Ana de Armas: ¡°Mi cuerpo me pertenece a m¨ª. Marilyn Monroe no tuvo ese lujo¡±
La actriz repasa su proceso creativo y f¨ªsico para encarnar en ¡®Blonde¡¯, de Andrew Dominik, a uno de los iconos m¨¢s c¨¦lebres y deseados de la historia del cine


Hace ocho a?os, Ana de Armas ni siquiera hablaba ingl¨¦s. Y su cara, como mucho, pod¨ªa sonarles a los seguidores de la serie El internado. Hoy, en cambio, interpreta a uno de los iconos m¨¢s adorados de la historia de EE UU. O, m¨¢s bien, del planeta entero. Y llega al festival de Venecia como una de las divas m¨¢s esperadas. El cine mundial aguarda ante el estreno esta noche de Blonde, de Andrew Dominik, para descubrir c¨®mo De Armas ha resucitado a Marilyn Monroe en la gran pantalla. Una cubana morena, en la piel del mito rubio, american¨ªsimo. ¡°Soy mujer como ella, misma edad e industria. Si algo ten¨ªa claro es que la entend¨ªa¡±, asegura la actriz en Venecia ante un grupo de periodistas. Aunque ambas comparten tambi¨¦n otro aspecto: una carrera en constante subida hacia el estrellato. De casi nada a todo, en apenas una d¨¦cada.
Se ven premiados, as¨ª, los esfuerzos repetidos de la actriz. Y una serie de decisiones arriesgadas, a la caza de una oportunidad en la pantalla. Naci¨® en Santa Cruz del Norte, en 1988, y en su Cuba natal consigui¨® los primeros papeles. Teatro, cine. Y, pronto, televisi¨®n. Pero entonces De Armas ya estaba en Madrid: el origen espa?ol de sus abuelos le permiti¨® obtener la ciudadan¨ªa, y as¨ª se dej¨® todo atr¨¢s una primera vez, con 18 a?os. Volvi¨® a hacerlo con 26, en esa ocasi¨®n rumbo a Los ?ngeles. Y a Hollywood. Se busc¨® la vida, y la fama. Adem¨¢s del necesario curso de idiomas. Y, entonces, Eli Roth la fich¨® en 2015 para Toc, toc, su primera pel¨ªcula en EE UU.
Justamente ah¨ª la vio Dominik. Y se qued¨® fulgurado. ¡°Fue un flechazo. Pod¨ªa sentir su interpretaci¨®n. En las pel¨ªculas de Marilyn, lo que le pasa a ella siempre es lo m¨¢s importante. Y Ana ten¨ªa eso¡±, afirma el director, sentado justo al lado de la actriz. ¡°La oferta me dej¨® impresionada. Un personaje as¨ª no se supone que vendr¨ªa a m¨ª. Pod¨ªa tener alg¨²n temor, pero el material sobre el que trabaj¨¢bamos era m¨¢s potente que mis miedos¡±, agrega ella. Tras tantos a?os de b¨²squeda, Blonde al fin encontraba a su protagonista. El rodaje de la adaptaci¨®n del libro hom¨®nimo de Joyce Carol Oates pod¨ªa empezar. Aunque entonces llegaba la parte m¨¢s complicada.
La int¨¦rprete quiso saberlo todo sobre su papel: tras leer la novela, estudi¨® centenares de fotos, v¨ªdeos, audios y pel¨ªculas. ¡°Cada secuencia del filme est¨¢ inspirada por una imagen real¡±, ha llegado a asegurar De Armas. Se pas¨® nueve meses perfeccionando su acento ¡ªaun as¨ª, ha recibido alguna cr¨ªtica, aunque tanto la organizaci¨®n que gestiona el legado de Monroe como Brad Pitt, productor del filme, han salido en su aguerrida defensa¡ª. Y cada d¨ªa, durante los 47 que dur¨® la filmaci¨®n, pasaba por tres horas de maquillaje. Ya estaba lista para ser Marilyn Monroe. Quedaba, eso s¨ª, interpretarla.
¡°Las emociones deb¨ªan ser muy reales. Cogi¨® tanto de m¨ª durante nueve semanas. Mis propios sentimientos se mezclaban con los suyos. La pel¨ªcula va de lo que ella sent¨ªa. Es el tipo de trabajo que un actor no recibe a menudo¡±, agrega De Armas. Porque Blonde, que se ver¨¢ desde el 28 de septiembre en Netflix, sigue vida y carrera de la leyenda desde el lugar m¨¢s ¨ªntimo: su mente. La c¨¢mara nunca se despega de su estrella. Y deja casi de fondo sus ¨¦xitos, sus portadas y sus grandes pel¨ªculas. Blonde se mueve entre realidad y ficci¨®n. Y trata de viajar al interior del ¨¢ngel ca¨ªdo m¨¢s c¨¦lebre de la historia del s¨¦ptimo arte.
La ni?a abandonada, la adolescente humillada, la bomba de sensualidad, la diva insegura, siempre en busca de aprobaci¨®n. Es decir, m¨¢s Norma Jeane, el nombre verdadero de la actriz, que Marilyn. Aunque inevitablemente ambas se mezclaran y la estrella terminara recurriendo a la actuaci¨®n tambi¨¦n en la vida para lidiar con un mundo inc¨®modo para ella. ¡°Admiro su valor. A veces creemos que naci¨® Marilyn, pero no tenemos en cuenta qui¨¦n fue en su infancia, su juventud. La mayor¨ªa del tiempo era Norma Jeane¡±, defiende De Armas. Y explica que, gracias a los consejos de Dominik, modific¨® ciertos aspectos de su trabajo: ¡°Hab¨ªa secuencias donde me sent¨ªa muy enfadada por lo que suced¨ªa. Pero ¨¦l me dec¨ªa que no deb¨ªa expresar esa rabia, que ella no podr¨ªa haber lidiado con eso. Se trataba m¨¢s de entender c¨®mo es navegar por la vida sin l¨ªmites¡±.
Respecto a sus anteriores pel¨ªculas, De Armas tambi¨¦n debi¨® afrontar muchas secuencias de desnudo. Tanto que, en una decisi¨®n criticada tanto por ella como por Dominik, por primera vez una pel¨ªcula de Netflix recibe una clasificaci¨®n oficial en EE UU que la proh¨ªbe a los menores de 17 a?os. Pero la tentaci¨®n era una clave imprescindible para explicar Monroe, capaz de encender como nadie el deseo del p¨²blico. Es probable que la actriz tambi¨¦n haya experimentado la atracci¨®n que despiertan las estrellas. Y ha lamentado varias veces, hace a?os, la morbosa atenci¨®n que sigui¨® su relaci¨®n con el tambi¨¦n actor Ben Affleck. Pero De Armas encuentra una diferencia fundamental: ¡°Mi cuerpo me pertenece a m¨ª. Marilyn no tuvo ese lujo. Yo tengo la elecci¨®n de decidir cu¨¢nto revelo de m¨ª y qu¨¦ mantengo en privado¡±. Lo que no podr¨¢ evitar es que hoy todos los focos apunten hacia ella. Por encarnar a Marilyn. Y, a estas alturas, por ser Ana de Armas.
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