Literatura con orgullo de clase trabajadora
T¨ªtulos como ¡®Verano sin vacaciones¡¯, ¡®Servicio de lavander¨ªa¡¯ o ¡®Supersaurio¡¯ exploran las luchas laborales, la vida cotidiana y la dignidad de los estratos m¨¢s bajos de la pir¨¢mide social
La poeta pasa la mopa por el suelo y despu¨¦s la fregona, cambia las s¨¢banas de la cama, rasca la cal del plato de ducha, limpia el v¨¢ter. Los ojos le pican por la lej¨ªa, pero coge el bol¨ªgrafo y escribe. Estos versos: ¡°Pensaban que limpiaba de rodillas, / pero limpiaba siempre de pie¡±. O estos: ¡°Cansarse duele y hace un ruido oscuro / que a menudo no te deja so?ar¡±. La poeta, Beatriz Arag¨®n, es limpiadora en un hostal ¡ªno ¡°la chica que limpia¡±, dice¡ª, y su poemario Wet Floor (Libros de la Herida, 2024) es uno de los libros que, en los ¨²ltimos a?os, han vuelto la mirada a la clase trabajadora.
Contarse a uno mismo es a veces contar a los dem¨¢s. El yo puede convertirse en un nosotros. De este modo, Beatriz Arag¨®n pone el foco en las kellys, un sector laboral compuesto sobre todo por mujeres y cuyas reivindicaciones han conseguido algunas mejoras. ¡°Si t¨² eres escritora y limpias a la vez, como fue mi caso durante mucho tiempo, eso llega a la literatura¡±, explica Arag¨®n: ¡°Antes a lo mejor los escritores eran profesores o lo que sea; ahora, cuando somos ya la gente de abajo la que puede escribir, porque tenemos estudios o cosas que contar, eso aparece en los libros, es lo que has vivido¡±.
Verano sin vacaciones. Las hijas de la Costa del Sol (Piedra, Papel, Libros, 2023), de Ana Geranios, recoge sus experiencias como camarera en un restaurante de Puerto Ban¨²s. En este ensayo/cr¨®nica, Geranios no solo ofrece su testimonio como trabajadora del sector tur¨ªstico, sino tambi¨¦n como habitante de un pueblo absorbido por su atracci¨®n gravitacional. Y lo que esto significa: vivienda m¨¢s cara, productos m¨¢s costosos, servicios p¨²blicos saturados y menos desarrollo de otros empleos que no sean los requeridos por el turismo. ¡°Que haya mucho trabajo no es s¨ªntoma de fortuna, como nos han hecho siempre creer, porque en los lugares tur¨ªsticos nos coloca, a quienes vivimos en ellos, en la posici¨®n de sirvientes de otros durante todo el a?o¡±, escribe.
Confinamiento
Est¨¢bamos confinados en nuestras casas. Al otro lado de las ventanas, hab¨ªa una pandemia mundial. A una hora concreta, sal¨ªamos a los balcones y aplaud¨ªamos. Sobre todo al personal de los hospitales, tan expuesto a los peligros del virus, pero tambi¨¦n a los que, fuera, segu¨ªan trabajando: empleados de supermercado, transportistas, plantillas de f¨¢bricas, trabajadores de la limpieza que recog¨ªan las bolsas de basura que tir¨¢bamos al contenedor en noches tan oscuras y vac¨ªas como el espacio exterior. En la lavander¨ªa de uno de aquellos hospitales trabajaba la poeta Bego?a M. Rueda, y aquella experiencia cristaliz¨® en Servicio de lavander¨ªa, poemario con el que gan¨®, un a?o despu¨¦s, el Premio Hiperi¨®n 2021. En uno de los poemas, Rueda dice de los sudarios: ¡°Como todo en nuestra ¨¦poca / tambi¨¦n vienen dentro de un pl¨¢stico, / encontr¨¢ndose la muerte como la boller¨ªa industrial, / envasada y directa al vac¨ªo¡±.
Las oficinas de una gran cadena de hipermercados son el lugar en el que se desarrolla la novela Supersaurio (Blackie Books, 2022), de Meryem El Mehdati. En las oficinas de Supersaurio hace pr¨¢cticas la veintea?era protagonista, escritora de fanfic y cuyo nombre es el mismo que el de la autora. Son p¨¢ginas ro¨ªdas por la rabia, la precariedad y la desmotivaci¨®n. Bullying laboral, cajeras despedidas y sustituidas por m¨¢quinas de autopago, pelotas antiestr¨¦s, c¨®ctel de Navidad. Meryem trata de pasar los d¨ªas sin que lo que ocurre en la oficina le ara?e el esp¨ªritu, pero no hay trabajo que no aporte esos ara?azos: ¡°Entre t¨² y yo, a mi experiencia en Supersaurio le pondr¨ªa un -1, pero todos los meses cobro 500 euros en concepto de ayuda/beca, as¨ª que sonr¨ªo y asiento¡±, escribe.
Lejos de los brillos falsos de la vida virtual, de likes y corazones, m¨¢s lejos todav¨ªa de la literatura ensimismada, estos libros sobre el trabajo exploran la vida real. En ellos aparecen los sueldos escasos, las contracturas y los dolores de espalda, la falta de valoraci¨®n social y econ¨®mica de los trabajos m¨¢s duros. Hay denuncia; pero tambi¨¦n orgullo. Y, en muchos casos, una nueva mirada y una nueva estimaci¨®n del empleo de los padres, de las madres. Ocurre en El fondo del cubo (Visor, 2020), poemario de David Refoyo sobre el trabajo de su padre como limpiacristales. Refoyo reflexiona sobre un padre que ¡°escurr¨ªa la dignidad sin salpicarse¡±, sobre las cuencas de sus ojos llenas del martirio de los madrugones. A la vez se pregunta por la ¡°acribillada conciencia de clase¡± y por s¨ª mismo y su generaci¨®n, la de los nacidos en los a?os ochenta. ¡°Amanecimos lejos del olor a esti¨¦rcol / y nos sentimos clase media¡±, escribe.
El oficio de corchero, que fue el de su padre antes de emigrar al Pa¨ªs Vasco para convertirse en obrero de Aceros de Llodio, es el que ha inspirado la novela La seca (Seix Barral, 2024), de Txani Rodr¨ªguez, que transcurre en el parque natural de Los Alcornocales, entre C¨¢diz y M¨¢laga. Y el mundo de las f¨¢bricas, en concreto el de una f¨¢brica de papel en medio de un conflicto laboral, era el escenario del anterior, Los ¨²ltimos rom¨¢nticos, cuya versi¨®n cinematogr¨¢fica, dirigida por David P¨¦rez Sa?udo, llegar¨¢ a los cines el 15 de noviembre. ¡°A m¨ª el mundo del trabajo me parece que tiene mucho inter¨¦s literario, porque es conflicto casi esencialmente¡±, dice Txani Rodr¨ªguez: ¡°El trabajo de oficina y los oficios del mundo rural han estado m¨¢s representados, pero la f¨¢brica menos, aunque hay referentes como Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal, y La analfabeta, de Agota Kristof, en el que habla del tiempo que trabaj¨® en una f¨¢brica de relojes¡±.
Un anciano sale de su sue?o profund¨ªsimo. Lo despierta, llam¨¢ndolo, toc¨¢ndole la cara, la mujer que lo cuida. Es el comienzo de un d¨ªa que Eduardo Romero narra en Cent¨ªmetro a cent¨ªmetro (Los aciertos & Pepitas, 2024). En este libro, Romero recrea y fusiona literariamente tanto vivencias familiares como testimonios de mujeres que cuidan a personas mayores, especialmente de mujeres migrantes. En ese ¨²nico d¨ªa, la mujer y el anciano viven en dos tiempos distintos y a la vez en el mismo. Las horas se arrastran por el ojo ciego del reloj mientras ella da medicinas y prepara comidas, cura las escaras, ducha al anciano y lo acompa?a en un breve y esforzado paseo. Con un ¡°buenas noches¡± la habitaci¨®n queda a oscuras y finaliza un d¨ªa que da paso al siguiente, en el que todo volver¨¢ a ocurrir de nuevo. Como en cualquier trabajo, pero en unos m¨¢s que en otros.
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