Giovanni Nucci, el escritor experto en mitos cuyo libro impidi¨® un robo en un domicilio
El italiano explora en su nuevo trabajo ¡®La Il¨ªada¡¯ desde un punto de vista contempor¨¢neo y po¨¦tico, tratando de recuperar la empat¨ªa en mitad de la destrucci¨®n b¨¦lica
Parece un chiste, pero es real. Un ladr¨®n de 38 a?os entr¨® en un ¨¢tico del elegante barrio de Prati, en Roma, dispuesto a desvalijarlo... Sin embargo, no tuvo en cuenta el poder de la literatura. No le puso problemas la alarma ni cualquier otra medida de seguridad, sino un libro que encontr¨® en la mesa del dormitorio y que tom¨® por curiosidad.
La lectura le atrap¨®, tanto que interrumpi¨® su robo y se sent¨® en la terraza para leer, leer y leer. Cuando apareci¨® el propietario se lo encontr¨® en ese plan, con el libro entre las manos: el ladr¨®n intent¨® escapar, pero acabo siendo detenido con...
Parece un chiste, pero es real. Un ladr¨®n de 38 a?os entr¨® en un ¨¢tico del elegante barrio de Prati, en Roma, dispuesto a desvalijarlo... Sin embargo, no tuvo en cuenta el poder de la literatura. No le puso problemas la alarma ni cualquier otra medida de seguridad, sino un libro que encontr¨® en la mesa del dormitorio y que tom¨® por curiosidad.
La lectura le atrap¨®, tanto que interrumpi¨® su robo y se sent¨® en la terraza para leer, leer y leer. Cuando apareci¨® el propietario se lo encontr¨® en ese plan, con el libro entre las manos: el ladr¨®n intent¨® escapar, pero acabo siendo detenido con la ayuda de los vecinos. En el pasado, por cierto, el mismo ladr¨®n hab¨ªa sido sorprendido robando ropa cara para d¨¢rsela a los pobres, cual Robin Hood. Parece un chiste, pero sucedi¨® de verdad y el libro existe: era un ejemplar de Gli d¨¨i alle sei. L¡¯Iliade all¡¯ora dell¡¯aperitivo, de Giovanni Nucci, que ahora se publica en Espa?a como La Il¨ªada a la hora del aperitivo (Siruela, con traducci¨®n de Ana Romeral).
¡°Hay que poner uno de mis libros en cada cuarto, por seguridad¡±, bromea Nucci (Roma, 55 a?os) en la sede de la editorial Siruela, durante su visita a Espa?a para participar en el festival de literatura infantil y juvenil Abrapalabra. ¡°?Voy a montar una empresa antirrobo!¡±, exclama. M¨¢s en serio, dice que le sorprendi¨® el impacto mundial de la noticia (hasta le llamaron desde Ir¨¢n para traducir el libro) y le parece muy po¨¦tico que un ladr¨®n se deje atrapar por leer su versi¨®n de La Il¨ªada de Homero. ¡°Como dec¨ªa Bob Dylan, si los padres de la guerra se pusieran a leer un libro otras cosas pasar¨ªan¡±, recuerda. En la prensa italiana, Nucci se ofreci¨® a regalarle un ejemplar al ladr¨®n para que lo pueda terminar con calma.
Adem¨¢s de reciente adalid de la seguridad dom¨¦stica, Nucci es un escritor experto en la divulgaci¨®n de la mitolog¨ªa. Su relaci¨®n comenz¨® ¡°por casualidad¡±, a finales del siglo pasado, cuando una editorial le encarg¨® libritos para introducir a los ni?os en la mitolog¨ªa griega y romana. ¡°Descubr¨ª que ten¨ªa una facilidad oculta para leer el mito en clave actual, sab¨ªa c¨®mo interpretar y reescribir lo que los mitos nos cuentan¡±, dice. Una de sus obras m¨¢s conocidas es una versi¨®n juvenil de La Odisea, titulada Las aventuras de Ulises (Siruela, 2009, con traducci¨®n de Isabel Gonz¨¢lez-Gallarza). Para p¨²blico adulto ofrece Y fundaremos la ciudad m¨¢s grande del mundo. Mitos, dioses y h¨¦roes de la Roma antigua (Siruela, 2023, con traducci¨®n de Ana Romeral). Y eso que nunca fue buen estudiante y el griego se le daba fatal.
Aunque ahora lo que le ocupa es su ¨²ltimo libro, sobre La Iliada, la guerra por antonomasia, el asedio de Troya que sucede cuando Paris rapta a Helena, esposa del rey Menelao de Esparta, y los reyes griegos se confabulan para destruir la m¨ªtica ciudad. Ah¨ª luchan Aquiles, H¨¦ctor, Ulises, Agamen¨®n, los grandes h¨¦roes, aunque Nucci quiere poner el foco especialmente en el papel que los dioses juegan en la contienda, esos dioses griegos, tan humanos, muchas veces mezquinos, que se mojan y toman partido por los bandos, pero que representan la fuerzas que configuran nuestra esencia.
¡®La Il¨ªada¡¯ desde la actualidad
Su libro mira La Il¨ªada desde la actualidad, donde hay un poeta, una historia de amor, cinco lecciones universitarias, buscando un punto de vista ¡°po¨¦tico y rom¨¢ntico¡±, sobre todo en tiempos de ¡°guerra extendida¡±. Se habla de la pandemia, del cambio clim¨¢tico, de la crisis del patriarcado, de la hybris de algunos pol¨ªticos. Aunque los protagonistas de La Il¨ªada buscan hacer grandes gestas militares que lleguen a la posteridad, Nucci est¨¢ m¨¢s interesado en otras cosas: las guerras en la actualidad no se recuerdan como gestas ¨¦picas, sino con verg¨¹enza y horror.
¡°En la guerra de Troya recuerdo m¨¢s los momentos en los que la fuerza no aparece expl¨ªcitamente. Aunque H¨¦ctor mate a Patroclo y Aquiles mate a H¨¦ctor, lo que me queda es el momento en el que el anciano rey de Troya, Pr¨ªamo, abre la tienda de Aquiles para pedirle que le devuelva el cuerpo de su hijo, H¨¦ctor. Y Aquiles le ve¡ y se echa a llorar. Creo que ese contrapunto tiene m¨¢s fuerza que todo lo que sucede despu¨¦s¡±, explica Nucci. Hay otro momento, cuando H¨¦ctor va a salir a morir y se sienta junto a Helena, su cu?ada, que le dice que solo les queda la tristeza y la poes¨ªa. ¡°Cuando Helena dice poes¨ªa se refiere a los peque?os fulgores de amor y de compasi¨®n que hay dentro del escenario general de destrucci¨®n. Los encuentros que hay entre los diferentes personajes del libro son momentos de tensi¨®n amorosa, en el sentido amplio¡±, dice el escritor.
Son momentos de empat¨ªa, esos que el italiano reivindica de la guerra troyana, una contienda m¨ªtica cuya esencia se reproduce en todas las posteriores, y hasta en las actuales. Avanza la tecnolog¨ªa, cambia el mundo, pero las pasiones humanas permanecen inmutables. ¡°Hablar en Italia de la guerra en Oriente Pr¨®ximo es complicado: te tachan de antisemita o de antimusulm¨¢n. Habr¨ªa que aportar un punto de vista emp¨¢tico, ponerse en el papel del padre gazat¨ª al que matan al hijo o del padre israel¨ª al que le han matado o secuestrado al suyo. Solo con esa empat¨ªa podemos sacar un hilo com¨²n para terminar con esto. Es lo que ocurri¨® entre Aquiles y Pr¨ªamo: son capaces de comprender las razones del otro, del contrario, aunque parezcan equivocadas. Ahora mismo nadie hace ese esfuerzo, nadie mira al otro, solo esperamos que todo acabe con una devastaci¨®n total¡±, dice Nucci.
Los mitos, como los cuentos populares, muchas veces parecen tener sesgos de la sociedad que los concibi¨®: a veces nos pueden resultar crueles o reproductores de los roles de g¨¦nero tradicionales. ¡°Creo que el n¨²cleo en los mitos es anterior a la sociedad, preexistente a ella. Luego, cada sociedad interpreta el mito seg¨²n las necesidades propias de su contexto y de su momento¡±, afirma el autor. Por ejemplo, puede haber una interpretaci¨®n machista y patriarcal sobre la escena en la que Paris tiene que elegir entre tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita. ¡°Pero se puede reinterpretar como algo feminista: como un conflicto entre maneras de entender el ¨¢mbito de lo femenino, el hogar y el trabajo, la familia y el deseo. Esto es un plano diferente: la revoluci¨®n del feminismo, la ¨²nica positiva del siglo XX, es el ¨²nico camino para encontrar una nueva estrategia y un nuevo camino de estabilidad¡±. Por cierto, en el mito Paris elige Afrodita, que le otorga el amor de Helena, la mujer m¨¢s bella del mundo, y desencadena la guerra.
El autor considera que, a pesar de todo, hay un gran inter¨¦s en la mitolog¨ªa como muestran los numerosos libros y autores dedicados al asunto y la generosa respuesta del p¨²blico: los mitos nos ense?an cosas sobre nosotros mismos, ¡°cosas que no sabemos o que fingimos no saber¡±. Sobre las relaciones personales, sobre la familia, sobre el trabajo. ¡°Aunque el inter¨¦s muchas veces est¨¢ m¨¢s enfocado a la psicolog¨ªa personal que a la sociolog¨ªa, fruto de la sociedad individualista. Las tragedias se ve¨ªan colectivamente, incluso con las mujeres y los esclavos, como una forma de aprender y disfrutar en com¨²n. Creo que mientras no vuelva el inter¨¦s sobre lo colectivo, no habr¨¢ una revoluci¨®n¡±.