La Concha de Oro de ¡®O corno¡¯ convierte a Jaione Camborda en la primera directora espa?ola en ganar en San Sebasti¨¢n

El drama O corno, rodado en gallego por la donostiarra Jaione Camborda, ha ganado la Concha de Oro a la mejor pel¨ªcula en la 71? edici¨®n del festival de San Sebasti¨¢n. Camborda, de 40 a?os, se convierte as¨ª en la primera espa?ola en lograr este trofeo. Hasta el s¨¢bado se lo hab¨ªan llevado 13 filmes espa?oles (de 11 directores, ya que Imanol Uribe e Isaki Lacuesta lo han conseguido por partida doble) y cinco mujeres cineastas, pero Camborda a¨²na por primera vez g¨¦nero y nacionalidad. En las ¨²ltimas cuatro ediciones del Zinemaldia, han sido pel¨ªculas lideradas por directoras las que se han llevado el premio principal.

Adem¨¢s, Camborda jugaba en casa. Aunque hace ya lustros que vive en Santiago de Compostela, la cineasta naci¨® y creci¨® en San Sebasti¨¢n. Es m¨¢s, sus primeros recuerdos f¨ªlmicos mezclan las pel¨ªculas que ve¨ªa en la antigua sala Astoria con sesiones en el festival de cine en el que acaba de consagrarse. O corno es su segunda pel¨ªcula ¡ªla primera, Arima, fue fagocitada por la pandemia¡ª y viaja a 1971, a los ¨²ltimos estertores del franquismo en Illa de Aurosa, en la provincia de Pontevedra. All¨ª vive Mar¨ªa, mariscadora y partera. En su soledad se sienten dolores del pasado. El drama arranca y finaliza con dos partos, en los que la madre aparece en lados distintos de la pantalla, porque Camborda juega a una pel¨ªcula dividida en dos espejos. Y, para se?alar el corte, el momento bisagra en que la felicidad se transformar¨¢ en huida, un mago corta en dos partes a una mujer en una actuaci¨®n en una fiesta popular. A la vez, una desgracia obliga a Mar¨ªa a huir: la mujer que ayuda necesitar¨¢ desde ese momento la ayuda de otras mujeres para alcanzar la frontera con Portugal. El corno del t¨ªtulo es el cornezuelo del centeno, hongo que Mar¨ªa usa para ayudar a abortar a una adolescente embarazada, desesperada porque ese futuro beb¨¦ truncar¨¢ su incipiente carrera atl¨¦tica.

Con la Concha de Oro en la mano, la cineasta comparti¨® el premio con su equipo y sus productoras: ¡°No he podido estar mejor acompa?ada¡±. Y coment¨® el halago que disfrutaba al recibir el trofeo de un jurado lleno de referentes. ¡°Qu¨¦ importantes son quienes nos abren camino¡±. Adem¨¢s, anim¨® a las siguientes generaciones, ¡°a las cineastas que est¨¢n por venir¡±, para que prosigan con este legado.

Las tres pel¨ªculas espa?olas en la competici¨®n estaban dirigidas por mujeres, y de ellas O corno aportaba la apuesta m¨¢s redonda y lograda, tambi¨¦n la que m¨¢s exige al espectador. Camborda contrat¨® para protagonizarla a la bailarina de contempor¨¢neo Janet Nov¨¢s, a la que la cineasta fich¨® por el absoluto control de su cuerpo, y porque proced¨ªa de la Galicia rural que se muestra en pantalla. La artista llena la pantalla con una fisicidad imponente, en uno de los grandes aciertos de Camborda.

Ese dominio de lo f¨ªsico se disfruta tambi¨¦n en Un amor, de Isabel Coixet, la adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Sara Mesa. El choque de cuerpos sucios y la coreograf¨ªa sexual de los personajes de Laia Costa y Hovik Keuchkerian rompen los m¨¢rgenes de la pantalla. Y esos movimientos, tan humanos, tan cre¨ªbles y en un tama?o tan gigantesco, habr¨¢n sumado a favor de que Keuchkerian obtenga el otro premio espa?ol del palmar¨¦s de la secci¨®n oficial: para ¨¦l ha sido la Concha de Plata a la mejor interpretaci¨®n secundaria. En el escenario, brome¨® sobre el trofeo y us¨® en su discurso el talento de su pasado como monologuista.

El premio del jurado y el galard¨®n a la mejor fotograf¨ªa se los ha llevado la sueco-danesa Kalak, de lejos la pel¨ªcula m¨¢s sobrevalorada en el palmar¨¦s del tribunal que presid¨ªa Claire Denis. Su protagonista ha sufrido los abusos sexuales de su padre cuando era adolescente en Copenhague. Y, para huir de ese lastre emocional, emigra a Groenlandia con su esposa y sus dos hijos, aunque con una mochila psicol¨®gica que lo impulsa a un comportamiento err¨¢tico con las mujeres con las que se cruza, especialmente con las inuits. Es una pel¨ªcula que, contada, suena bien, pero en pantalla no acaba de funcionar, entre otras razones por la falta de qu¨ªmica del actor principal con cualquier otro miembro del reparto ¡°Hay much¨ªsimos tab¨²es en los traumas sexuales en los hombres, en no contar que sus relaciones emocionales quedan envenenadas por lo vivido. Y si no se afronta, no se cura¡±, dec¨ªa su directora, la sueca Isabella Ekl?f. No ser¨¢ Kalak la pel¨ªcula que ayude en este camino.

Mejor elecci¨®n parece la Concha de Plata a la mejor direcci¨®n para las realizadoras taiwanesas Peng Tzu-Hui y Wang Ping-Wen por Un viaje en primavera, una reflexi¨®n que en esta temporada de festivales se ha repetido en otros t¨ªtulos: nadie sabe lo que se esconde dentro de una pareja: su dolor, su cari?o, su complicidad o su frialdad. Este drama arranca con el plano de un anciano sentado en una roca mirando una imponente cascada, y lo que seguir¨¢ es c¨®mo ha llegado hasta ah¨ª y el sendero de dolor que ha transitado. En una apuesta de las directoras, en la pantalla se ven, adem¨¢s, las perforaciones del celuloide.

Desde 2021, el festival de San Sebasti¨¢n se ha sumado a la iniciativa de otros cert¨¢menes de no diferenciar por g¨¦neros los premios de interpretaci¨®n. En esta edici¨®n, adem¨¢s del mencionado galard¨®n a Hovik Keuchkerian, la Concha de Plata a la mejor actuaci¨®n protagonista ha sido, ex aequo, para el argentino Marcelo Subiotto, estupendo profesor de filosof¨ªa en Puan; y para el veterano japon¨¦s Tatsuya Fuji, que encarna a otro docente universitario ¡ªya es extra?a la coincidencia laboral¡ª que se hunde en la demencial senil en Great Absence. Fuji agradeci¨® el premio (con la rotundidad de sus ¡°arigato¡±) a casi cada compa?ero del equipo en un discurso entre emocionante y delirante.

Argentina, en combate

Para Puan ha sido tambi¨¦n el galard¨®n al mejor guion, escrito por sus directores, Mar¨ªa Alch¨¦ y Benjam¨ªn Naishtat. Es cierto que avanza de forma certera: en una de las universidades porte?as, la muerte del catedr¨¢tico de Filosof¨ªa abre la posibilidad de que su disc¨ªpulo, siempre a la sombra, herede el cargo. Hasta que vuelve de Europa una estrella de las redes sociales y la filosof¨ªa del siglo XXI (lo construye con hilaridad Leonardo Sbaraglia), y entra arrollando con todo. Las dos aportaciones argentinas al concurso, Puan y La pr¨¢ctica, proced¨ªan de la comedia y dieron algo de aire al ambiente plomizo de la secci¨®n oficial. Por cierto, cada cineasta argentino que subi¨® al escenario en la gala de clausura (y hubo varios, de distintas secciones) alert¨® sobre el advenimiento del fascismo neoliberal a su pa¨ªs, y el temor a que acabe con libertades sociales y art¨ªsticas. Adem¨¢s del concurso oficial, en el resto de las secciones hubo, como ha sido habitual en la ¨²ltima d¨¦cada en el Zinemaldia, un triunfo absoluto del cine de directoras.

El Zinemaldia ha vivido una edici¨®n rara. El documental No me llame Ternera, de Jordi ?vole y M¨¤rius S¨¢nchez, fagocit¨® las semanas previas y los dos primeros d¨ªas del festival, en un tsunami que no dej¨® asomar al cine hasta el tercer d¨ªa. Tampoco la secci¨®n oficial, despu¨¦s de sus 16 filmes, ha dado inmensas alegr¨ªas. Eso s¨ª, como es habitual en el certamen, las salas se llenaron. El ¨²nico galard¨®n en el que deciden, el premio del p¨²blico, fue para La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona, la candidata espa?ola al Oscar a mejor pel¨ªcula internacional. En su votaci¨®n bati¨® el r¨¦cord, al lograr una media de 9,23 puntos sobre 10. Las pel¨ªculas ser¨¢n mejores o peores, pero en San Sebasti¨¢n quienes nunca fallan son los espectadores.