El escritor espa?ol ?lvaro Pombo gana el Premio Cervantes 2024
El jurado destaca ¡°su extraordinaria personalidad creadora, su l¨ªrica singular y su original narraci¨®n¡±
El escritor ?lvaro Pombo (Santander, 85 a?os) es el Premio Cervantes 2024. Lo anunciaron este martes, en rueda de prensa, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la directora general del Libro y Fomento de la Lectura, Mar¨ªa Jos¨¦ G¨¢lvez. El jurado destac¨® ¡°su extraordinaria personalidad creadora, su l¨ªrica singular y su original narraci¨®n¡±, y tambi¨¦n se?al¨® que en sus creaciones ¡°muestra el mundo a trav¨¦s de la construcci¨®n de un lenguaje en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la iron¨ªa y del humor¡±.
Dotado con 125.000 euros, el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, como se llama oficialmente, es el gran y prestigioso laurel que viene a coronar la carrera de un escritor. Es el fruto de a?os de ¨¦xito sostenido: esa inusual mezcla de trabajo duro, buena fortuna y talento innato. Se concede anualmente por el Ministerio de Cultura a propuesta de la Asociaci¨®n de Academias de la Lengua Espa?ola y se entrega en una solemne ceremonia, en Alcal¨¢ de Henares, el 23 de abril, D¨ªa del Libro, en conmemoraci¨®n del fallecimiento del autor de El Quijote.
De vida dizque bohemia, de gorro en la cabeza y pinta marinera, de buhardilla libresca que navega en el barrio de Arg¨¹elles, donde se asoma a la llegada de los vencejos, Pombo tiene en su haber una larga trayectoria que incluye g¨¦neros como la novela, el ensayo y la poes¨ªa. Y una figura singular. ¡°El caballero de la rosa de los vientos¡±, lo describi¨® Manuel Vicent en una semblanza, donde tambi¨¦n le retrata como ¡°escritor con aire de hidalgo un poco tronado¡±. Uno al que no es extra?o ver tomar el fresco, en mitad del bullicio urbano, por los bancos de su barrio, como si viviera en otros ritmos. Ocurrente y afable tras sus gafitas redondas, heterodoxo, a veces tambi¨¦n ha sido escandaloso.
De mal escolapio a gran escritor
A finales de los cincuenta, en la revista de un colegio mayor de Madrid, el Aquinas, pudo leerse el primer art¨ªculo de Pombo. Era un ni?o de buena familia santanderina que hab¨ªa sido un mal estudiante de los escolapios. Sus intereses: la poes¨ªa y la filosof¨ªa. Su rostro de aguilucho paseaba por el patio con el enorme Index Aristotelicus de Herman Bonitz bajo el brazo. All¨ª conoci¨® al luego fil¨®sofo Jos¨¦ Antonio Marina, con el que hablaba del Doctor Faustus de Thomas Mann. Pombo repet¨ªa un verso de Wallace Stevens: ¡°Para ser poeta hay que serlo constantemente¡±. Lo tom¨® en serio. Un d¨ªa le dio a Marina un art¨ªculo titulado Rainer Mar¨ªa Rilke, la realidad como misi¨®n. All¨ª yac¨ªa una semilla de su narrativa: ¡°El artista toma sus propios sentimientos y, en lugar de decirlos arrastrando en ellos su peculiar sensaci¨®n del mundo, los pone ante s¨ª, los objetiva, narr¨¢ndolos como otra cosa m¨¢s entre las cosas¡±.
Sus a?os universitarios en Filosof¨ªa son los a?os del franquismo en los que Jos¨¦ Luis L¨®pez Aranguren construye una conciencia cr¨ªtica desde el cristianismo. Pombo, en su discurso de entrada en la RAE, a?os mas tarde, quiso reconocerse en ese legado con palabras que inclu¨ªan tambi¨¦n a Pedro La¨ªn. ¡°La integridad personal de estos hombres que hicieron posible no solo la renovaci¨®n del cristianismo en Espa?a, sino tambi¨¦n de la renovaci¨®n de Espa?a con la democracia¡±. Al terminar la carrera pens¨® en opositar a profesor de instituto, pero decidi¨® marchar a Londres. All¨ª trabaj¨® como limpiador de una oficina del Banco Urquijo, sacando brillo a la cuberter¨ªa de familias acomodadas o de telefonista. En 1970 retom¨® los estudios. En 1973 publica Protocolos, su primer libro de poes¨ªa con pr¨®logo de Luis Felipe Vivanco.
A¨²n en Londres escribi¨® un libro de cuentos: Relatos de la falta de sustancia. Le pidi¨® un pr¨®logo a Aranguren y Juan Benet le hizo llegar el original a Rosa Reg¨¢s, que en 1977 lo public¨® en su editorial La Gaya Ciencia. Una de las mejores lectoras espa?olas, Carmen Mart¨ªn Gaite, escribi¨® sobre el libro. Ese a?o Pombo ganaba con Variaciones el premio de poes¨ªa El Bardo. Hasta el 77 vivi¨® en el ajetreado Londres de la ¨¦poca, donde consigui¨® el Bachelor of Arts en el Birkbeck College y sigui¨® mateniendo aquellos diversos oficios, en una experiencia vital de once a?os que le marc¨® para siempre.
Una editorial quebrada
Ya en Espa?a sigui¨® publicando con Reg¨¢s, hasta que La Gaya Ciencia quebr¨®. Autor de un cierto prestigio en circuitos culturales, se hab¨ªa quedado sin editorial y tem¨ªa que su carrera quedase truncada. Fue entonces cuando recibi¨® la llamada de Jorge Herralde, que estaba virando la l¨ªnea de Anagrama para pasar de ser una editorial de combate ideol¨®gico a una editorial que privilegiar¨ªa la narrativa.
Hab¨ªa sido recomendado por Esther Tusquets. Pombo le hizo llegar El hijo adoptivo, que no le entusiasm¨®. Pero Herralde se interes¨® por otro t¨ªtulo del que Pombo hab¨ªa hablado en una entrevista. El h¨¦roe de las mansardas de Mansard. ¡°Quedamos deslumbrados¡±, ha rememorado Herralde, ¡°un escritor fabuloso con un universo y un lenguaje (el reinado del hip¨¦rbaton) que no se parec¨ªa a ning¨²n otro¡±. En 1983 gan¨® el primer Premio Herralde de Novela y estren¨® la colecci¨®n Panorama de Narrativas. Herralde escribir¨ªa a Francisco Umbral subrayando el valor del genio que estaba seguro de haber descubierto. Comenzaba una carrera como narrador que le llev¨®, pasado el tiempo, a ingresar en la Real Academia Espa?ola desde 2004 (Letra j, despu¨¦s de Pedro La¨ªn Entralgo). Le propuso, entre otros, Luis Mateo D¨ªez, ganador del Premio Cervantes del a?o pasado y miembro del jurado de este.
Un mal momento
¡°Andamos en el griter¨ªo constante, en un mal momento, me parece a m¨ª¡±, se quejaba el autor en una entrevista con este peri¨®dico en 2023, un momento de ruido y polarizaci¨®n que le parec¨ªa similar al que precedi¨® a la Guerra Civil, y que retrata en su novela Santander, 1936, entonces galardonada con el premio Francisco Umbral. Uno m¨¢s en su larga retah¨ªla de galardones, que este Cervantes viene a culminar. ¡°No somos muy de escucharnos los unos a los otros. Hoy no se entiende bien la gente. No conversan, lo ves en la televisi¨®n¡±, a?ad¨ªa. ¡°A los l¨ªderes de los a?os treinta les caracterizaba una gran elocuencia, se contemplaban aut¨¦nticas peleas de oradores. Todo tuvo un componente muy verbal¡±. La verbalidad que, tal vez, ahora se explaya en las redes sociales, aunque sea en otros c¨®digos. Una verbalidad que tambi¨¦n Pombo ha explotado: ha escrito muchos libros, pero muchos otros, en los ¨²ltimos a?os, los ha dictado, lo que para algunos tambi¨¦n ha otorgado a su prosa un particular sonido.
Entre sus novelas destacan El temblor del h¨¦roe (Premio Nadal, 2012), El cielo raso (Premio Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara, 2001), La fortuna de Matilda Turpin (Premio Planeta, 2006), Donde la mujeres (Premio Nacional de Narrativa, 1996) o El h¨¦roe de las mansardas de Mansard (Premio Herralde, 1983). En poes¨ªa, su vocaci¨®n primigenia, destacan desde Protocolos (1973) hasta Los enunciados protocolarios (2009). Adem¨¢s de su faceta literaria, tuvo su incursi¨®n en pol¨ªtica, vinculado al partido Uni¨®n Progreso y Democracia, hoy desaparecido. En las elecciones de 2008 encabez¨® la lista de UPyD al Senado por la Comunidad de Madrid, candidatura en la que repiti¨® en 2011.
En su pasada edici¨®n el Cervantes hab¨ªa premiado a un narrador, Luis Mateo D¨ªez, despu¨¦s de una inopinada racha de cinco poetas: Rafael Cadenas, Cristina Peri Rossi, Francisco Brines, Joan Margarit e Ida Vitale, que recibi¨® el premio en 2018. Este a?o, ?lvaro Pombo, que, como dec¨ªa Vicent, es un escritor singular, que es poeta y que tambi¨¦n es poema: ¡°He aqu¨ª a un escritor cuya personalidad trasciende la literatura hasta el punto de que su mejor libro es el propio ?lvaro Pombo de carne y hueso¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.