Caparr¨®s se inspira en la infancia de Milei para su nueva novela interactiva, ¡®Vidas de J. M.¡¯
El escritor argentino toma como referencia la traum¨¢tica ni?ez del controvertido mandatario para experimentar con un libro que contiene hiperv¨ªnculos y diferentes finales
Golpeado por su padre, ninguneado por su madre y maltratado f¨ªsica y psicol¨®gicamente por sus compa?eros de colegio. As¨ª fue la tr¨¢gica ni?ez de Julio M¨¦ndez, el protagonista de la nueva novela digital e interactiva de Mart¨ªn Caparr¨®s (Buenos Aires, 67 a?os), Vidas de J. M, publicado por la revista Anfibia. Pero tambi¨¦n lo fue la del presidente populista y ¡°anarcocapitalista¡± de Argentina, Javier Milei. El mismo autor lo reconoce: ¡°Esta ...
Golpeado por su padre, ninguneado por su madre y maltratado f¨ªsica y psicol¨®gicamente por sus compa?eros de colegio. As¨ª fue la tr¨¢gica ni?ez de Julio M¨¦ndez, el protagonista de la nueva novela digital e interactiva de Mart¨ªn Caparr¨®s (Buenos Aires, 67 a?os), Vidas de J. M, publicado por la revista Anfibia. Pero tambi¨¦n lo fue la del presidente populista y ¡°anarcocapitalista¡± de Argentina, Javier Milei. El mismo autor lo reconoce: ¡°Esta no es la infancia de Milei, es la de Julio M¨¦ndez, pero para construirla me bas¨¦ en muchos relatos sobre la infancia del mandatario que aparece en la biograf¨ªa El loco, de Juan Luis Gonz¨¢lez¡±.
Aquel libro de 2023 se anticipaba a todas las iniciativas que intentan descifrar al controvertido l¨ªder y resaltaba un crecimiento traum¨¢tico que molde¨® su personalidad ¡°rencorosa y furiosa¡±, seg¨²n Caparr¨®s. En la novela aparece el odio que acumul¨® en aquellos primeros a?os, la relaci¨®n con su amada hermana y actual secretaria de la Presidencia, la obsesi¨®n con los perros, la nula habilidad y suerte con las mujeres, en una alusi¨®n m¨¢s o menos evidente del presidente
¡°Tal vez, en alg¨²n punto, uno pudiera pensar que, entre otras cosas, este tipo de infancia explica la cantidad de votantes [m¨¢s de 14 millones de personas] que tiene un se?or como Milei. Vidas muy frustradas, muy degradadas, que producen gente justificadamente iracunda, justificadamente cabreada, terminan eligiendo a quien los representa en ese cabreo, en esa iracundia¡±, cuenta Caparr¨®s, quien reh¨²ye en su relato del tono dram¨¢tico y serio para llevarlo por lo farsesco y sat¨ªrico. El criarse en un entorno machista, cuyo eje es el poder del padre abusivo, sobrevuela sobre muchas familias latinoamericanas de generaciones anteriores, incluida la de Milei, seg¨²n el escritor. El padre del personaje Julio M¨¦ndez justifica cada vez que golpea a su hijo: ¡°Espero que seas capaz de recordar que el papel de un padre no es ser bueno, que para hacerse las buenas ya est¨¢n las mujeres, tremendas mentirosas. Un padre tiene que ense?ar, tiene que endurecer al chico para que pueda vivir en este mundo de mierda. Aunque le cueste, es su deber¡±.
La biograf¨ªa del presidente argentino revel¨® que la madre fue c¨®mplice de las palizas que le proporcionaba el padre. En el relato de Caparr¨®s, hasta disfruta de esa violencia, aunque tambi¨¦n es v¨ªctima de ella: ¡°De verdad no puedo creer que esto sea mi vida: criar a este enfurru?ado que no para de pelearse y siempre pierde [...] y tener que ocuparme de la casa y mantenerla limpia que si no el cabr¨®n de mi marido se le sube la sangre a la cabeza y empieza a buscar a qui¨¦n pegarle y adivinen qu¨¦ es lo que le queda m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s cerca¡±.
El ¨²nico miembro de la familia en el que el protagonista de Vidas de J. M. encuentra amor es su hermana Karola. Un personaje que claramente se remite a la intensa relaci¨®n entre Milei y su hermana Karina, a quien el mandatario apoda p¨²blicamente como ¡°el jefe¡± o ¡°el mes¨ªas¡±. La novela del escritor de ?am¨¦rica erotiza ese v¨ªnculo: ¡°Ahora casi que lo que m¨¢s me gusta es cuidar a mi hermanita. Yo tengo doce, ella tiene siete; entonces, cuando nuestros viejos no est¨¢n, yo le digo que juguemos a que somos como mam¨¢ y pap¨¢ y nos metemos los dos juntos en mi cama y nos abrazamos y nos damos besitos¡±.
Otro rasgo de la intrigante personalidad que puede llegar a ser Milei es la particular conexi¨®n con sus perros, ¡°sus hijitos de cuatro patas¡±, como los llam¨® en una entrevista y hasta dio a entender que habla con uno de ellos que est¨¢ muerto. En el ¨¢lter ego que es Julio M¨¦ndez, esta obsesi¨®n se justifica en el trauma que le genera el padre cuando se niega a comprarle uno y ¨¦l se jura: ¡°Pase lo que pase, cueste lo que cueste, un d¨ªa voy a tener un perro y lo voy a querer como nadie me quiso¡±.
Vidas de J. M. sigue de manera paralela los acontecimientos reales de la infancia y la adolescencia del gobernante rioplatense; incluso es importante para la trama su pasado como portero de f¨²tbol del equipo Chacarita. Caparr¨®s se sirve del hipertexto para crear enlaces que llevan a otros detalles de la historia o profundizan en personajes secundarios, como Gustavo, el ¨²nico amigo de la vida, otra analog¨ªa ver¨ªdica. ¡°Desde el a?o pasado ten¨ªa esa obsesi¨®n de querer inscribir algo con este sistema, no sab¨ªa qu¨¦, y le di vueltas, estaba muy distra¨ªdo por el proceso pol¨ªtico argentino, el triunfo de Milei, etc¨¦tera. ?Por qu¨¦ no cruzar entonces mis dos obsesiones del momento y ver si puedo hacer un relato con hiperv¨ªnculos que se relacionen con este proceso pol¨ªtico?¡±, cuenta uno de los cronistas m¨¢s importantes de Am¨¦rica Latina.
La parte que m¨¢s aprovecha lo digital del libro es cuando el protagonista cumple 18 a?os y lo echan de su equipo de f¨²tbol por comerse un gol en un partido importante. Sale enojado del campo y se encuentra en la calle con Rodolfo, uno de los amigos del colegio que lo maltrataba. Ah¨ª es cuando el lector debe tomar la decisi¨®n de c¨®mo sigue el relato: o el compa?ero le ofrece una raya de coca; o le propone un contrato para que contin¨²e siendo futbolista; o Julio lo encara por todos los abusos que sufri¨® de ni?o. Ah¨ª tambi¨¦n es cuando la novela se aleja de lo real e hipotetiza sobre los futuros de su protagonista, hasta 12 posibles. ¡°Me compr¨¦ una hoja de papel muy grande y empec¨¦ a trazar flechas y l¨ªneas y cosas. Intent¨¦ darle cierta l¨®gica al recorrido, siempre con el control del lector, como ocurr¨ªa en la serie Elige tu propia aventura o Rayuela¡±, detalla Caparr¨®s sobre su proceso de escritura.
El primer final ¡ªes decir, si Julio acepta esnifar¨D es el m¨¢s desgraciado. Termina con el protagonista con 50 a?os, ¡°sin un mango, ni una casa, ni un coche, ni una mujer y ni siquiera un plan¡±, viviendo en Villa Manubrio, una de las m¨¢s pobres de la ciudad, y despu¨¦s de ser camello, baterista de una banda, pintor y electricista. La segunda opci¨®n es m¨¢s rocambolesca y con el protagonista jugando en la liga guatemalteca, donde se convierte en un ¨ªdolo y construye un hotel que le da grandes beneficios. Acaba mal, sin embargo, asesinado por los maras y las pandillas.
La tercera conclusi¨®n es la que m¨¢s quiere parecerse a los aut¨¦nticos acontecimientos de la adultez de Milei. Al igual que sucedi¨® con el padre real, el del libro le ofrece pagarle la carrera si estudia Matem¨¢ticas. Julio M¨¦ndez descubre en la universidad las ideas libertarias que demostraban ¡°que la culpa de todos los males yace en el Estado y que la ¨²nica soluci¨®n para el mundo es hacerlo desaparecer, y que qu¨¦ sorprendente que tantos millones de hombres y mujeres aceptan vivir como esclavos ¨Ddel Estado¡ª mientras claman que son libres¡±. La influencia de esas ideas lo lleva a convertirse en asesor para empresas: ¡°Su estudio era casi famoso: se dec¨ªa que no hab¨ªa, en toda la ciudad, nadie m¨¢s ducho para eludir impuestos que el doctor Julio M¨¦ndez¡±. Porque los impuestos son el ¡°gran sistema de saqueo del Estado y ¨¦l era un nuevo Robin Hood que le sacaba plata al gran ladr¨®n para devolv¨¦rsela a sus verdaderos due?os, los empresarios que creaban con su esfuerzo capital para ellos y trabajo para los dem¨¢s, los que sacaban adelante a Argentina¡±.
De un pobre infeliz que termina solo en una villa miseria hasta un exitoso empresario conocido en todo el pa¨ªs. Caparr¨®s cree firmemente que as¨ª de determinante puede ser el azar. Una experiencia lo hizo creyente: ¡°En el a?o 1976 me encontr¨¦ de casualidad con un compa?ero de militancia que me quer¨ªa convencer de que ten¨ªa que irme del pa¨ªs porque iba a terminar muy mal y no le cre¨ªa, yo hab¨ªa dejado en ese entonces de militar. Le hice caso al final y me fui de Argentina; tres meses despu¨¦s hab¨ªan ido a tocarme la puerta y hacerme todas las cosas que hac¨ªa [la dictadura militar]. Si en ese encuentro con mi amigo, hubiera caminado m¨¢s lento o ¨¦l un poco m¨¢s r¨¢pido, me hubiera quedado y tal vez ahora estuviera muerto desde 1966. Esta novela pone en evidencia que a veces tratamos de soslayar el azar porque es un poco ensordecedor que cosas tan nimias nos cambien la vida¡±.