Las voces de las directoras impulsan el cine espa?ol
Las tres pel¨ªculas espa?olas que concursan en la secci¨®n oficial del festival de San Sebasti¨¢n est¨¢n lideradas por mujeres y narran viajes de dolor y descubrimiento
Por primera vez en la historia, las tres pel¨ªculas espa?olas que concursan en la secci¨®n oficial del festival de San Sebasti¨¢n est¨¢n dirigidas por mujeres cineastas. Jos¨¦ Luis Rebordinos apunta r¨¢pidamente que es pura coincidencia, que programaron las que ¡°m¨¢s gustaron al comit¨¦ seleccionador y que encajaban en los criterios del concurso¡±, y que despu¨¦s se percataron del detalle: tres mujeres, ning¨²n hombre. Pero ha ocurrido: El sue?o de la sultana, de Isabel Herguera; Un amor, de Isabel Coixet, y O corno, de Jaione Camborda, coinciden en una competici¨®n casi paritaria.
¡°Seleccionamos siempre por calidad¡±, insiste Rebordinos. ¡°Lo importante es que sean buenas pel¨ªculas, primero, y luego que se mantenga la proporci¨®n de pel¨ªculas recibidas en el festival lideradas por directoras y las que se proyecten. Aunque insisto: se antepone su fuerza f¨ªlmica¡±. Las tres cineastas elegidas han respondido lo mismo a esa pregunta: ¡°Esperamos estar ah¨ª por nuestro cine, no por el g¨¦nero al que pertenece el director o la directora del filme¡±.
La cineasta Isabel Herguera (San Sebasti¨¢n, 62 a?os) logr¨® el domingo que El sue?o de la sultana se convirtiera en la primera pel¨ªcula europea de animaci¨®n que compet¨ªa por la Concha de Oro del Zinemaldia. A los cines comerciales llegar¨¢ el 17 de noviembre. Tomando como punto de partida un cuento feminista escrito en Bengala en 1905, In¨¦s, su protagonista, emprende un viaje inici¨¢tico por la India en b¨²squeda de Ladyland, la ut¨®pica tierra de las mujeres. Y lo que encuentra es sororidad, discriminaci¨®n... y en cierta manera a s¨ª misma. ¡°Yo s¨ª que creo que el festival ha enviado un mensaje de sensibilidad ante lo que est¨¢ pasando en el mundo en general, y de visibilizaci¨®n de las cineastas. Aunque me gustar¨ªa subrayar que hay que tomarlo de forma natural, sin estridencias¡±.
Isabel Coixet (Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, 63 a?os) lleva tiempo convertida en una de las grandes referencias para las cineastas de siguientes generaciones. Ha ganado premios goya, galardones en festivales por todo el mundo, y con todo sigue bregando duro para sacar adelante sus proyectos, como su adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Sara Mesa, que se estrena en salas comerciales el 10 de noviembre. ¡°Es, a la vez, anecd¨®tico, noticioso y signo de los tiempos. Cuando doy clases, siempre insisto a los alumnos en que, sean chicos o chicas, encarar¨¢n los mismos problemas para hacer una pel¨ªcula, pero ellas encadenar¨¢n adem¨¢s preguntas en las entrevistas sobre el hecho de ser mujeres. Yo, al menos, llevo toda la vida con esto. A veces, pienso que si no ser¨ªa mejor ser un ser intersexual¡±, reflexiona.
La ¨²ltima en concursar, Jaione Camborda (San Sebasti¨¢n, 40 a?os), este mi¨¦rcoles, ser¨¢ la primera en llegar despu¨¦s a los cines: el 11 de octubre. ¡°Yo s¨ª creo que es reflejo de los tiempos y confirmaci¨®n de la calidad del cine que hacemos las mujeres. Hay que vivirlo as¨ª. Y tambi¨¦n tenemos que disfrutarlo como una celebraci¨®n¡±, piensa la donostiarra. ¡°Por fin est¨¢ siendo m¨¢s justa la situaci¨®n... aunque a¨²n nos queda mucho¡±.
En cualquier caso, explica Coixet, ¡°las directoras acarreamos esta mochila a?adida de ser mujer, y encima parecemos obligadas a contar historias que conmuevan y que aporten una intrahistoria, la de ser mujer en este mundo, y eso s¨ª que sigue siendo novedoso¡±. Porque otra coincidencia es que las protagonistas de las tres pel¨ªculas transitan por un viaje: algunas de manera voluntaria (la Nat de Un amor se muda a un pueblo huyendo de la ciudad, busc¨¢ndose a s¨ª misma; In¨¦s en El sue?o de la sultana atraviesa medio mundo en una exploraci¨®n filos¨®fica y sentimental), otra obligada por las circunstancias (en O corno Mar¨ªa ha realizado un aborto clandestino a una adolescente que ha salido mal y tiene que huir a Portugal atravesando el r¨ªo Mi?o).
Esto le llama la atenci¨®n a la cineasta catalana: ¡°Mis dos primeras pel¨ªculas no eran historias especialmente femeninas, porque yo luchaba contra eso. Y a pesar de todo, me preguntaban por los personajes femeninos. Uf, llevo ya d¨¦cadas con esto. Yo s¨ª he visto las otras dos pel¨ªculas, y lo reconozco: sufren microagresiones, si se puede llamar as¨ª, y a las tres protagonistas lo que les pasa les ocurre porque son mujeres¡±. En el caso de Un amor, al llegar Nat al pueblo, hasta tres personas le inquieren si va a vivir sola y si no tiene miedo. ¡°Cosa que jam¨¢s se le dir¨ªa a un hombre en ese tono. Esas cosas minan a cualquiera¡±. Y de ah¨ª salta a la realidad: ¡°Ahora se habla mucho del empoderamiento, t¨¦rmino que no me gusta, no suena bien. Mira, el poder se tiene o no se tiene. Y el poder es dinero. Respirar¨¦ con alivio solo el d¨ªa en que el presupuesto de una pel¨ªcula con directora sea igual a la de un filme con director. No puede ser esta precariedad continua, por mucho que como cineasta mujer est¨¢s curtida en el posibilismo y la guerrilla. Me reprocho no haber luchado por mejores condiciones, me han podido m¨¢s las ganas de hacer las pel¨ªculas. Como directora vivimos sumergidas en el esquema de la precariedad¡±. Y remata: ¡°S¨ª, emociona que haya m¨¢s voces y nuevas generaciones, pero si no luchamos por la mejora de las condiciones, si no peleamos por hacer crecer los presupuestos, jam¨¢s prosperaremos¡±.
Para Herguera, ¡°puede que sea el momento de que contemos por fin lo que nos pasa, que no haya mediadores masculinos¡±. A continuaci¨®n, puntualiza: ¡°La pel¨ªcula ilustra mi viaje, el aferrarme a ese libro porque sab¨ªa que conten¨ªa un valor fundamental para m¨ª. Cada una hemos creado desde nuestro lugar y a nuestro ritmo, con lo cual poco puedo saber¡±.
Camborda narra una historia que transcurre en la Galicia del final del franquismo: ¡°Una ¨¦poca oscura, con grandes prohibiciones para los espa?oles, y m¨¢s a¨²n para las mujeres, y espero que se entienda que he creado un puente estil¨ªstico con la actualidad, porque hay ciertas cuestiones a¨²n hoy sin resolver¡±. En este viaje en com¨²n de los tres filmes, la directora de O corno tambi¨¦n ve ¡°diversidad desde la coincidencia¡±. Y a?ade otra explicaci¨®n: ¡°Poseemos tan pocos referentes, que nos seduce la posibilidad de vernos reflejadas en la pantalla. Hist¨®ricamente, hemos visto, en su mayor parte, filmes de marcado car¨¢cter masculino. Apetece explorar, investigar¡±.
Babelia
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