C¨¢diz descifra el rompecabezas de su pasado fenicio
Las investigaciones arqueol¨®gicas de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas recomponen la historia conocida de la primera ciudad, pero a¨²n quedan grandes inc¨®gnitas
Mattan muri¨® asfixiado en un grave incendio que arras¨® parte de la ciudad de Gadir, en alg¨²n momento entre finales del siglo VII y principios del VI antes de Cristo. El cuerpo de este gadirita de 35 a?os, sepultado entre los restos de calles y viviendas, es una de las centenares de piezas del rompecabezas del pasado fenicio de C¨¢diz que los arque¨®logos llevan m¨¢s de un siglo intentando recomponer. Cada hallazgo e hip¨®tesis mueve el apasionante rompecabezas que, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, ha reescrito la historia conocida de una de las colonias m¨¢s importantes y ricas fundada por los habitantes de Tiro (en el actual L¨ªbano) m¨¢s all¨¢ del Estrecho de Gibraltar, en los confines de su mundo conocido. La nueva propuesta de localizaci¨®n del afamado templo de Melqart en la zona de Sancti Petri (entre San Fernando y Chiclana) podr¨ªa ser la respuesta a una de esas grandes inc¨®gnitas que jalonan un pasado gaditano en constante revisi¨®n y recomposici¨®n. Los cient¨ªficos consultados tienen muchas dudas y una sola certeza: en Gadir a¨²n queda mucho margen para grandes sorpresas.
Los restos arqueol¨®gicos sit¨²an el asentamiento de los fenicios en las islas que compon¨ªan la bah¨ªa de C¨¢diz entre finales del siglo IX y principios del VIII a.C., no tan lejos de la fecha dada por el historiador romano Veleyo Pat¨¦rculo, que fija la fundaci¨®n de Gadir en el 1104 a.C., exactamente 80 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Troya. Los orientales no deb¨ªan ser desconocidos para los aut¨®ctonos que viv¨ªan en la zona en el final de la Edad de Bronce ya que, como sostiene la arque¨®loga Paloma Bueno, los reci¨¦n llegados ¡°segu¨ªan rutas comerciales muy antiguas¡± conocidas desde hac¨ªa muchos a?os. Por ahora, no hay constancia de que esos primeros habitantes se resistieran, pero s¨ª de que apreciaron lo que esos reci¨¦n llegados les ofrec¨ªan. ¡°Lo fenicio gust¨® por todo el Mediterr¨¢neo porque se asimil¨® su cer¨¢mica, su te?ido de telas, sus hornos o tipos de molienda nueva. Fue una revoluci¨®n tecnol¨®gica¡±, apunta Bueno.
No hay dudas entre los expertos del motivo por el que escogieron la actual C¨¢diz para una de sus fundaciones m¨¢s antiguas, junto a ?tica y Cartago (en la actual T¨²nez). El golfo de C¨¢diz les ofrec¨ªa minas de plata y otros metales, recursos pesqueros como el at¨²n rojo y una posici¨®n geoestrat¨¦gica envidiable. ¡°Era un centro log¨ªstico. C¨¢diz tuvo un papel similar al que tuvo Cartago de control del Mediterr¨¢neo central¡±, asegura ?ngel Mu?oz, arque¨®logo y jefe del Departamento de Protecci¨®n de Patrimonio Hist¨®rico de la Junta en C¨¢diz. Pero lo que no est¨¢ tan claro es qu¨¦ punto escogieron para ubicar la ciudad ¡ªo ciudades¡ª y sus templos, desde el m¨¢s conocido de Melqart, a los de Astart¨¦ o Baal Hammon que citan las fuentes grecolatinas.
En el devenir de esa ciudad original durante los m¨¢s de 500 a?os que transcurrieron hasta la llegada de los romanos en el siglo I a.C., solo algo se mantuvo inalterable: el templo de Melqart. ¡°Siempre fue lo importante. Fue una referencia para los locales y los for¨¢neos. Es un hito mar¨ªtimo, econ¨®mico y un centro de sabidur¨ªa¡±, apunta Antonio Saez, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y copart¨ªcipe de la nueva hip¨®tesis de la ubicaci¨®n del santuario de Melqart. Tanto es as¨ª que la consagraci¨®n del monumento a la principal deidad fenicia se produjo poco despu¨¦s de la fundaci¨®n de Gadir, como legitimaci¨®n del asentamiento de la ciudad. ¡°A nivel pragm¨¢tico, la advocaci¨®n de un dios te protege¡±, explica Ana Mar¨ªa Niveau de Villedary, profesora de Prehistoria de la Universidad de C¨¢diz especializada en el mundo fenicio.
En el interior del templo se encomendaban los tratos comerciales o se acu?aban las monedas. Su importancia fue tal que trascendi¨® a la propia Gadir y, por obra y gracia del sincretismo, el monumento acab¨® consagrado como ese lugar dedicado al H¨¦rcules romano en el que Julio C¨¦sar llor¨® amargamente, al darse cuenta de que no hab¨ªa alcanzado las mismas gestas que el conquistador Alejandro Magno.
Pero otra cosa muy diferente es localizar el lugar donde pudo estar el edificio. Unos expertos lo sit¨²an en el Cerro de los M¨¢rtires ¡ªcomo asegura la hip¨®tesis de la Universidad de C¨®rdoba y de C¨¢diz¡ª o en Sancti Petri ¡ªcomo defiende la Universidad de Sevilla y el Instituto Andaluz del Patrimonio Hist¨®rico¡ª. Encontrar su localizaci¨®n ser¨ªa ¡°el premio Gordo¡± de todas las inc¨®gnitas que plantea Gadir, como asegura el catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Torres, debido a la gran cantidad de respuestas que podr¨ªa dar sobre la vida y pol¨ªtica de los gadiritas.
En esos a?os, la bah¨ªa era un archipi¨¦lago de islas, de las que sobresal¨ªan dos: Kotinoussa y Erytheia, ambas cercanas, pero divididas por un canal natural. Esa divisi¨®n, descubierta a principios de 2020 por el arque¨®logo Dar¨ªo Bernal, fue uno de esos golpes en la mesa que reconfiguraron el panorama conocido de entonces. ¡°Esto est¨¢ en construcci¨®n y deconstrucci¨®n constante. Hay que tener honestidad cient¨ªfica de saber cu¨¢ndo lo que dijiste hace 10 a?os ya no vale. Es lo que me estimula¡±, explica Niveau de Villedary.
Una ciudad en el tiempo
Pero las dudas sobre su organizaci¨®n territorial van mucho m¨¢s all¨¢. Por ahora, hay evidencias de asentamientos fenicios en Do?a Blanca (en El Puerto de Santa Mar¨ªa, el yacimiento m¨¢s extenso), varios puntos de C¨¢diz capital, en San Fernando (en este caso, son hornos de cer¨¢mica) y en Chiclana de la Frontera (el hallazgo m¨¢s reciente que a¨²n est¨¢ en excavaci¨®n). Lo que no est¨¢ tan claro es si todos esos puntos funcionaban como una entidad administrativa ¨²nica, a modo de ciudad mancomunada que compart¨ªa hasta top¨®nimo. Bueno y Mu?oz se muestran partidarios de esta posibilidad. ¡°Las fuentes griegas nos hablan en plural de Gadeiras, como un conjunto de ciudades y ocupaciones¡±, explica la experta, encargada de las excavaciones de Chiclana. Pero Torres tiene sus dudas: ¡°Todos ellos debieron formar parte de la misma entidad pol¨ªtica, pero Gadir se aplica a la zona de la actual C¨¢diz¡±.
Aunque para Saez, se plantea una duda a¨²n m¨¢s interesante: ¡°Hablamos de lo que es Gadir, pero ha pasado desapercibido que la ciudad tiene sus altibajos, con ¨¦pocas de bonanza y de vacas flacas¡±. La presencia del propio Mattan ¡ªnombre dado por sus descubridores¡ª, abandonado en la isla de Erytheia habla de c¨®mo los fenicios reconstruyeron la zona tras un evento catastr¨®fico, pero la acabaron abandonando apenas medio siglo despu¨¦s por un motivo desconocido. Ese cambio, a mediados del siglo VI a.C. coincide con un periodo de conflictos en el Mediterr¨¢neo y con una potente reorganizaci¨®n de Gadir. ¡°Quiz¨¢s entonces alcanzaron independencia, ya desvinculada de Oriente. Quiz¨¢s pasaron de una organizaci¨®n tipo colonial a ciudades independientes con asambleas que se podr¨ªan equiparar a las polis griegas¡±, apunta Torres.
La duda, por ahora, parece dif¨ªcil de despejar, dada la ausencia de epigraf¨ªas que dejaron esos gadiritas y de grandes investigaciones en Tiro o Sid¨®n ¡ªtambi¨¦n en el L¨ªbano¡ª, por la situaci¨®n de inestabilidad que sufre la zona en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que lo que vino despu¨¦s es el mayor periodo de esplendor de Gadir, atestiguado por la tumba de un sacerdote en la Casa del Obispo de C¨¢diz, los imponentes sarc¨®fagos antropomorfos ¡ªmasculino y femenino¡ª que se conservan en el Museo de C¨¢diz o el acu?amiento de monedas. ¡°Gadir tuvo gran importancia porque se va a convertir en el centro de comercio de las minas de Huelva, las salazones o la ruta del esta?o. Era enormemente rica¡±, explica Torres.
Por cada replanteamiento de lo conocido sobre emporio de la antig¨¹edad, los cimientos de la historia de Gadir se tambalean para dar lugar a una nueva realidad a¨²n en construcci¨®n. Pero los arque¨®logos no perciben estos cambios como un fracaso. ¡°Hacemos el mejor modelo posible con los datos disponibles. Cuanto mayor es el n¨²mero de evidencias, menores ser¨¢n los cambios¡±, apunta Torres. ¡°Me parece tan apasionante porque estamos creando un nuevo modelo explicativo. Lleg¨® un momento que tuvimos que romper los modelos explicativos del pasado porque ya no val¨ªan. Hay que investigar y ser creativos¡±, tercia con entusiasmo Niveau de Villedary.
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