El heavy empuja Zamora con el festival metalero Z! Live
La cita musical atrae a 30.000 personas a la ciudad y la provincia y deja cinco millones de euros en esta parte de la Espa?a despoblada
El heavy ha conquistado Zamora con tropas uniformadas. Hordas de soldados negros, con ropajes oscuros pese a que aprieta el calor con la proximidad del verano, toman posiciones. Abundan las melenas, las huestes se saludan con camarader¨ªa y con los ¨ªndices y me?iques enhiestos a modo de cuernos y corre la cerveza entre esta especie de cosacos sedientos. Los miles de hombres, mujeres y no pocos ni?os arribados a Zamora descubren civilizadamente las maravillas rom¨¢nicas, el peso de la Semana Santa y la gloriosa gastronom¨ªa horas antes de acercarse al escenario para rasgarse las gargantas y agitar el cuello hasta l¨ªmites insospechables. El festival ¡®Heavy Z! Live¡¯ ha roto sus registros gracias a los fieles a un g¨¦nero marginado en la radio generalista pero que sigue teniendo miles de correligionarios. Unas 30.000 personas, la mitad del censo zamorano, han acudido al Z! atra¨ªdas por mitos internacionales como Europe, Avantasia o Kreator junto a grupos nacionales como Leo Jim¨¦nez, Ob¨²s u Opera Magna. Con ellas, un impacto econ¨®mico de cinco millones de euros, potos¨ª en un lugar de escasas bonanzas.
El desembarco del metal se pulsa en las calles. Por aqu¨ª, un men¨² del d¨ªa bautizado como ¡°Men¨² Z! Live¡±, con arroz a la zamorana o ensalada y bacalao a la tranca o solomillo al roquefort, postre y bebida por 20 euros. Los atuendos corroboran la semana tem¨¢tica: imaginer¨ªa mitol¨®gica, demonios de toda ¨ªndole, calaveras a mansalva y caligraf¨ªas g¨®ticas acompa?an a nombres ilustres para el colectivo: Judas Priest, Iron Maiden y Metallica a tutipl¨¦n, Zenobia, AC/DC, Marea o Saurom, entre muchas otras bandas. Las botas negras y los ropajes oscuros representan a visitantes como Amaia Muruamendianaz, de 49 a?os, y Conchi G¨®mez, de 55. Ambas amigas han llegado a orilla del r¨ªo Duero desde Mondrag¨®n (Gipuzkoa), donde algo saben del metal, y las pulseras de sus mu?ecas evidencian la asistencia a muchos eventos como este.
Otros a?os acud¨ªan a Barcelona, pero desde hace dos optan por el Z!; en 2023 la lluvia agu¨® sus expectativas y llegan de muevo a esta cita con ganas de resarcirse y botar y gritar viendo a Hammerfall o Avantasia, dos platos fuertes del cartel. ¡°Es una ciudad muy amable, muy bonita, ahora llena de heavies¡±, agradece Muruamendianaz, bromeando con su amiga sobre las miradas que siguen despertando al pasear. ¡°Es un festival peque?o y bien organizado¡±, aplaude G¨®mez poco antes de dirigirse al autob¨²s especial habilitado por el Ayuntamiento para trasladar a la explanada de este encuentro musical y social. Dentro, m¨¢s ropa negra entre los pasajeros, muchos de ellos veteranos del metal, algo asados cuando el sol achicharra las cristaleras.
¡°Somos gente de paz¡±
El sue?o musical comenz¨® en 2016 gracias a un grupo de heavies con ganas de remover el ambiente cultural de la ciudad. Hoy, su apuesta por un modelo sostenible y con bandas a?o a a?o m¨¢s potentes pero sin abarrotar el cartel ni saturar al p¨²blico, se ha traducido en el respaldo del p¨²blico y la confianza en los promotores de giras de grupos reconocidos. Andr¨¦s Cid, uno de los tres socios organizadores, destaca el despliegue de los hombres de negro desde principios de semana: hay gente que viene desde el lunes ¡ªla cita trascurre de jueves a s¨¢bado¡ª y se entretiene con el turismo y las charlas o conciertos locales ofrecidos por la organizaci¨®n. ¡°La gente se ha acostumbrado, nos portamos muy bien, somos muy majos, no molestamos, el negro va por fuera y somos gente de paz¡±, celebra Cid, pues anta?o la poblaci¨®n local, solo habituada a las telas oscuras de la procesi¨®n de Jes¨²s Nazareno, conocida popularmente como la de los borrachos, se extra?aba ante tanta camiseta negra. Otro socio, Javier Hern¨¢ndez, ejemplifica as¨ª: ¡°Tengo amigos afroamericanos flipando con la Semana Santa y los capuchones, para los de aqu¨ª es lo mismo¡±.
Su compa?ero estima que este 2024, gracias al buen tiempo sin demasiada calorina, habr¨¢ 30.000 asistentes y un impacto de cinco millones de euros. ¡°Repercute mucho en una provincia tan abandonada¡±, agrega, pues miles de espectadores se alojan en los alrededores y descubren Zamora, una joya poco habitual en las gu¨ªas tur¨ªsticas. El Z! Live aprovecha para fomentar productos de proximidad y trabajar con empresas locales, aunque la envergadura de los escenarios provoca la contrataci¨®n de entidades especializadas, pues no hay compa?¨ªas zamoranas con tanta capacidad. Grupos m¨ªticos como Europe han propiciado que muchos lugare?os, quiz¨¢ no tan heavies como s¨ª rockeros cl¨¢sicos, se hayan apuntado, algo no tan habitual.
Hasta los garitos se adaptan a estos clientes ¨¢vidos de cerveza y yantar: ¡°Los bares se hacen heavies de pronto, hay poco reggaeton y tecno y mucho rock y heavy, se reconvierten para dar alegr¨ªa a sus visitantes¡±. El festival coincide con la Feria de la Tapa y alg¨²n cocinero, como en La pinta de oro, se ha unido a la ola: el pincho Back in black, gui?o a AC/DC, conquista paladares. A¨²n queda para ver bandas as¨ª, o Metallica o Iron Maiden, acepta Andr¨¦s Cid: arrastrar¨ªan tal volumen de personas que podr¨ªan desbordar Zamora. Ellos prefieren ser prudentes e irse preparando para no morir de ¨¦xito.
El alcalde, Francisco Guarido (Izquierda Unida), destaca el peso econ¨®mico y ¡°la calidad musical¡± de un g¨¦nero a veces prejuzgado pero muy del gusto del regidor: ¡°Todo lo que sea el ruido y mucha guitarra me va. Estos traen a los primera l¨ªnea y ocupan todos los hoteles, es gente con un atuendo especial, barbas, cuero, pelo largo¡ una ciudad tan conservadora se va acostumbrando. El prototipo de que es conflictivo es todo lo contrario, nunca hubo incidentes y tienen un aceptable nivel adquisitivo¡±. El bolsillo abierto se confirma en la campa del Z!: las barras trabajan sin tregua pero sin grandes colas, con p¨²blico variopinto: desde rudos descendientes de vikingos con tatuajes intimidatorios y bebiendo en cuernos hasta madres amamantando a sus v¨¢stagos o se?ores con pinta de funcionarios de Correos sacando los cuernos a pasear.
La familiaridad de la fiesta se nota hasta en actuaciones de bandas legendarias. Los suecos Europe, con casi 50 a?os de carrera y 25 millones de discos vendidos, saludan a la masa con un amigable ¡°?Qu¨¦ pasa, majos!¡±, acogido con un rugido sorprendido por la cortes¨ªa. En primera l¨ªnea, una se?ora en edad de jubilaci¨®n, concepto desconocido en el rock, enloquece y hace temblar su permanente; de fondo, puestos donde catar arroz a la zamorana.
Babelia
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