Sergio Peris-Mencheta, actor y dramaturgo: ¡°El teatro me despistaba de mi enfermedad, me convert¨ªa en el Sergio de siempre¡±
Diagnosticado de leucemia y sometido a un trasplante de m¨¦dula, el director asiste desde Los ?ngeles al estreno de la obra ¡®14.4¡ä, su tercera colaboraci¨®n con Juan Diego Botto
Es jueves por la noche en Espa?a y, a trav¨¦s del tel¨¦fono, se le escucha con voz firme y un estado de ¨¢nimo casi de plenitud. El director teatral Sergio Peris-Mencheta, diagnosticado de leucemia en enero pasado y sometido a un trasplante de m¨¦dula, acaba de asistir virtualmente desde Los ?ngeles al estreno en Madrid de su obra teatral 14.4, un sobrecogedor relato, en primera persona, de un ni?o marroqu¨ª que, con nueve a?os, lleg¨® a Espa?a escondido en un cami¨®n. Con unas gafas 3D, Peris-Mencheta (Madrid, 49 a?os) ha tenido la sensaci¨®n de estar sentado entre el p¨²blico en las Naves del Matadero de Madrid y gozar de los aplausos junto a todo su equipo. ¡°Me pillas de subid¨®n. Estoy en un momento de vibraci¨®n muy alta, en plenitud total. A media tarde, me ir¨¦ deshaciendo. Lo s¨¦¡±, asegura el dramaturgo en una entrevista en la que entra a saco en las emociones y cambios profundos que le ha provocado ese viaje al abismo y a los miedos, pero tambi¨¦n al sentido de su vida y de sus creaciones. ¡°Estoy en el momento m¨¢s duro de mi vida, pero tambi¨¦n el m¨¢s bello. El teatro me ayuda a la curaci¨®n¡±, dice este hombre que hace gala de una energ¨ªa a prueba de bomba. 14.4 ha arrancado con todas las entradas agotadas hasta el ¨²ltimo d¨ªa de funci¨®n, el pr¨®ximo 28 de julio.
14.4, t¨ªtulo que hace referencia al n¨²mero de kil¨®metros que separan Espa?a de Marruecos en su tramo m¨¢s estrecho, es un empe?o personal de Peris-Mencheta desde que en 2009 conoci¨® a Ahmed Younoussi durante el rodaje de Metr¨®polis Ferry, un cortometraje de Juan Gautier. Fue durante los descansos de ese rodaje, cuando Younossi, entonces un adolescente de 17 a?os, que lleg¨® acompa?ado de su educador social y tutor legal en Espa?a, Borja Valc¨¢rcel, le fue relatando a Peris-Mencheta todas las barbaridades sufridas desde que naci¨® en Ksar el Kebir (Marruecos), una infancia de palizas, pobreza y hambre, la huida de su casa a los seis a?os, los tres que vivi¨® en la calle en T¨¢nger y los intentos ¡ªsolo al octavo lo consigui¨®¡ª de llegar a Europa. ¡°Alg¨²n d¨ªa llevaremos tu vida a un escenario¡±, le prometi¨® Peris-Mencheta. Promesa cumplida, aunque con la pena de que Borja Valc¨¢rcel, fallecido hace unos a?os por un c¨¢ncer, no haya podido disfrutarlo.
¡°Es un relato en el que no se cuentan todas las aut¨¦nticas barbaridades que ha sufrido Ahmed. Es el relato de un espa?ol adulto afortunado, que hoy vive en el Cerro de los ?ngeles, en Madrid, que tiene un cami¨®n, que consigui¨® llegar a Espa?a hace 26 a?os, y que recuerda desde el presente de occidental a aquel ni?o que fue. Es absolutamente estremecedor, pero no hay ni un atisbo de paternalismo. Ese fue uno de los compromisos adquirido¡±, asegura Peris-Mencheta, que busc¨® a su compa?ero y amigo Juan Diego Botto, con el que ya ha firmado dos grandes ¨¦xitos teatrales: Un trozo invisible de este mundo y Una noche sin luna. ¡°Yo, cuando escribo, me pongo muy ?o?o y demasiado po¨¦tico, as¨ª que llam¨¦ a Botto para que fuera ¨¦l quien diera el tono que busc¨¢bamos al texto¡±, a?ade.
El viaje hasta esta nave del Matadero ha estado plagado de dificultades. Es m¨¢s, estuvo a punto de naufragar. Fue en enero pasado, cuando a Sergio Peris-Mencheta le dieron la noticia de que padec¨ªa una enfermedad grav¨ªsima, leucemia. Estaba en Los ?ngeles con su esposa y sus dos hijos. ¡°Est¨¢ siendo un viaje dur¨ªsimo. Hoy me pillas en un buen momento, pero me paso el d¨ªa tumbado con un gotero de hidrataci¨®n en el brazo¡±, dice ya desde su casa, a donde lleg¨® a finales del mes pasado. Estuvo hospitalizado 15 d¨ªas en enero y, tras una etapa de quimioterapia a domicilio, tuvo que volver a ingresar para someterse a un trasplante de m¨¦dula. Una m¨¦dula cedida por su ¨²nico hermano. ¡°He tenido una suerte incre¨ªble de que mi ¨²nico hermano fuera compatible conmigo. Dos litros de m¨¦dula que se sac¨® mi hermano y que me ha cedido tan generosamente. Est¨¢ claro que estoy vivo gracias a ¨¦l¡±, dice emocionado.
Las dudas que tuvo su socia de la productora Barco Pirata, Nuria Cruz Moreno, se disiparon inmediatamente ante el empuje y la energ¨ªa de Peris-Mencheta. ¡°Mi respuesta fue de ir adelante, porque era tambi¨¦n la manera de despistarme de la enfermedad, de no estar obsesionado con una enfermedad como esta, con el trauma f¨ªsico y emocional que conlleva, y no estar pensando todo el d¨ªa en la posibilidad de que te vas¡±, asegura. Y as¨ª fue llegando el tiempo de los ensayos a trav¨¦s de internet y con tres c¨¢maras centradas en el actor, unas veces desde la cama del hospital, otras desde los pasillos del centro, siempre enganchado a un gotero, en los que unos d¨ªas aguantaba m¨¢s y otros ni pod¨ªa. Todos en el equipo estaban mucho m¨¢s preocupados que ¨¦l. ¡°En el punto en el que estaba, yo no ten¨ªa mucho que perder. Me daba cuenta de que cuando me pon¨ªa a hablar de teatro y hacer teatro me sub¨ªa la energ¨ªa vital y me convert¨ªa en el Sergio de siempre¡±, explica.
Y por si eso fuera poco, se embarc¨® tambi¨¦n en la realizaci¨®n de un documental junto a su esposa, Marta, el primero de su carrera profesional, sobre el proceso curativo y creativo que est¨¢ viviendo, con la productora El Terrat, de Andreu Buenafuente. ¡°Me doy cuenta de que, gracias al documental, cuando estoy rodando una escena en la que la radi¨®loga me dice lo que me va a hacer y cu¨¢les son los efectos secundarios de esa radiaci¨®n hay una parte de m¨ª a la que llamo Sergito, que es el que escucha esas noticias tremendas, y otra que es Sergio, el director, que piensa en lo que es bueno para el documental, como que el h¨¦roe entre comillas se tenga que enfrentar a seg¨²n qu¨¦ dragones. Me ha permitido tambi¨¦n mirarme de una manera alejada de la compasi¨®n¡±.
Parece no querer dejar de hablar. ¡°Puedo, puedo¡±, advierte ante las dudas de la periodista. ¡°La enfermedad me ha llevado a quererme m¨¢s. Nunca me he querido tanto. Est¨¢ siendo el a?o m¨¢s duro, pero sin duda el m¨¢s bello, en relaci¨®n conmigo mismo, con mi mujer y mis hijos, con la vida, con el arte y con lo que significa para m¨ª el teatro. Dirigir teatro me da la vida. Dirijo por una necesidad vital como puede ser respirar, beber o dormir. Me he reconocido como un tipo con una creatividad enorme¡±, asegura quien tiene en el ordenador 25 proyectos a realizar, entre ellos uno en torno al campo de exterminio de Auschwitz.
No oculta su preocupaci¨®n por el auge de la extrema derecha en Europa y de los problemas que siguen arrastrando los migrantes ¡ª¡±El Partido Popular se ha alineado con las tesis de Vox¡±¡ª, y quiere creer que es un momento c¨ªclico, como en Estados Unidos o la propia Francia, ¡°la cuna de las libertades¡±. ¡°La pelea de los que nos dedicamos al teatro estar¨¢ en lo mismo de siempre, en hablar del ser humano y tocar el coraz¨®n de la gente. El teatro tiene un poder transformador grande, pero un altavoz muy peque?o. Cuando uno entraba a ver Una noche sin luna, sal¨ªa conmovido fuera del partido que fuera y de la ideolog¨ªa que fuera. Yo recuerdo los aplausos en Valencia del entonces portavoz del PP, Esteban Gonz¨¢lez Pons, al finalizar la obra Un trozo invisible de este mundo¡±, dice.
Etapa en Estados Unidos
Antes de colgar esta larga llamada, el director quiere hacer frente a las cr¨ªticas que ha escuchado por estar siendo tratado en un hospital privado de Estados Unidos. Cuando a ¨¦l le diagnosticaron la leucemia, hizo las maletas y sac¨® billetes para viajar a Madrid, tras ponerse en contacto con el hospital de La Paz. Quer¨ªa hacer su tratamiento en Espa?a, pero el d¨ªa anterior a su viaje tuvo que ingresar por un c¨®lico nefr¨ªtico y ya no le dejaron salir del hospital en Los ?ngeles. ¡°Tengo la suerte de pertenecer al Sindicato de Actores de aqu¨ª, cuyo seguro m¨¦dico es el mejor que hay en Estados Unidos. Tengo todo cubierto. Estoy en un hospital car¨ªsimo. Calculo que el tratamiento que me est¨¢n haciendo est¨¢ seguro por encima de los dos millones de d¨®lares, pero, ojo, es lo mismo que habr¨ªa costado en Espa?a. No sabemos valorar la suerte que tenemos. Yo he pasado este periplo aqu¨ª porque no me ha quedado m¨¢s remedio. Mejor que la sanidad p¨²blica espa?ola para un tratamiento como este ninguno¡±, asegura.
La conversaci¨®n termina en el f¨²tbol y de su seguimiento de la selecci¨®n espa?ola ¡ª¡°Aqu¨ª, en Los ?ngeles, me he visto partidos que no habr¨ªa visto en mi vida¡±¡ª y del futuro. ¡°El otro d¨ªa le dec¨ªa a mi amigo Javier Bardem que si salgo de esta, que me agarre un cubata y eso que no bebo. Tengo tantos proyectos, tantas ganas de vivir la vida, muchas m¨¢s que antes. Me he dado cuenta de que antes de la enfermedad era m¨¢s infeliz. Este aprendizaje, con todo lo que conlleva porque de la leucemia uno no se puede olvidar nunca, me ha ense?ado a agarrar la vida con m¨¢s fuerza. En cuanto me ponga bueno, me voy a comer el mundo¡±.
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