Una historia contada a trav¨¦s de c¨ªrculos o c¨®mics sin vi?etas: viaje audiovisual a las fronteras del tebeo
El atrevimiento narrativo de ¡®El color de las cosas¡¯, la versi¨®n sonora de ¡®Sandman¡¯ o de alg¨²n superh¨¦roe de Marvel, obras de bolsillo y ensayos gr¨¢ficos sobre desigualdad o soledad reivindican el noveno arte como el m¨¢s libre y arriesgado
La mam¨¢ de Simon Hope ha hecho una tarta. Se muestra en la primera imagen: parece deliciosa, con un unicornio rosa en el centro. El lector, sin embargo, debe imaginar todo lo dem¨¢s. Porque la se?ora Daisy y su hijo est¨¢n dibujados como dos c¨ªrculos, igual que el resto de los personajes de El color de las cosas. Vete t¨² a re¨ªr y llorar con figuras geom¨¦tricas durante 230 p¨¢ginas. Por eso, al celebrado primer c¨®mic de Martin Panchaud lo han calificado de punto de inflexi¨®n. Dicen que rompe los esquemas del noveno arte. En esta imagen el lector puede hacerse una peque?a idea:
Aunque, desde hace un tiempo, m¨¢s tebeos se han volcado en explorar sus l¨ªmites. Hay ilustraciones en Sobre la soledad, que dan clases de geopol¨ªtica o desmenuzan la desigualdad; dise?os colosales que se vuelven peque?os, trazos sobre papel y otros sobre pantalla t¨¢ctil. Existen, incluso, vi?etas sin vi?etas: en el c¨¦lebre comienzo de la novela gr¨¢fica Sandman, de Neil Gaiman, el se?or Hathaway levanta una aldaba para tocar una misteriosa puerta. Puede verse en la tradicional edici¨®n de ECC. Pero ahora tambi¨¦n se puede escuchar, en Audible. He aqu¨ª una historieta sin imagen. Algunos lo llaman audioc¨®mic. Otros lo consideran una adaptaci¨®n. Aqu¨ª abajo el lector puede juzgar.
Lo cierto es que el noveno arte parece vivir una especie de era de los descubrimientos. Hay tebeos para todos los gustos. Y los que quedan por concebir. ¡°Es un medio con muy pocos l¨ªmites narrativos y costes de producci¨®n bajos¡±, destaca Panchaud. Lo cual explica, para bien y para mal, tanto atrevimiento. Frente a la literatura, el c¨®mic tiene el doble de posibilidades para experimentar: en el texto, pero tambi¨¦n en la imagen. ¡°Y el lector mismo participa con su mirada. Permite mucho para jugar¡±, a?ade Francisco Manuel S¨¢ez de Adana Herrero, director de la C¨¢tedra ECC-UAH de Investigaci¨®n y Cultura del C¨®mic. Y resulta evidente que el artista que dibuje en su casa puede arriesgar m¨¢s que el que dirige un rodaje donde est¨¢n en juego muchos millones y puestos de trabajo. Solo el videojuego independiente, quiz¨¢s, est¨¦ recorriendo un camino tan personal como incierto. Libertad, a cambio de precariedad. Como ejemplo, una de las s¨¢tiras m¨¢s implacables sobre la pol¨ªtica y hasta la monarqu¨ªa: Primavera para Madrid (Autsaider), de Magius, que termin¨® ganando el Premio Nacional de C¨®mic.
¡°Tengo la sensaci¨®n de que hay mucha m¨¢s innovaci¨®n en el mercado del c¨®mic. Pero a veces viene dada por la propia estructura: una invasi¨®n de novedades, de peque?a tirada, que resulta razonable para una editorial, pero problem¨¢tica para un autor. Aunque le permite dirigirse a un grupo de poblaci¨®n no necesariamente muy amplio¡±, apunta S¨¢ez de Adana Herrero. Para una mayor difusi¨®n, su instituci¨®n inaugur¨® el 15 de marzo una comicteca dentro de la universidad de Alcal¨¢ de Henares, con unos 600 t¨ªtulos, incluidas obras tan experimentales como Domingos con Walt & Skeezix u Hola Siri, que puede verse aqu¨ª abajo.
Al margen de las bibliotecas, los tebeos tambi¨¦n est¨¢n cambiando para acercarse a un p¨²blico mayor. Sellos como ECC o Salamandra Graphic introdujeron hace tiempo una l¨ªnea de bolsillo que Marvel tambi¨¦n acaba de abrazar (a trav¨¦s de Panini, su editora espa?ola) bajo el nombre Essentials: obras m¨¢s baratas y manejables, por supuesto. Con mayor ambici¨®n de alcance popular. Aunque con menos espacio para que luzcan los dibujos. ¡°Realmente, es como el manga de toda la vida. Hace que la lectura sea m¨¢s sencilla y asequible para todos. El c¨®mic puede tener muchos formatos, y as¨ª llegar a manos de otros lectores, como a un adolescente que no pueda permitirse un cierto gasto¡±, subraya Natacha Bustos, historietista e impulsora de debates y conferencias sobre el tebeo. Sirva, para hacerse una idea, esta comparaci¨®n de tama?os. Los precios, evidentemente, tambi¨¦n se reducen.
Las fuentes consultadas, en general, valoran positivamente los c¨®mics de bolsillo. Y, por supuesto, los riesgos narrativos tambi¨¦n resultan bienvenidos: la frescura de El color de las cosas, los dilemas de Heimat, la investigaci¨®n de Algas verdes, Sistemas ocultos o La oscura huella digital; o la revoluci¨®n que supuso una obra como Fabricando historias, de Chris Ware, una caja con 14 tebeos de estilos y formatos distintos, que se juntan para completar una trama.
M¨¢s dudas, en cambio, generan las versiones sonoras. ¡°Es capar su esencia¡±, dice Bustos. ¡°Creo que no es un c¨®mic, sino una adaptaci¨®n. Lo digo como hecho, no en un sentido de valoraci¨®n superior o inferior¡±, agrega S¨¢ez de Adana Herrero. A lo que responde Chris Jones, director de producci¨®n para Europa de Audible, la plataforma de audios de Amazon que acoge Sandman y, en su cat¨¢logo ingl¨¦s, algunos de los m¨¢s famosos c¨®mics de los superh¨¦roes de Marvel: ¡°Entiendo que, a priori, pueda parecer rar¨ªsimo. Pero tiene algo ¨²nico. Cuando escuchas una novela, no puedes evitar imagin¨¢rtela. De un c¨®mic, conoces la parte gr¨¢fica. El mundo que est¨¢s creando al o¨ªrlo es muy fiel a lo que viste, y a la vez es un medio totalmente distinto a cualquier otro. No me planteo que falte la parte visual, ser¨ªa como decirlo de la m¨²sica¡±. En ciertos casos, eso s¨ª, la imagen resulta tan insustituible que un narrador describe el contexto que se ve en la vi?eta. Aqu¨ª, otra muestra de Sandman:
Para reforzar sus argumentos, Jones despliega una lista abrumadora: las voces de estrellas como James McAvoy o Carlos Bardem, decenas de actores, ¡°meses de preproducci¨®n, semanas y semanas de grabaciones¡±, la vanguardia del sonido inmersivo, las melod¨ªas de grandes compositores, la profunda implicaci¨®n del propio Gaiman. ¡°Es un proyecto colosal¡±, agrega. Algo que confirma ?ngela ?lvarez, directora de Penguin Random House Audio: ¡°Exige una cantidad de tiempo y esfuerzo de producci¨®n importante para ser fiel a la obra. El c¨®mic te obliga a sustituir la parte gr¨¢fica por un universo sonoro que tienes que imaginar. En el mercado en castellano todav¨ªa no est¨¢ muy claro que tenga una repercusi¨®n suficiente como para recuperar una inversi¨®n tan grande¡±. De ah¨ª que actualmente su cat¨¢logo solo cuente con la versi¨®n sonora de Warburg & Beach, de Jorge Carri¨®n y Javier Olivares, adem¨¢s de obras infantiles como Elmer. ?lvarez adelanta alguna idea muy ambiciosa, aunque no puede concretarla a¨²n. Por lo pronto, as¨ª suena y se ve Warburg & Beach:
El profesor S¨¢ez de Adana Herrero, en realidad, cree que siempre ha habido c¨®mics innovadores, ya desde Krazy Kat, de George Herriman, publicado hace un siglo y ahora rescatado por La C¨²pula, o incluso antes. Pero a?ade: ¡°Su propio ¨¦xito de masas le puso l¨ªmites, en la asociaci¨®n con un p¨²blico infantil o en una narraci¨®n m¨¢s tradicional¡±. Estereotipos que, en menor medida, a¨²n perviven, pese al Pulitzer que gan¨® Maus, de Art Spiegelman; al c¨®mic sobre ecologismo y energ¨ªa que arras¨® en ventas y en pol¨¦micas en 2022 en Francia: El mundo sin fin, de Jean-Marc Jancovici y Christophe Blain; o a que las obras de Zerocalcare ya han liderado alguna vez la lista semanal de los libros m¨¢s vendidos en Italia, por encima de Ken Follett o J. K. Rowling.
¡°Los c¨®mics brindan una magn¨ªfica oportunidad para comunicar a trav¨¦s de im¨¢genes y texto. De hecho, es un tipo de comunicaci¨®n que encontramos en muchos otros lugares, casi a nuestro pesar, tanto si se trata del montaje de un mueble de Ikea o del plan de evacuaci¨®n de un avi¨®n. Mi experiencia como disl¨¦xico adem¨¢s me confront¨® al lenguaje escrito, al hecho de que una sucesi¨®n de s¨ªmbolos pudiera dar lugar a conceptos e im¨¢genes muy diferentes de su apariencia visual¡±, reflexiona Panchaud. Aunque quiz¨¢s el mejor resumen sean sus vi?etas en El color de las cosas. ?l mismo subraya que no quer¨ªa quedarse en un ¡°ensayo experimental y una curiosidad¡±, sino que el lector fuera descodificando lo que al principio puede parecerle opaco. Como aqu¨ª abajo.
Complejidad, riesgo, ambici¨®n, dilemas. Como en las mejores obras de arte. No por nada, S¨¢ez de Adana Herrero recuerda que casi todos los intentos acad¨¦micos de definir el c¨®mic fracasan: terminan incluyendo obras que no lo son, o excluyendo otras que s¨ª deber¨ªan estar. El profesor esboza una lista de obras peculiares e innovadoras como El color de las cosas, 99 ejercicios de estilo, Las aventuras de Joselito, Ampo o El buen padre. Y, al final, cita al cr¨ªtico argentino Oscar Steinberg: ¡°Es la puesta en fase de dos lenguajes que, en realidad, son intraducibles; y el resultado es la obra art¨ªstica. ?Lo que tiene de bueno la historieta es que es imposible!¡±. Igual que sus fronteras.
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