Tedio en el Museo de C¨¢diz: medio edificio cerrado y 34 a?os de espera para su ampliaci¨®n
La valiosa colecci¨®n arqueol¨®gica y de bellas artes lleva a?os constre?ida por falta de inversi¨®n en el equipamiento y en su dotaci¨®n de personal
Un impresionante vaciado del H¨¦rcules Farnesio preside la escalera imperial que da acceso a la primera planta del Museo Provincial de C¨¢diz. A la izquierda, el ¨²ltimo tramo desemboca en la colecci¨®n de bellas artes. A la derecha, los escalones se topan con un tabique que, en 1990, se presupon¨ªa temporal: el tiempo que se tardase en construir una ampliaci¨®n llamada a dar un tercio m¨¢s de espacio a la instituci¨®n. Pero, 34 a?os despu¨¦s, la escalera a la nada sigue ah¨ª, aunque no se pueda ver. Desde junio del a?o pasado, unas obras que deb¨ªan durar solo tres meses mantienen cerradas toda la colecci¨®n de pintura y parte de la de arqueolog¨ªa para desesperaci¨®n del visitante.
Una combinaci¨®n de falta de inversiones en ampliaciones y mejoras del edificio ¡ªcompetencia del Ministerio de Cultura¡ª y en aumento del cat¨¢logo de personal ¡ªdependiente de la Junta de Andaluc¨ªa¡ª constri?en una valiosa colecci¨®n repleta de hitos que va desde los sarc¨®fagos antropomorfos fenicios a pinturas de Murillo y Zurbar¨¢n, pasando por un singular repertorio de t¨ªteres de 1815, los de la T¨ªa Norica.
En junio de 2023, parec¨ªa que la suerte del Museo de C¨¢diz iba a cambiar. Tras varios intentos y anuncios, el Ministerio iniciaba las obras de reparaci¨®n de filtraciones de las dos monteras de cristal del edificio que obligaron al cierre del 40% del lugar. El plazo inicial de tres meses y medio se agot¨® y las obras van camino ya de los 10 meses sin explicaci¨®n aparente.
¡°Es una situaci¨®n un poco tediosa¡±, reconoce el director de la instituci¨®n, Juan Ignacio Vallejo. El n¨²mero de visitantes ha ca¨ªdo notablemente: el Museo de C¨¢diz es ahora uno de los menos frecuentados de Andaluc¨ªa, tras cerrar 2023 con 95.545 visitas, 17.036 menos que el a?o anterior. Desde el Ministerio solo aclaran que la obra est¨¢ ¡°en sus fases finales¡± y que se centra en reparaciones en las dos monteras ¡ªla que cubre la zona de estatuaria romana ya est¨¢ lista¡ª, mejoras de accesibilidad e intervenciones menores en canalizaciones y barandillas. En total, los trabajos realizados por la empresa p¨²blica Tragsa supondr¨¢n una inversi¨®n de 735.440,89 euros.
Despu¨¦s de tanto retraso, la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa, Tania Barcelona, ya solo espera que la actuaci¨®n est¨¦ lista ¡°por lo menos antes del verano, porque est¨¢ afectando adem¨¢s a la programaci¨®n prevista¡±. Pero el conserje del museo y delegado sindical de UGT, Crist¨®bal Cepillo, plantea con cierta iron¨ªa que cuando se reabra la planta de bellas artes se evidenciar¨¢ otro problema que el comit¨¦ lleva denunciando desde 2014: la falta de personal. ¡°Hay much¨ªsimos d¨ªas en que cerramos las salas de pintura por bajas o festivos del personal. Tenemos la misma relaci¨®n de puestos de trabajo desde hace 20 a?os¡±, explica Cepillo, que denuncia que hay turnos de tarde en los que, a veces, los siete vigilantes necesarios se quedan ¡°en dos o tres¡± para controlar todo el museo.
Vallejo reconoce el problema: ¡°Har¨ªan falta m¨¢s de los que est¨¢n¡±. Pero asegura que la ampliaci¨®n de trabajadores ¡°est¨¢ en v¨ªa de estudio¡±. Barcelona, reci¨¦n incorporada al puesto tras la marcha de su predecesor, confirma que es una de las cuestiones que quiere abordar con la plantilla. ¡°Los temas de personal de la administraci¨®n no son tan ¨¢giles como nos gustar¨ªa¡±, aclara la nueva delegada.
Un plazo a¨²n m¨¢s largo e ignoto tiene la ampliaci¨®n del museo a trav¨¦s de aquella escalera, actualmente sin final. Ya era la fase prometida cuando se inaugur¨® en mayo de 1990 la actual parte en uso. Tambi¨¦n fue el proyecto que se prometi¨®, sin ¨¦xito, para los festejos del Bicentenario de la Constituci¨®n de 1812. Hoy, nada se sabe, pese a que ser¨ªa ¡°un bal¨®n de ox¨ªgeno¡±, como valora el director Vallejo, para una vasta colecci¨®n que, en el caso de las piezas arqueol¨®gicas, solo est¨¢ expuesta en un 10%. ¡°No solo son m¨¢s elementos, sobre todo es exponerlos mejor. Nos pondr¨ªa en la l¨ªnea de los museos del siglo XXI con m¨¢s servicios¡±, apunta el director.
Condiciones ruinosas
El plan contempla la extensi¨®n del edificio hasta crecer un tercio m¨¢s, en una zona donde antiguamente estaba la Escuela de Bellas Artes, el Conservatorio y la Real Academia de Bellas Artes, hoy tan asediada por puntales y filtraciones que han tenido que trasladar su actividad. ¡°Las condiciones son ruinosas. Entra agua y all¨ª hay patrimonio. Tenemos todos los archivos desde el siglo XVIII hasta ahora y piezas valiosas de bienes muebles¡±, denuncia el director de la Academia, Pablo Juli¨¢. El Ministerio de Cultura asegura que el proyecto estaba sobre la mesa cuando entr¨® el actual equipo de Ernest Urtasun (Sumar), pero que la renuncia a unos nuevos Presupuestos Generales, planteada por el PSOE, ha dejado muy mermado su avance. Con todo, desde Cultura aseguran que est¨¢n estudiando distintas v¨ªas, aunque sean m¨¢s complejas, para todos los planes paralizados.
¡°Al final, el razonamiento siempre es el mismo: no hay dinero¡±, se queja Ram¨®n Corzo, director del museo de 1978 a 1988, cansado de ¡°clamar en el desierto¡± para que se hagan unas obras de ampliaci¨®n que ya se proyectaron bajo su mandato. El tambi¨¦n miembro de la Academia de Bellas Artes cree que a las instalaciones solo las sacar¨¢ de esa eterna inercia la movilizaci¨®n social, como ocurri¨® en M¨¢laga con el traslado de su museo al Palacio de la Aduana: ¡°Eso sali¨® por un apoyo muy fuerte de la ciudad, que se lo tom¨® como algo prioritario. Tenemos la capacidad de exigir que se pongan de acuerdo. El cambio de actitud puede estar en la queja de los ciudadanos¡±.
Pero, ni tras casi un a?o con el recorrido expositivo a medio gas por las obras de las monteras, se ha producido esa movilizaci¨®n. ¡°La gente viene y se queja, pero no es algo generalizado. El museo es uno de los grandes desconocidos para el propio gaditano¡±, apunta Cepillo. Vallejo tambi¨¦n percibe la falta de ¡°empuje¡± de la calle, y se pone deberes: ¡°Quiz¨¢s nos toca alzar la voz, dejarnos ver¡±. Mientras, solo queda apelar a ese H¨¦rcules Farnesio de yeso que vigila la entrada del museo. O, al menos, eso reza en una placa a sus pies: ¡°C¨¢diz, protegiendo las bellas artes. A?o de 1838¡å.
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