?Qu¨¦ hay de nuevo este a?o en la fiesta de los toros? Lo que diga el empresariado, que es el mandam¨¢s
La desnaturalizada tauromaquia necesita encontrar el m¨¦todo para que pueda pervivir en el tiempo, y vuelvan el toro-toro, la rivalidad y la emoci¨®n
?Qu¨¦ hay de nuevo este a?o de 2024 en la fiesta de los toros? Nada, que se sepa; bueno, nada hasta que hablen los empresarios y presenten sus programas. Porque ellos son los que mandan.
Seguro que los pocos aficionados que a¨²n quedan no se sienten presos de una expectaci¨®n ilusionante ante el rosario de sorpresas que les esperan. Ya se conocen las combinaciones de las pr¨®ximas Fallas y no solo no encierran novedades, sino que afloran alguna que otra decepci¨®n.
Pero es lo que hay. El 1 de febrero se presenta la Feria de San Isidro, poco despu¨¦s se conocer¨¢ el contenido de la Feria de Abril, y se puede aseverar sin margen de error alguno que no habr¨¢ maravillas inesperadas.
Se perfila un a?o m¨¢s, como el pasado y como tantos otros, sin atisbo de innovaci¨®n, sin ninguna gesta, sin una combinaci¨®n que deje con la boca abierta. Este es el signo de estos tiempos, y as¨ª seguir¨¢ siendo, dure lo que dure la tauromaquia.
Pero que nadie se turbe: esta es la normalidad.
La fiesta de los toros es, quiz¨¢, el ¨²nico negocio art¨ªstico que no ha evolucionado al vertiginoso ritmo que ha impuesto la sociedad
Los empresarios son los m¨¢s conspicuos representantes de un sector que por distintas razones no es de este tiempo; m¨¢s all¨¢ del colorido, del ambiente, de la emoci¨®n y la belleza, ¡ªconceptos eternos¡ª, del desencanto y el aburrimiento ¡ªsempiternos¡ª, la fiesta de los toros qued¨® anclada y paralizada hace ya muchos a?os. Es, quiz¨¢, el ¨²nico negocio art¨ªstico que no ha evolucionado al vertiginoso ritmo que ha impuesto la sociedad. Ha llegado hasta aqu¨ª gracias al empe?o de la afici¨®n, capaz de superar el anacronismo del espect¨¢culo para seguir disfrutando del misterioso encuentro entre un ser humano y un toro.
Pero esa tabla salvadora se ha ido empeque?eciendo a causa de una degeneraci¨®n desilusionante ¡ªel aficionado est¨¢ a punto de ser considerado una reliquia¡ª, y la fiesta de los toros de los a?os 20 del siglo XXI descansa ¨²nica y exclusivamente en las manos de los empresarios.
Ellos, los pocos grandes y los muchos peque?os, son los que mantienen el espect¨¢culo, deciden su programaci¨®n y eligen, premian, castigan o vetan a los toros y toreros en funci¨®n de la marcha del negocio y de sus compromisos con otros miembros del sector.
Los empresarios arriesgan su dinero y procuran obtener un leg¨ªtimo beneficio. No forma parte de su preocupaci¨®n la integridad, la pureza y la promoci¨®n del arte del toreo. Esa no es, en teor¨ªa, su misi¨®n, aunque ser¨ªa deseable que a todos ellos les preocupara la salvaguarda de la esencia de la fiesta, condici¨®n indispensable para su permanencia.
He aqu¨ª la raz¨®n -el mando omn¨ªmodo de los empresarios y su apego a la rentabilidad antes que a la verdadera naturaleza del espect¨¢culo- de que la tauromaquia se haya desnaturalizado, de modo que se organizan ferias de dise?o sobre la base de tres o cuatro figuras conocidas con toros comerciales para satisfacer solo al p¨²blico, que es el que puede permitir, llegado el caso, que exista rentabilidad econ¨®mica.
Pero la culpa de esta situaci¨®n no es de los empresarios; al menos, no en exclusiva. Es el desamparo pol¨ªtico y social de la fiesta de los toros el que propicia la situaci¨®n actual. Un patrimonio cultural, como lo es el cine, el teatro, la m¨²sica o los toros, debiera estar protegido por las administraciones p¨²blicas, defendido y promovido al margen de la iniciativa privada. Y si no est¨¢ la administraci¨®n en primera l¨ªnea, s¨ª amparada por un organismo que vele por su mantenimiento, su prestigio y su esencia.
Se trata, en suma, de buscar el m¨¦todo adecuado para que la tauromaquia pueda pervivir en el tiempo a pesar de las amenazas permanentes; se trata de que sea posible que vuelva el toro-toro que destrone al aborregado artista de tantas tardes de desaliento; se trata de que se anuncien gestas de toreros valientes, que exista rivalidad aut¨¦ntica, de que haya un liderazgo y que la emoci¨®n deje de ser un sentimiento cada vez m¨¢s alejado de las plazas de toros. Y esta responsabilidad, a la vista est¨¢, no puede residir en las manos de los empresarios.
Porque, ?son aficionados los empresarios taurinos actuales? Quiz¨¢, no, pero tampoco tienen necesidad de serlo. Sus antecesores de los a?os gloriosos de la fiesta de los toros pod¨ªan permitirse, incluso, el lujo de ser rom¨¢nticos porque el negocio era seguro y rentable. Hoy, no. De ah¨ª, que ante el desamparo oficial deban actuar con la mirada dirigida a la taquilla.
Un patrimonio cultural, como es la tauromaquia, debe estar protegido por las administraciones p¨²blicas, defendido y promovido al margen de la iniciativa privada
Por cierto, s¨ª hay algo nuevo en este a?o de 2024 en la fiesta de los toros.
Hay un nuevo ministro de Cultura, que no es amigo de la tauromaquia. En su primera entrevista con un medio de comunicaci¨®n prometi¨® di¨¢logo con el sector, y en la segunda ha dicho que ¡°las tradiciones evolucionan y creo que hay una mayor¨ªa de la sociedad espa?ola que no comparte la tortura animal; qu¨¦ medidas tomaremos, pues lo tenemos que ver y estudiar; queremos ser cautos y escuchar¡±.
T¨¦ngase en cuenta, no obstante, que las competencias taurinas pertenecen a las comunidades aut¨®nomas, pero el Ministerio cultural y el de Juventud e Infancia pueden intervenir, y de qu¨¦ modo, en los toros. De momento, no hay novedad, pero queda un a?o por delante para las sorpresas.
Ojal¨¢ la nueva temporada ofrezca alguna noticia para la esperanza, alg¨²n motivo para que muchos aficionados desencantados vuelvan al redil.
Hay toros en el campo, qui¨¦n dice que no, y toreros dispuestos a jugarse la vida; lo que no abundan son pol¨ªticos que cumplan la ley, ni cabezas amuebladas y valientes decididas a cambiar el signo de los tiempos para que la tauromaquia vuelva a sus or¨ªgenes: pureza, ortodoxia y respeto a la integridad del toro.
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