Katherine Rundell, la autora que gana premios de literatura juvenil y ama trepar por edificios y tejados
La brit¨¢nica, galardonada por la reciente ¡®Criaturas imposibles¡¯, mezcla aplaudidos libros para j¨®venes con una investigaci¨®n sobre un poeta del siglo XVII y una peculiar pasi¨®n por escalar sin protecci¨®n ¡°para observar el mundo desde arriba¡±
Fiest¨®n. Y, a la ma?ana siguiente, resac¨®n. Katherine Rundell se levant¨® con 21 a?os reci¨¦n cumplidos y un dolor de cabeza infernal. Pero, en vez de vegetar, su cerebro concibi¨® un plan: se sent¨® a escribir. ¡°Recuerdo que iba lenta, claro¡±, se re¨ªa hace unos d¨ªas, en una charla en Madrid. ¡°Pero tambi¨¦n que, de alguna manera, lo sent¨ªa como algo que sab¨ªa hacer, como si me moviera hacia el trabajo que siempre hab¨ªa querido¡±, agregaba. Se pas¨® as¨ª ese d¨ªa. Y el siguiente. Termin¨® volcando en ello un mes entero. Justo el tiempo que ten¨ªa, antes de empezar una beca en el prestigioso colegio All Souls de la Universidad de Oxford. Hab¨ªa sido la mujer m¨¢s joven de la historia en lograrla, con un examen donde hab¨ªa citado desde al fil¨®sofo Jacques Derrida hasta unas galletas navide?as. Ahora, adem¨¢s, ten¨ªa la base de su primera novela juvenil, The Girl Savage. Dos hitos en pocas semanas. Y los que vendr¨ªan.
Con su ¨²ltimo libro, Criaturas imposibles (Destino), Rundell acaba de obtener el premio British Book al mejor autor de 2024. Con 37 a?os, ya ha construido una s¨®lida reputaci¨®n y un estilo tanto literario como personal peculiar¨ªsimo. Han llegado a compararla con J. R. R. Tolkien o con C. S. Lewis (Cr¨®nicas de Narnia). Aunque tal vez lo m¨¢s destacado es que no necesita gu¨ªas ni parangones: sigue su propio sendero.
Lectora de viejos manuscritos en lat¨ªn, pero tambi¨¦n de Paddington. Criada entre Zimbabue y B¨¦lgica, antes de volver a su Reino Unido natal. En las madrugadas, inventa mundos, aventuras y bestias para entusiasmar a los adolescentes. Por las tardes, se dedica a la ense?anza o a proyectos tan sesudos como su galardonado ensayo sobre el poeta metaf¨ªsico del siglo XVII John Donne. Uno de cuyos versos, por cierto, dominaba el cuarto de ba?o de los Rundell para que la peque?a Katherine y sus hermanos lo vieran cada vez que acud¨ªan a lavarse los dientes. Erudici¨®n, en medio de la sencillez. Estudia la literatura del Renacimiento, mientras reivindica con fervor la novela juvenil. Pero tambi¨¦n corona cumbres m¨¢s terrenales: practica el rooftopping. Es decir, trepar sin protecci¨®n hasta el tejado de los edificios.
Alguna vez Rundell ha contado que suele arrancar su jornada dedicando un rato a hacer el pino. Quiz¨¢s por eso el resto del d¨ªa siga mezclando y revolviendo lo que se considera normalmente alto y bajo, elevado y comercial. Uno de sus ensayos se titula Por qu¨¦ deber¨ªas leer libros para ni?os, aunque seas tan viejo y sabio. As¨ª resume la respuesta: ¡°Es literatura para gente que no tiene paciencia por la autocomplacencia o el pseudointelectualismo. Piden algo mordaz, ¨¢gil, ajustado y aut¨¦ntico. Y las mejores obras juveniles son una forma de reflexionar sobre el n¨²cleo de la experiencia humana. Adem¨¢s, en su coraz¨®n est¨¢ la fantas¨ªa. Y al leerlas como adulto puedes regresar en parte a esa inmensidad imaginativa¡±.
Muchos mayores, en realidad, tienen una visi¨®n bastante distinta. La propia Rundell la sufre a menudo. Cuando se presenta como una estudiosa de Oxford, genera asombro y respeto. Si, en cambio, se define como autora juvenil, recibe ¡°la misma sonrisa condescendiente que si hubiera dicho que me dedico a hacer miniaturas de muebles de ba?o con cajas de cerillas para los elfos¡±, lo describi¨® a The Guardian. Ella no ve diferencias en sus distintas facetas como escritora. Dice que se trata de ser aut¨¦nticos, ya escribas de ¡°una plaga en Londres en 1601 o un peque?o drag¨®n¡±. Si acaso, cuida incluso un poco m¨¢s sus obras para ni?os: ¡°No hay que olvidar nunca que puede ser el primer libro para alguien. Algunos lectores me lo cuentan en sus cartas. Les debes al menos ser todo lo divertida, clara, atrevida y honesta que puedas. Y ser consciente, a la vez, de que puedes alejarles de la literatura¡±.
No parece que Criaturas imposibles corra ese riesgo. ¡°Un cl¨¢sico instant¨¢neo, tan cerca de la perfecci¨®n como puede llegar la ficci¨®n¡±, ha sentenciado Waterstones, la cadena de librer¨ªas m¨¢s importante de Reino Unido, al otorgarle su reconocimiento al mejor libro juvenil de 2023. He aqu¨ª la trepidante historia de Christopher y Mal, dos chicos destinados a juntarse en una epopeya. Y en un lugar, el Archipi¨¦lago, donde sobreviven animales extraordinarios y la naturaleza campa a sus anchas. ¡°Quiero escribir libros que agarren a la gente y no la suelten¡±, apunta Rundell. Thriller, asesinos, bestiario, g¨¦nero fant¨¢stico, aventura y magia. De fondo, una oda al medioambiente. Y a la fuerza de la imaginaci¨®n.
¡°Quer¨ªa transmitir un mundo en peligro. Es posible que, para 2050, el tigre se haya extinguido en su h¨¢bitat natural y se haya vuelto mitol¨®gico. Y, a la vez, una amiga cient¨ªfica dice que no tenemos tiempo para el pesimismo. El ser humano es muy capaz de hacer tambalear las cosas. No hay una sola d¨¦cada donde no nos hayamos sorprendido a nosotros mismos¡±, argumenta Rundell. En el libro, ha volcado tantas horas de lecturas sobre antiguos bichos fant¨¢sticos. Aunque, de alguna forma, cree que Criaturas imposibles marca la meta de un camino construido paso a paso.
La hija de un funcionario y una profesora que corr¨ªa descalza por Harare, Zimbabue, sin la supervisi¨®n de los adultos, entre cocodrilos imaginarios y monos, aves, escorpiones y serpientes bastante m¨¢s reales. La chiquilla que siempre vio el mundo como un lugar ¡°colosal¡±, lleno de ¡°maravillas y asombros¡±. La muchacha que solo ten¨ªa 10 a?os cuando perdi¨® a su hermana adoptiva. La adolescente que ley¨® Harry Potter con la misma edad que el protagonista. La joven que cambi¨® con cierto trauma la naturaleza salvaje por la ordenada B¨¦lgica. Finalmente, la intelectual, la apasionada de Jane Austen o Natalia Ginzburg, y la autora de novelas juveniles como The Wolf Wilder o El explorador del Amazonas (Salamandra).
De hecho, el punto de partida para Criaturas imposibles se lo dio precisamente un poema de su adorado John Donne, sobre un alma sempiterna. Aunque Rundell confiesa entre risas que suele omitir ese dato, no vaya a ser que desaliente alg¨²n lector. ¡°Si pudieras ver lo mejor y lo peor de la humanidad, ?qu¨¦ dir¨ªas de nosotros?¡±, plantea. Sobre esa base, fue construyendo un universo entero, con centauros, esfinges, grifos y sirenas. Y dos muchachos m¨¢s normales, aunque solo aparentemente: ¡°La fantas¨ªa expresa, de alguna forma, lo m¨¢s lejos que puede llegar nuestra imaginaci¨®n. Y, por tanto, supone una defensa del concepto de inventiva, ya que nos lleva a pensar en las cosas m¨¢s importantes para nosotros: el amor, la corrupci¨®n, el poder, el afecto, la resistencia. La poes¨ªa del XIII siglo, versos rom¨¢nticos en ¨¢rabe, escritos latinos sobre dragones¡ siempre nos hemos inventado formas de explicar el mundo. Y buscaba reivindicarlo¡±.
La pasi¨®n m¨¢s extra?a ¡ªy peligrosa¡ª de Rundell tambi¨¦n precisa de creatividad. La que permite so?ar con colocarse en la cumbre de las universidades de Cambridge u Oxford, pero en sentido literal. La que imagina una v¨ªa de agarres entre g¨¢rgolas hasta alcanzar el tejado. ¡°De ni?a, mi pap¨¢ me ense?¨® a escalar monta?as. Y cuando llegu¨¦ a Oxford no hab¨ªa¡±, lo explica la escritora. Empez¨® con esos palacios hist¨®ricos. Luego vinieron la central el¨¦ctrica de Battersea, rascacielos y m¨¢s edificios que pueden descubrirse buscando fotos de la autora en internet. Hasta les peg¨® su pasi¨®n a los protagonistas de su novela Sophie en los cielos de Par¨ªs (Salamandra). Cabe recordar que las autoridades desaconsejan, o directamente proh¨ªben, esta actividad.
Rundell par¨® durante la epidemia de la Covid-19, porque cre¨ªa que un eventual accidente habr¨ªa quitado a un hospital recursos que otro paciente necesitaba m¨¢s. Pero ¨²ltimamente, con su pareja, lo est¨¢n retomando. A su ritmo: ¡°No soy Spiderman. En absoluto soy buena trepando, suelo subir por andamios, muy despacio, poquito a poco. La ¨²nica raz¨®n es ver el mundo desde otra altura, desde una perspectiva distinta¡±. A los lectores no les hace falta subir tanto: basta con asomarse a sus novelas.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.