San Isidro 2023, de los tendidos llenos a la crisis de identidad

La tauromaquia moderna atraviesa una etapa de profundo cambio, est¨¢ inmersa en un se¨ªsmo de gigantescas proporciones que, quiz¨¢, no sea percibido por sus protagonistas porque todos ¡ªtaurinos, aficionados y p¨²blico¡ª se mueven al mismo tiempo. Pero la fiesta de los toros, al igual que el planeta Tierra, se mueve y de qu¨¦ modo.

Lo que no est¨¢ claro es hacia d¨®nde camina, si se barrunta un espect¨¢culo comprometido con la integridad y la pureza o, por el contrario, se perfila una caricatura divertida de lo que ha sido hist¨®ricamente y le ha permitido llegar hasta nuestros d¨ªas.

La fer...

La tauromaquia moderna atraviesa una etapa de profundo cambio, est¨¢ inmersa en un se¨ªsmo de gigantescas proporciones que, quiz¨¢, no sea percibido por sus protagonistas porque todos ¡ªtaurinos, aficionados y p¨²blico¡ª se mueven al mismo tiempo. Pero la fiesta de los toros, al igual que el planeta Tierra, se mueve y de qu¨¦ modo.

Lo que no est¨¢ claro es hacia d¨®nde camina, si se barrunta un espect¨¢culo comprometido con la integridad y la pureza o, por el contrario, se perfila una caricatura divertida de lo que ha sido hist¨®ricamente y le ha permitido llegar hasta nuestros d¨ªas.

La feria de San Isidro, finalizada el pasado domingo, es la mejor prueba de ello. Ya lo fue, por su desmedido triunfalismo, la de Abril de Sevilla, pero la de Madrid, con menos tardes de gloria mundana, ha apuntalado las bases de ese nuevo espect¨¢culo que supone un cambio profundo de la fiesta de los toros.

La primera sorpresa, y de las gordas, se ha producido en las taquillas. Distintas asociaciones de aficionados clamaron al cielo por la prerrogativa que la Comunidad de Madrid, propietaria de Las Ventas, concedi¨® en el ¨²ltimo pliego a la empresa Plaza 1 de liberalizar los precios de las entradas sueltas, que han supuesto el 33% de un aforo de 22.974 localidades.

La primera sorpresa se ha producido en las taquillas; a pesar de la liberalizaci¨®n de los precios de las entradas sueltas, nueve tardes se colg¨® el ¡®no hay billetes¡¯

Los empresarios Rafael Garc¨ªa Garrido y Sim¨®n Casas tiraron por lo alto, miraron m¨¢s su cartera que los intereses de los aficionados que por razones econ¨®micas, laborales o geogr¨¢ficas no pueden acceder a un abono y se expusieron a que deslumbrara el cemento de los tendidos m¨¢s de una tarde.

Pero, no. Hay que reconocer que la estrategia les ha salido redonda. No lo reconocer¨¢n nunca, pero, con toda seguridad, han ganado mucho dinero. El comunicado que Plaza 1 emiti¨® hace unos d¨ªas hablaba por s¨ª solo: nueve tardes de ¡®no hay billetes¡¯, con una media de asistencia del 91%.

?Por qu¨¦ tanta gente en los toros en un momento en el que la fiesta recibe tantos y, a veces, desmesurados ataques de la izquierda pol¨ªtica y las corrientes animalistas y la pasividad acomplejada de la derecha?

Quiz¨¢, por eso; quiz¨¢, como encendida respuesta a planteamientos radicales que pretenden cercenar la libertad de ir a los toros por la simple raz¨®n de que a ellos ¡ªlos antitaurinos¡ª no les gusta este espect¨¢culo.

Sea por lo que fuere, ¨¦xito sin precedentes en las taquillas, altos beneficios para la empresa y bofet¨®n sin mano para quienes auguraban una plaza medio vac¨ªa una tarde tras otra.

Pero San Isidro ha sido algo m¨¢s.

Una parte sustancial de ese numeroso p¨²blico ¡ªla afici¨®n es cada vez m¨¢s corta en n¨²mero¡ª sabe de toros tanto como de b¨¢dminton, ignora el sentido de conceptos tan taurinos como la exigencia, la pureza y la integridad, y busca la diversi¨®n como objetivo fundamental de su presencia. Y as¨ª ha sido. En este San Isidro ha mandado el p¨²blico, lo que ha repercutido en la g¨¦nesis y el desarrollo del espect¨¢culo.

El maestro Pepe Luis V¨¢zquez recordaba la extrema vigilancia de los aficionados de su tiempo, y sentenciaba: ¡°Cuando manda el p¨²blico, mandan los taurinos¡±. ?Los taurinos¡­!

El primer d¨ªa de feria, 10 de mayo, apareci¨® una pancarta en el tendido 7 que rezaba: ¡°Sube el precio, baja el toro¡±. Palabra de Dios¡­

El trap¨ªo del cacareado ¡®toro de Madrid¡¯ ha pasado a mejor vida. La inmensa mayor¨ªa de los que han salido al ruedo no hubieran aprobado el primer examen veterinario hace solo unos pocos a?os. Y no m¨¢s de unos cuantos aficionados han expresado su protesta. Solo tres toros ¡ªPuerto de San Lorenzo, El Pilar y Adolfo Mart¨ªn¡ª han sido devueltos a los corrales cuando los inv¨¢lidos han sido una legi¨®n.

Esos toros est¨¢n dise?ados para la faena de muleta, de modo que la suerte de varas est¨¢ pr¨¢cticamente desaparecida, y los picadores componen un colectivo en serio peligro de extinci¨®n. ?Y el p¨²blico ha aplaudido a varilargueros por no picar! Y cuando un torero ha intentado un quite lo hac¨ªa a sabiendas de que le estaba robando muletazos al tercio en el que se consiguen los trofeos.

Se han concedido pocas orejas, 20 en total, muchas de ellos avaladas por la euforia desmedida de unos tendidos jaraneros porque muchos, much¨ªsimos toros, han llegado sin vida y agotados al final de la lidia.

?Y los toreros? Demasiados veteranos a la espera de ese torete bonancible que les permita dar el golpe so?ado que les solucione econ¨®micamente la temporada, y j¨®venes sin la aparente ambici¨®n necesaria para encandilar al generoso respetable. Ha habido emoci¨®n, claro que s¨ª, y momentos para el recuerdo, pero han sido los menos.

El trap¨ªo del cacareado ¡®toro de Madrid¡¯ ha pasado a mejor vida

Resulta curioso que el triunfador de la feria sea un diestro reaparecido, Castella, en estado de gracia ante el toro Rociero de Jandilla; y han destacado Emilio de Justo, Fernando Adri¨¢n, el rejoneador Diego Ventura (los cuatro salieron a hombros por la Puerta Grande), Gin¨¦s Mar¨ªn, G¨®mez del Pilar, Leo Valadez, Rom¨¢n, Francisco Jos¨¦ Espa?a, Roble?o, Uceda Leal, Paco Ure?a¡­ Y por encima de todos ellos, Daniel Luque, el torero m¨¢s en forma del escalaf¨®n actual, que ha dictado lecciones magistrales en Sevilla y Madrid.

Y junto a los matadores, un nutrido grupo de toreros de plata que han brillado de manera espectacular. La n¨®mina es amplia, pero es de justicia subrayar los nombres de Fernando S¨¢nchez, Jos¨¦ Chac¨®n, Juan Carlos Rey, Rafael Gonz¨¢lez, Rafael Viotti, Luis Bl¨¢zquez, Juan Jos¨¦ Trujillo, Ni?o de Aravaca, Iv¨¢n Garc¨ªa, Miguel¨ªn Murillo, Ra¨²l Ruiz, Jes¨²s Aguado, Lipi, Marc Leal, Marcos Prieto, Antonio Chac¨®n, Juan Sierra, Javier Ambel, Candelas, Jos¨¦ Luis Trivi?o, Juan Navazo, Daniel Duarte, Juan Contreras¡­ Entre todos ellos, el gran triunfador de la feria ha sido Curro Javier, plet¨®rico con el capote y las banderillas en las varias tardes que hizo el pase¨ªllo. Entre los picadores han destacado Tito Sandoval, Alberto Sandoval, Germ¨¢n Gonz¨¢lez y Paco Mar¨ªa.

La conclusi¨®n apresurada de esta feria pudiera ser que la fiesta de los toros est¨¢ sumida en una acentuada crisis de identidad en la que los ganaderos, los toreros, el p¨²blico y la autoridad -esta merecer¨¢ un cap¨ªtulo aparte- trabajan desde hace alg¨²n tiempo en otra fiesta que, felizmente, garantiza su supervivencia, pero pone en peligro su esencia.

(Durante toda la feria hizo mucho fr¨ªo y sopl¨® un intenso viento que dificult¨® sobremanera la labor de los toreros).

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