s de 200 horas de exploraciones en los restos del Titanic, no lleg¨® a tiempo al ¨¢rea, de unos 26.000 kil¨®metros cuadrados, casi la extensi¨®n de la Comunidad Valenciana y dos veces el tama?o del Estado de Connecticut. Dos nuevos barcos de Canad¨¢ y Francia se hab¨ªan incorporado tambi¨¦n esta misma jornada, en medio de condiciones meteorol¨®gicas cambiantes. El operativo internacional estaba formado por fuerzas de EE UU, Canad¨¢, Francia y el Reino Unido, adem¨¢s de la flota mercante que operaba en el ¨¢rea.
Pese al tiempo transcurrido desde que el domingo se perdi¨® la pista del sumergible, la Guardia Costera de EE UU, un cuerpo uniformado especialista en labores de salvamento que ha coordinado el operativo, se resist¨ªa a tirar la toalla. ¡°La dif¨ªcil decisi¨®n¡± a la que el mi¨¦rcoles se refer¨ªa, eufem¨ªsticamente, el capit¨¢n Jamie Frederick, portavoz de esta rama del Ej¨¦rcito ¡ªes decir, poner fin a las tareas de b¨²squeda¡ª, no era algo que se hubiera planteado, al menos de manera expl¨ªcita, porque hab¨ªa variables que escapaban al pron¨®stico de la ciencia, imponderables que entraban m¨¢s en la categor¨ªa de los deseos que de la realidad: la posibilidad, por ejemplo, de que los ocupantes hubieran estirado unas horas las 96 horas de aire disponibles, respirando despacio y sin ceder al p¨¢nico ¡ªuna de las cl¨¢usulas del consentimiento para realizar la inmersi¨®n es no sufrir claustrofobia¡ª, o ¡°la voluntad de vivir¡± de los cinco pasajeros que apunt¨®, en un denodado ejercicio de optimismo, el vicealmirante Mauger pocas horas antes del hallazgo de los restos. El aire en la cabina del Titan se agot¨®, seg¨²n fuentes del Ej¨¦rcito de EE UU, a las 7.08 de la ma?ana del jueves, hora local (seis horas m¨¢s en la Espa?a peninsular). La vida de los cinco ocupantes a bordo, puede que muchas horas, incluso d¨ªas, antes.
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