Hijos de su ¨¦poca
La terna de j¨®venes novilleros estuvo muy por debajo del mansurr¨®n y muy noble encierro de Montealto
Los tres, muy j¨®venes, se presentaban en Madrid, y han toreado poco antes de hacer el pase¨ªllo ante este exigente examen; los tres mostraron buenas maneras, con la entrega y la decisi¨®n propias de la juventud, y, en mayor o menor medida, fueron molestados por el viento, pero ninguno de ellos tiene justificaci¨®n para haber salido andando de la plaza.
Pocas veces se van a encontrar con una novillada m¨¢s apropiada, con tanta nobleza y clase como la que se ha lidiado hoy en Las Ventas; y los tres lo han hecho bien, -enti¨¦ndase el t¨¦rmino en el sentido moderno, tan triunfalista como hueco-, pero no han conseguido enganchar a nadie. Solo Samuel Naval¨®n dio una vuelta al ruedo a la muerte de su primero, un novillo de embest¨ªa con las dos orejas en una bandeja. Se nota que los tres novilleros han toreado mucho de sal¨®n, pero les falt¨® pasi¨®n, ganas de comerse el mundo, y torear en lugar de dar pases y m¨¢s pases. Modernos los tres, hijos de su ¨¦poca, faenas interminables, sopor¨ªferas, insulsas, con detalles aislados, pero sin apenas conexi¨®n con los tendidos.
Bastos, Romero y Naval¨®n dejaron una buena impresi¨®n, pero eso no basta para iniciar una carrera como toreros, demostraron que manejan los trastos con soltura, pero fueron incapaces de dar el paso necesario que separa el buen sabor del triunfo.
El que m¨¢s cerca estuvo fue Naval¨®n, que pareci¨® el m¨¢s experimentado. Le toc¨® en primer lugar un novillo de bandera al que hizo una faena de m¨¢s a menos, desde un emocionante inicio de rodillas hasta las bernadinas finales, con seis tandas intermedias, sobre todo con la mano derecha, en las que destac¨® la fijeza y la humillaci¨®n del novillo en su larga embestida, y muchos, demasiados pases con escasa hondura. Se le pidi¨® la oreja y el presidente, que fue abroncado, no la concedi¨® por la mala colocaci¨®n de la espada. El sexto fue complicado en banderillas, pero embisti¨® con codicia en la muleta, y Naval¨®n lo mulete¨® con m¨¢s voluntad que mando, y tanto alarg¨® su labor que a punto estuvo de escuchar el tercer aviso.
A Diego Bastos le toc¨® primero un bendito, soso de tan noble, con el que solo mostrar buenas maneras; y en el cuarto, que acud¨ªa al cite con celeridad, demostr¨® que su toreo carece de la profundidad necesaria.
Nek Romero se enfrent¨® a otro novillo de categor¨ªa, el segundo de la tarde, que repet¨ªa por el pit¨®n derecho con largura y prontitud, pero todo su quehacer careci¨® de limpieza y conjunci¨®n. Otro novillo de calidad fue el quinto, al que coloc¨® un buen par de banderillas V¨ªctor del Poco, pero el viento fue un convidado muy molesto, y la buena voluntad del torero se torn¨® en una labor irregular.
En fin, que los tres han dejado una buena impresi¨®n, esa que solo sirve para que el entorno de cada cual justifique una tarde en la que no han estado a la altura debida.
Montealto/Bastos, Romero, Naval¨®n
Novillos de Montealto, bien presentados, muy desiguales en los caballos, en los que solo el primero cumplió; muy nobles y con clase en el tercio final, especialmente los lidiados en tercer y cuarto lugares.
Diego Bastos: estocada defectuosa, baja y atravesada y estocada contraria (silencio); estocada (silencio).
Nek Romero: dos pinchazos _aviso_ y dos descabellos (silencio); estocada (palmas).
Samuel Navalón: estocada trasera _aviso_ (petición y vuelta al ruedo); pinchazo _aviso_ dos pinchazos, estocada trasera _2º aviso_ tres descabellos y el toro se echa (silencio).
Plaza de Las Ventas. 14 de mayo. Cuarto festejo de la Feria de San Isidro. Más de tres cuartos de entrada (18.112 espectadores, según la empresa).
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