¡®Emilia P¨¦rez¡¯: un delirio con momentos de talento de Jacques Audiard

Imagino al constatar la insistencia en las series y en el cine de tem¨¢ticas agotadoras alrededor de violaciones, sexualidades diversas, pederastias, transexuales, violencia emocional, que cualquier productor con sentido del negocio, incluso con los que no militan fervorosamente en la cultura woke y tambi¨¦n las asociaciones para proyectos art¨ªsticos, son todo o¨ªdos y donan su bendici¨®n a proyectos que se muevan en esa reconocible onda. Bueno, ocurre con todas las modas...

Imagino al constatar la insistencia en las series y en el cine de tem¨¢ticas agotadoras alrededor de violaciones, sexualidades diversas, pederastias, transexuales, violencia emocional, que cualquier productor con sentido del negocio, incluso con los que no militan fervorosamente en la cultura woke y tambi¨¦n las asociaciones para proyectos art¨ªsticos, son todo o¨ªdos y donan su bendici¨®n a proyectos que se muevan en esa reconocible onda. Bueno, ocurre con todas las modas, aunque algunas sean duraderas y otras ef¨ªmeras. Pero bueno, que disfruten de su ¨¦poca de gloria. Y que sean m¨¢s los listos que los tontos, los especializados en argumentos tan requeridos.

El de Emilia P¨¦rez navega sin pudor en el delirio, aunque como siempre en el cine de Jacques Audiard existe un punto muy sofisticado y su eterno af¨¢n por sorprender o desasosegar al espectador. Tampoco ha perdido el talento que a m¨ª me ha deslumbrado en algunas ocasiones, como en la carcelaria Un profeta y en ese w¨¦stern tan extra?o como fascinante titulado Los hermanos Sisters.

En esta ocasi¨®n me quedo pasmado desde el arranque. Y me resulta imposible creerme lo que me est¨¢ contando. Resulta que el jefe m¨¢s poderoso y sanguinario del narcotr¨¢fico mexicano, alguien as¨ª como el Chapo Guzm¨¢n, casado con una se?ora y padre amant¨ªsimo de dos cr¨ªos, descubre a sus cuarenta y tantos a?os que se siente mujer. Urge darse por muerto para todo cristo, incluida su amant¨ªsima familia, y que una superabogada le encuentre el lugar m¨¢s adecuado para el cambio de sexo. Es solo el arranque. O sea, que no contin¨²o destripando el argumento, a pesar de mi enfermiza afici¨®n a ello. ?Y c¨®mo se desarrolla guion tan ins¨®lito? Pues con los personajes cantando y bailando. Y me pregunto estupefacto cu¨¢les han sido las imaginativas y excesivas sustancias que ha ingerido el creador para que se le ocurra este argumento. Y sobre todo, que gran parte de su lenguaje sea cantar¨ªn y danzante.

Partiendo de la base de que no me creo nada por tener un esp¨ªritu tan prosaico y lineal, reconozco que est¨¢ rodada no solo con audacia y af¨¢n de originalidad, sino tambi¨¦n que me mantiene entretenido, que en algunos momentos posee cierto encanto. Audiard, como siempre, se lo quiere montar de transgresor, y parece ser que no ha tenido suerte en M¨¦xico. Cuentan que all¨ª se han mosqueado cantidad por la imagen que un franc¨¦s ofrece de ese pa¨ªs: que si el narcotr¨¢fico, que si la violencia, que si lo de siempre. Parece ser que no han valorado el muy revolucionario cambio de sexo en un personaje que encarnaba el machismo supremo.

Nominar¨¢n al Oscar de interpretaci¨®n femenina a la premiada en Cannes Karla Sof¨ªa Gasc¨®n. No es lo que m¨¢s me impresiona en esta ex¨®tica pel¨ªcula. S¨ª me gusta y mucho Zoe Salda?a, a la que desconoc¨ªa por no frecuentar el universo de Marvel ni el de Avatar, en los cuales ella reina. Y me enamor¨® la entonces muy joven Selena Gomez cuando la descubr¨ª en D¨ªa de lluvia en Nueva York, aquella pel¨ªcula tan bonita de Woody Allen. Y me pregunt¨® cu¨¢l ser¨¢ la pr¨®xima ocurrencia de Jacques Audiard. Es dif¨ªcil que supere este delirio.