El hallazgo que confirma que la C¨¢diz fenicia era una metr¨®poli repartida entre decenas de islas
Una investigadora de la Universidad de C¨¢diz consigue trazar el paisaje antiguo de la capital, un archipi¨¦lago que abarcaba toda su bah¨ªa y en el que cada localidad se especializaba en una funci¨®n
Gadir, el origen fenicio de C¨¢diz, era una ciudad metropolitana asentada en decenas de islas que abarcaba mucho m¨¢s territorio que la actual capital. Cada n¨²cleo ten¨ªa su funci¨®n: la localidad gaditana, para lo cultural-funerario; parte de El Puerto de Santa Mar¨ªa y Chiclana de la Frontera, para vivir; otra parte del municipio portuense, para las factor¨ªas salazoneras; y San Fernando, para la alfarer¨ªa. Todas juntas formaban un potente hinterland llamado Gadir, en el que los gadiritas se comunicaban principalmente por barc...
Gadir, el origen fenicio de C¨¢diz, era una ciudad metropolitana asentada en decenas de islas que abarcaba mucho m¨¢s territorio que la actual capital. Cada n¨²cleo ten¨ªa su funci¨®n: la localidad gaditana, para lo cultural-funerario; parte de El Puerto de Santa Mar¨ªa y Chiclana de la Frontera, para vivir; otra parte del municipio portuense, para las factor¨ªas salazoneras; y San Fernando, para la alfarer¨ªa. Todas juntas formaban un potente hinterland llamado Gadir, en el que los gadiritas se comunicaban principalmente por barco y donde cada zona ten¨ªa una potente relaci¨®n visual con las dem¨¢s. A todas esas hip¨®tesis que vuelven a reordenar el complejo puzzle fenicio de C¨¢diz ha llegado la doctora Natalia L¨®pez S¨¢nchez, del grupo de investigaci¨®n HUM-509 Phoenix Mediterranea de la Universidad de C¨¢diz en su tesis doctoral El paisaje arqueol¨®gico, cultural y mar¨ªtimo de Gadir en la ¨¦poca fenicio-p¨²nica.
L¨®pez, tan ¡°gaditana como gadita¡± ¡ªlo primero, por nacimiento y lo segundo, por amor a su patria chica¡ª, ha alcanzado estas conclusiones tras plantearse una sencilla cuesti¨®n no resuelta hasta ahora: ?c¨®mo era el paisaje y la distribuci¨®n de la C¨¢diz fenicia? ¡°Es la primera vez que se hace con ese enfoque en un estudio diacr¨®nico que abarca desde el siglo IX al III antes de Cristo¡±, avanza la investigadora postdoctoral, que logr¨® la calificaci¨®n cum laude en la defensa de su tesis el pasado mes de noviembre. ¡°Y mi hip¨®tesis es que Gadir era toda la Bah¨ªa, todo era un interland¡±, explica la arque¨®loga. El planteamiento ya lo defendi¨® hace a?os el catedr¨¢tico en Prehistoria Diego Ruiz Mata, pero el estudio de L¨®pez aporta ahora diversas pruebas s¨®lidas sobre c¨®mo era el entorno costero de entonces y la posible distribuci¨®n del asentamiento.
Los vestigios arqueol¨®gicos marcan la llegada de los fenicios a la bah¨ªa de C¨¢diz entre finales del siglo IX y principios del VIII a.C., fechas relativamente cercanas a la dada por el historiador romano Veleyo Pat¨¦rculo, que fija la fundaci¨®n de Gadir en el 1104 a.C., 80 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Troya. No hay indicios de guerras con los ind¨ªgenas, que poco a poco iniciaron una hibridaci¨®n cultural hasta orientalizarse. Las fuentes cl¨¢sicas apuntan a que los primeros pobladores proced¨ªan de la ciudad fenicia de Tiro (en el actual L¨ªbano), donde la organizaci¨®n territorial entre una isla y la costa adyacente al continente era muy parecida a la tesis defendida por L¨®pez.
Pero la arque¨®loga basa su hip¨®tesis en mucho m¨¢s que el parecido con Tiro. Durante los ¨²ltimos tres a?os de investigaci¨®n, L¨®pez ha repasado las memorias de m¨¢s de 800 excavaciones arqueol¨®gicas en la bah¨ªa de C¨¢diz y su entorno. De 400 de ellas obtuvo datos v¨¢lidos que le aportaron informaci¨®n sobre la cota de altura fenicia, p¨²nica y romana inicial. A eso sum¨® los informes geol¨®gicos existentes de la zona, en los que buscaba se?ales de la arcilla roja sobre la que se asientan los yacimientos fenicios. Todos esa informaci¨®n se convirti¨® en puntos que la investigadora agreg¨® a un Modelo Digital del Terreno (MDT) con im¨¢genes de tecnolog¨ªa lidar (acr¨®nimo de Laser Imaging Detection and Ranging, de detecci¨®n y localizaci¨®n por l¨¢ser), en las que ya hab¨ªa eliminado la capa de los edificios actuales.
La cota de los yacimientos y los restos geol¨®gicos tampoco eran suficientes para saber c¨®mo era el paisaje fenicio del pasado. L¨®pez recab¨® 29 datos existentes m¨¢s en los que se hab¨ªan documentado paleoplayas y se apoy¨® en investigaciones anteriores que marcaban que, por aquel entonces, el nivel del mar estaba a una altura 2,17 metros por encima del actual. ¡°Ninguno de los yacimientos conocidos se me quedaba bajo el agua, solo los que ten¨ªan documentados la presencia de limos de zonas intermareales¡±, apunta la arque¨®loga. El resultado es un modelo de paisaje desconocido hasta ahora que supone un nuevo replanteamiento de un pasado fenicio gaditano que est¨¢ repleto de inc¨®gnitas por resolver.
La actual C¨¢diz capital ¡ªla zona m¨¢s estudiada por la existencia de mayor cantidad de excavaciones arqueol¨®gicas¡ª no solo estaba asentada sobre las islas de Erytheia y Cotinusa, ya conocidas, sino que estas se subdivid¨ªan en otras menores, como es el caso de Cotinusa. En total, tanto en la zona interior y exterior de la bah¨ªa deb¨ªan existir ¡°decenas¡± de islotes en una cifra que L¨®pez no se atreve a trazar por prudencia. El estudio diacr¨®nico dividido en tres fases que van de la colonizaci¨®n al periodo p¨²nico y la llegada de los romanos descubre adem¨¢s como, a lo largo de esos m¨¢s de siete siglos de presencia fenicia, algunas de las divisiones entre islotes ya se fueron desdibujando. ¡°Con los aluviones [del r¨ªo Guadalete] se fue colmatando, de ah¨ª surgieron las marismas y salinas¡±, resume la arque¨®loga.
La mirada desde el enfoque del tiempo y el paisaje permite trazar relaciones entre los principales vestigios conocidos de la bah¨ªa. El yacimiento de Gadir, en C¨¢diz, apunta un n¨²cleo poblacional inicial en la isla de Erytheia que se abandona a mediados del siglo VI a.C., justo en un momento conflictivo en el Mediterr¨¢neo en el que la presencia de los gadiritas se reconfigura en la bah¨ªa. Son los a?os en los que el actual yacimiento de Do?a Blanca, a las afueras de El Puerto de Santa Mar¨ªa y el m¨¢s amplio de la zona, cobra fuerza como n¨²cleo poblacional amurallado.
¡°C¨¢diz en ese entonces pasa a tener usos de necr¨®polis y para el culto, una especie de ciudad de los muertos. Do?a Blanca era el lugar para la poblaci¨®n, igual que el Cerro del Castillo [un yacimiento ubicado en Chiclana de la Frontera y abierto a visitas recientemente]¡±, explica L¨®pez. De esa potente reorganizaci¨®n, en la que probablemente Gadir ya deb¨ªa ser una ciudad estado independiente que no respond¨ªa ante Tiro como en su primera etapa, son los hornos alfareros de San Fernando y las factor¨ªas salazoneras de El Puerto.
La arque¨®loga basa esta hip¨®tesis de distribuci¨®n tambi¨¦n en el c¨¢lculo de la relaci¨®n visual que manten¨ªa cada n¨²cleo entre s¨ª, estimada en funci¨®n de la altura media de 1,60 metros de los gadiritas sobre ese paleopaisaje. El resultado es elocuente: los asentamientos conocidos de C¨¢diz, El Puerto y Chiclana ten¨ªan vinculaci¨®n visual, entre s¨ª, con el mar o con su entorno en tierra. Los fenicios conectaban tambi¨¦n esos puntos entre islas, gracias a una movilidad sustentada especialmente en el desplazamiento por mar. De hecho, el estudio de L¨®pez se detiene en analizar las principales posibles rutas tanto de forma mar¨ªtima, como a pie por v¨ªa terrestre.
Aunque la fuente fundamental del estudio de L¨®pez es la estratigraf¨ªa, la doctora opt¨® por una visi¨®n transdisciplinar y tir¨® de mapas y cartas n¨¢uticas de los siglos XVI y XVIII para modelar la l¨ªnea de costa. ¡°Hay sincretismo entre los fenicios y ahora. Lo religioso sigue siendo lo mismo y los puntos de navegaci¨®n, tambi¨¦n¡±, analiza la investigadora. Tambi¨¦n se apoy¨® en la toponimia y la onom¨¢stica del pasado, donde encontr¨® ejemplos que reforzaron sus pesquisas, como nombres de calles o emplazamientos del callejero del pasado que todav¨ªa hablan de puertos, hoyos o d¨¢rsenas en un C¨¢diz completamente ya colmatado. ¡°Muchos de los islotes se convirtieron a la larga en nombres de calles que hablan de cambios de rasante¡±, explica L¨®pez, que al final de su tesis se marca como uno de sus objetivos seguir indagando por esa l¨ªnea de investigaci¨®n que traza paralelismos entre el paisaje, el nomenclator y la tradici¨®n popular.
La doctora trabaja ahora en la revisi¨®n y adaptaci¨®n de su tesis doctoral para convertirla en un libro de 350 p¨¢ginas que tiene previsto publicar con la revista cient¨ªfica y editorial Spal. ¡°Hasta ahora se hab¨ªan ubicado los hitos arqueol¨®gicos fenicios, pero nadie hab¨ªa creado un mapa real. El objetivo era crear el primer mapa de Gadir con topograf¨ªa y altimetr¨ªa¡±, valora la joven. En ese complejo camino ha terminado por encajar adem¨¢s las piezas que arman el panorama de una ciudad cosmopolita y potente repartida en un territorio mucho m¨¢s extenso. Entre el orgullo y la cautela, L¨®pez deja claro que una de las ventajas de su MDT es que es un archivo abierto a m¨¢s cambios y a seguir creciendo, en funci¨®n de futuros hallazgos, algo m¨¢s que probable en un pasado fenicio que lleva d¨¦cadas en constante reconstrucci¨®n. ¡°He hecho la base y ahora que se defina, que para eso est¨¢¡±, zanja L¨®pez sonriente.