Ana Garral¨®n, especialista en literatura infantil: ¡°Fantas¨ªa y pedagog¨ªa siempre han estado peleadas¡±
La escritora y profesora reconstruye el papel decisivo de las mujeres en este campo en el ensayo ¡®Las incursoras¡¯
Lleva un tiempo instalada en el pueblo de Monteagudo de las Vicar¨ªas (Soria), pero Ana Garral¨®n (Madrid, 58 a?os) viaja con frecuencia y, esta semana, camino de Lisboa, pasa por la Feria del Libro del parque del Retiro. Su pasi¨®n lectora cuenta que arranc¨® en la primera adolescencia, y, curiosamente, mientras cursaba Magisterio se produjo su flechazo con la literatura infantil y juvenil, una pasi¨®n que ya nunca ha abandonado. En este campo ha ejercido como librera, lectora para editoriales, profesora, consultora, o cr¨ªtica. Autora de Leer y Saber. Los libros informativos para ni?os, entre otras obras, y del blog Anatarambana, ahora, en el ensayo Las incursoras (Las Afueras) Garral¨®n re¨²ne la historia de mujeres que como escritoras, ant¨®logas, editoras, dise?adoras, fot¨®grafas o ilustradoras han contribuido de forma decisiva a crear y difundir libros para ni?os, desde el siglo XVIII hasta 1980. ¡°Me detengo justo en esos a?os en que se produce un crecimiento desorbitado del libro infantil en Espa?a, un pa¨ªs que estaba en los primeros a?os de la democracia y necesitaba lecturas para una sociedad nueva¡±.
Pregunta. ?La literatura infantil le debe tanto o m¨¢s a las mujeres de los salones literarios del siglo XVIII en Par¨ªs como a los hermanos Grimm?
Respuesta. De ah¨ª surge el movimiento de los cuentos de hadas, el germen de las antolog¨ªas que luego se traducen en Alemania e Inglaterra. Ellas son mujeres enfrentadas a los roles que les otorgaba la sociedad, y su esp¨ªritu gu¨ªa a las otras muchas que consiguen conquistar su espacio creativo y revertir la sociedad.
P. ?Hay sitio hoy para las hadas?
R. Deber¨ªa haberlo, porque si quitas ese acervo te quedas con versiones que son apenas literarias en las que se pierde los simb¨®lico, lo m¨ªtico, lo que no se explica.
P. ?El papel de las mujeres en la literatura infantil ha sido obviado?
R. Las mujeres han sido grandes hacedoras como autoras, ant¨®logas, promotoras, editoras, fot¨®grafas o ilustradoras. Han estado en muchos lugares y muchas de ellas como, por ejemplo, Carmen Lyra, que quiso ser religiosa y acab¨® como anarquista revolucionaria, fueron prohibidas y tardaron mucho tiempo en ser rescatadas. Parece que las mujeres valientes solo existen ahora, pero no es as¨ª.
P. Escribe sobre los fotolibros infantiles.
R. S¨ª, en los a?os de la d¨¦cada de 1930 y 1940 hubo grand¨ªsimas fot¨®grafas viajeras. Las mujeres pod¨ªan usar la c¨¢mara para expresarse y los libros para ni?os, que aparecieron entonces, eran una ventana al mundo. En los a?os 80 tuvieron un gran declive.
P. Habla de la llegada del realismo y de otras tendencias literarias a la literatura infantil.
R. S¨ª, el costumbrismo o el realismo cr¨ªtico tambi¨¦n llegaron a los libros infantiles, que siempre van en paralelo a las corrientes del momento. Por ejemplo, hoy la autoficci¨®n y la autoayuda tambi¨¦n asoman en la literatura infantil.
P. ?C¨®mo han cambiado los cuentos?
R. Antes eran m¨¢s abiertos y menos directos, as¨ª que convocaban muchas miradas distintas. Hoy en d¨ªa todo tiene que estar claro, si hay fuego en la historia, quema, no puede decir otras cosas. Los valores est¨¢n muy claros y el resultado son libros m¨¢s planos. Pero fantas¨ªa y pedagog¨ªa siempre han estado peleadas. A la fantas¨ªa siempre se la ha mirado con sospecha
P. ?Hay libros hoy que no se podr¨ªan publicar?
R. ?Pero si se siguen reeditando! Lo que falta son creadores con tanta ambici¨®n como tuvo, por ejemplo, Maurice Sendak. Hoy se escribe y se publica mucho, pero se va a f¨®rmulas que funcionan. Esta bien leer para entretenerse pero hay que desarrollar lectores atentos.
P. ?Por qu¨¦ se pierde el gusto por la lectura superada la infancia?
R. Hay una instrumentalizaci¨®n grande de la lectura en la escuela y los planes de lectura tienen poca chicha. La ca¨ªda es m¨¢s fuerte entre los chicos, a quienes les interesa m¨¢s la no ficci¨®n. Hay que revisar lo que se est¨¢ leyendo.
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