¡®El ministro de propaganda¡¯: miente como Goebbels, que mucho o algo queda
El director Joachim Lang cuenta uno de los cap¨ªtulos m¨¢s trascendentes de la historia universal de la infamia. Y esa barbarie puede volver a ocurrir: est¨¢n pasando cosas en el mundo tan inquietantes como siniestras
El prop¨®sito de Joachim Lang (qu¨¦ apellido tan ilustre), autor de El ministro de propaganda, es di¨¢fano. Nos cuenta uno de los cap¨ªtulos m¨¢s trascendentes de la historia universal de la infamia, causante de 60 millones de muertos y de infinito dolor, pero al final de esta cr¨®nica espeluznante y macabra sobre lo que ocurri¨® hace 85 a?os, un cartel nos avisa de que aquella barbarie puede volver a ocurrir, de que est¨¢n pasando cosas en el mundo tan inquietantes como siniestras.
Todo lo que narra esta pel¨ªcula es constatable. Pero ser¨ªa necesario que cada nueva generaci¨®n recibiera informaci¨®n exhaustiva sobre lo que supuso la Segunda Guerra Mundial, que tuviera que frotarse los ojos para constatar que aquello no fue una pesadilla, sino pavorosamente real. Esta pel¨ªcula combina las im¨¢genes documentales con actores y actrices que interpretan a Hitler y a su tenebrosa banda. Y no olvida que este hombre y el r¨¦gimen que impuso fueron adorados o apoyados por la inmensa mayor¨ªa del pueblo alem¨¢n. O sea, que los votantes no pueden eludir su responsabilidad en aquel infierno.
Y el protagonismo no se centra solo en Hitler, aquel tipo adornado con un bigote (no puede ser casual que Stalin, Franco, Videla, Pinochet, Maduro y otros seres tan poderosos como indeseables se sientan tan guapos en compa?¨ªa de ese vello facial), especializado en discursos volc¨¢nicos a las entusiasmadas masas y en perpetrar el mal a nivel universal, sino tambi¨¦n en Joseph Goebbels, su ni?o mimado por razones transparentes. Era el todopoderoso ministro de propaganda, convencido de que pod¨ªa convertir el enga?o y la mentira en un arte, en el brazo armado del poder, capaz de manipular groseramente la cabeza y el esp¨ªritu del que era en aquella ¨¦poca el pa¨ªs m¨¢s alfabetizado de Europa.
Las trolas y los inventos de Goebbels, sus campa?as de desinformaci¨®n, el culto al l¨ªder supremo, nac¨ªan de un cerebro tan peligroso como desvergonzado, con la ¨²nica pretensi¨®n de ganar siempre y a costa de lo que fuera. Era un c¨ªnico, tambi¨¦n un iluminado. Y solo ten¨ªa un dios llamado Hitler. Y cuando el desastre era inminente no quiso dejar la menor huella. ?l y su esposa se suicidaron, al tiempo que se cargaban a sus seis criaturas.
Aunque poseamos m¨²ltiples datos sobre aquella ¨¦poca salvaje y sus abyectos protagonistas, conviene no olvidarlos. Esta pel¨ªcula no cuenta cosas que ya no supi¨¦ramos, pero mantiene el inter¨¦s. Demuestra que Goebbels fue un maestro en su mezquino oficio. En comerle el cerebro a sus paisanos mediante el control absoluto de los medios de comunicaci¨®n, el cine, el teatro, la radio, la prensa... Todo el complejo sistema de altavoces magnificando los discursos del jefe.
Tambi¨¦n hay cositas que hacen ligeramente humano al estrat¨¦gico bellaco. Al principio nos muestran su tullida pierna, y es capaz de admitir ante su inquietante esposa no solo que tiene una amante, sino que est¨¢ enamorado de ella. Y el Hitler de la pel¨ªcula me resulta menos asqueroso que el Hitler real. Tambi¨¦n imaginaba m¨¢s joven en la realidad a la esposa de Goebbels. En la pel¨ªcula, a pesar del maquillaje, me parece m¨¢s bien la abuela de esos hijos tan peque?os. Y las im¨¢genes reales, como siempre, aterran. Necesito revisar urgentemente Ser o no ser, la extraordinaria y divertida pel¨ªcula de Lubitsch, capaz de hacer re¨ªr a los espectadores ridiculizando a los uniformados monstruos.
El ministro de propaganda
Dirección: Joachim Lang.
Intérpretes: Robert Stadlober, Fritz Karl, Franziska Weisz, Dominik Maringer.
Género: biopic. Alemania, 2024.
Duración: 135 minutos.
Estreno: 29 de noviembre.
Babelia
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