Rebeca Mart¨ªn, escritora: ¡°Matar y narrar es algo inherente al ser humano¡±
La fil¨®loga bucea en la hemeroteca y actas judiciales de los siglos XVIII y XIX para retratar la sociedad de la ¨¦poca en su libro ¡®Cr¨ªmenes pregonados¡¯ y explora debates actuales, como los l¨ªmites de la informaci¨®n
El acaudalado comerciante Vicente Castillo fue cosido a pu?aladas en su vivienda en el centro de Madrid. ?Qui¨¦n fue la mano ejecutora de tan horrible crimen? La Espa?a de finales del siglo XVIII palideci¨® con este asesinato a sangre fr¨ªa en el que la v¨ªctima pertenec¨ªa a la alta sociedad. La escritora Rebeca Mart¨ªn (Le¨®n, 47 a?os) recupera este caso y otras tantas causas tristemente c¨¦lebres en su libro Cr¨ªmenes pregonados (Contrase?a Editorial) para describir qu¨¦ interesaba a la sociedad de la ¨¦poca y concluir que no es tan diferente a la actual.
Esta doctora en Filolog¨ªa y profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona se sumergi¨® durante a?os en archivos judiciales, documentos hist¨®ricos, hemeroteca de los siglos XVIII y XIX e incluso obras literarias y pict¨®ricas para escribir esta obra en la que no solo recupera relatos de cr¨®nica negra que en su momento impactaron a la sociedad, sino tambi¨¦n para desgranar cu¨¢les son los motivos que llevan al ser humano a matar. Se volc¨® tanto que hasta sus hijas se aprendieron los nombres de los homicidas y sus v¨ªctimas.
En sus p¨¢ginas refleja adem¨¢s el inter¨¦s desmedido que han generado siempre los sucesos y tambi¨¦n el debate period¨ªstico sobre d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites.
Pregunta. El asesinato de Castillo es el claro ejemplo de que mezclar cr¨ªmenes y alta sociedad siempre genera una tremenda fascinaci¨®n, ayer y hoy.
Respuesta. Los cr¨ªmenes que est¨¢n cerca del poder tienen un efecto de atracci¨®n especial. El comerciante Castillo pertenec¨ªa a la alta sociedad, abastec¨ªa de diversos materiales a la corte, al ej¨¦rcito... Y la instigadora de todo acab¨® siendo su mujer. Esto al p¨²blico le atra¨ªa much¨ªsimo, tal y como sigue sucediendo ahora. Todo eso se mezcla con habladur¨ªas, rumores, que todav¨ªa se siguen dando, como si no bastara con la atrocidad del crimen. La tendencia a las conspiraciones ya estaba muy presente en la ¨¦poca.
P. En el libro cuenta que el primer peri¨®dico espa?ol dedicado a la actividad de los tribunales data de 1834. ?Esto demuestra que el inter¨¦s por la cr¨®nica negra siempre ha existido?
R. S¨ª, as¨ª es. Yo creo que matar y narrar es algo inherente al ser humano y, claro, la uni¨®n de ambas cosas da como resultado los relatos de cr¨ªmenes reales. Nos interesan sobre todo aquellos que tienen que ver con las bajas pasiones, m¨¢s que, por ejemplo, con temas econ¨®micos.
P. ?Qu¨¦ documentaci¨®n utiliz¨® para escribir sobre los casos y la repercusi¨®n que tuvieron?
R. Muy abundante. Desde luego, las actas judiciales cuando ha sido posible. En el caso de Castillo se perdieron las actas de declaraci¨®n, pero s¨ª quedaron los discursos de acusaci¨®n y defensa, las cartas de la madre de la acusada... Tambi¨¦n he acudido a los informes m¨¦dicos, por supuesto a las noticias de la prensa de la ¨¦poca, pero adem¨¢s he dado mucha importancia a las representaciones literarias. Por ejemplo existe una coplilla del crimen de Castillo que dice as¨ª: ¡°Si a la plaza no sale la de Castillo / pueden ya las mujeres matar maridos¡±. Esta pieza da fe de la impaciencia que hab¨ªa por ver ejecutada a la acusada.
La tendencia a las conspiraciones ya estaba muy presente en la ¨¦poca
P. En su investigaci¨®n se cuelan nombres tan relevantes como los de Goya, Emilia Pardo Baz¨¢n y Benito P¨¦rez Gald¨®s. Tambi¨¦n ellos fueron cronistas de sucesos.
R. Goya se mostr¨® muy interesado por el caso de Castillo, porque se supone que eran amigos y ¨¦l lleg¨® a retratar en el calabozo a la viuda, despu¨¦s ajusticiada por el asesinato. Hay que reconocer que, en Espa?a, el inter¨¦s de los grandes escritores por los casos criminales llega tarde, porque nos encontramos sobre todo con literatura popular, con folletines. Pero ya en la Restauraci¨®n tanto Emilia Pardo Baz¨¢n como Benito P¨¦rez Gald¨®s muestran un inter¨¦s ferviente por el fen¨®meno criminal. P¨¦rez Gald¨®s escribi¨® cr¨®nicas sobre el proceso al cura Galeote en 1886 ¡ªpor el asesinato a tiros del obispo de Madrid¡ª y en 1888 dedic¨® unas cr¨®nicas al crimen de la calle Fuencarral, un caso con el que el p¨²blico enloqueci¨®.
P. Incluso lo traslad¨® a la literatura.
R. Asisti¨® a varias sesiones del juicio oral y p¨²blico, incluso esboz¨® un retrato pict¨®rico de Higinia Balaguer, la acusada y condenada, y la visit¨® en la c¨¢rcel varias veces. P¨¦rez Gald¨®s dignific¨® todo esto en dos novelas tituladas La Incognita y Realidad, en las que el crimen de Fuencarral tiene mucho que ver, de manera que se da una conjunci¨®n entre lo oculto y lo popular.
P. Un recurrente debate period¨ªstico se produce en torno a qu¨¦ l¨ªneas no rebasar narrando un crimen. ?Esa discusi¨®n se daba en la ¨¦poca que usted ha investigado?
R. Muchas de las pol¨¦micas hoy vigentes ya se daban de una manera u otra entonces. De hecho, en las publicaciones ef¨ªmeras se relataban cr¨ªmenes de todo tipo, los procesos judiciales, los castigos que recib¨ªan... no se dudaba en absoluto en recurrir a lo truculento y a lo morboso. Se describ¨ªan los cr¨ªmenes con todo lujo de detalles. Lo que pasa es que, en ese momento, les asist¨ªa la coartada moral, se escudaban en que pretend¨ªan mostrar al p¨²blico el castigo que ten¨ªan este tipo de pr¨¢cticas.
En la Restauraci¨®n tanto Emilia Pardo Baz¨¢n como Benito P¨¦rez Gald¨®s muestran un inter¨¦s ferviente por el fen¨®meno criminal
P. Recientemente, asistimos a la denuncia de la madre del ni?o Gabriel Cruz, que ped¨ªa respeto para las v¨ªctimas de muertes violentas y sus familiares. Ese reclamo no es nuevo.
R. Sucedi¨® con el caso de Pedro Fiol, uno de mis preferidos. Transcurre en la Barcelona de mediados del siglo XIX: un triple homicidio que comete este hombre, perteneciente a un entorno con poder. Los familiares de las v¨ªctimas se quejan porque la prensa muestra un respeto asombroso hacia la identidad del homicida y no abunda en ciertos aspectos como s¨ª lo hizo en otros casos. Y al mismo tiempo, se proporcionan datos sobre los fallecidos que no se ajustan a la realidad. Los familiares pidieron respeto a la memoria de sus allegados y exigieron no revictimizarlos.
P. Las causas escogidas son muy diferentes. Hay un crimen machista, uno cometido a manos de un enfermo mental, un infanticidio... El relato de estos cr¨ªmenes le permite, adem¨¢s, abordar muchos otros aspectos y no solo el hecho delictivo en s¨ª.
R. Se demuestra a las claras c¨®mo el crimen aparece en un escenario en el que se representan tambi¨¦n muchas tensiones sociales. Quer¨ªa escribir era un ensayo de historia cultural y tratar otros aspectos, como la esclavitud, la salud mental, el concepto ideal de matrimonio a finales del siglo XVIII y lo que realmente hab¨ªa detr¨¢s, la situaci¨®n de las mujeres en la Galicia rural... Incluso hay un caso, el de Luna, con el que tambi¨¦n he podido abordar la separaci¨®n del concepto de pintor genial con el hecho que cometi¨® ¡ªmat¨® a tiros a su esposa y a su suegra en Par¨ªs, en 1892¡ª. Los casos est¨¢n escogidos para eso, para poder abordar temas que a mi juicio son esenciales en la sociedad y en la cultura de los siglos XVIII y XIX.
P. Y tambi¨¦n aparece la violencia machista.
R. Los archivos de la ¨¦poca dan fe de que hab¨ªa mujeres que denunciaban al marido, pero exist¨ªa la premisa de que lo que pasaba en casa, quedaba en casa. Aun as¨ª hab¨ªa denuncias y cuando los malos tratos estaban demostrados por los m¨¦dicos, los jueces permit¨ªan la separaci¨®n, pero intentaban invitar a la pareja a que se reconciliara. Al principio mi intenci¨®n era tratar el tema de la violencia de g¨¦nero en el caso del pintor Luna, pero me di cuenta de que realmente la violencia sobre las mujeres estaba muy presente en todos. En el caso de Romasanta, asesino en serie, su abogado alega en su defensa que las mujeres a las que hab¨ªa matado estaban ¡°entregadas a la mala vida¡±.
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