Un verano en la imponente y desconocida Monta?a Palentina
Esta regi¨®n, poco visitada pese a su belleza natural, se apoya en el arte rom¨¢nico y en el parador de Cervera de Pisuerga, que cuenta con un balc¨®n al embalse de Ruesga y a picos que alcanzan los 2.500 metros, para captar a senderistas y viajeros que huyen del calor
Con el cierre en 2020 de la ¨²ltima mina de carb¨®n, solo queda explotar el turismo a cielo abierto en la Monta?a Palentina. Al mismo tiempo que comenzaba el declive de la miner¨ªa ¨Cuna industria fundamental en la zona a mediados del siglo pasado¨C, se abr¨ªa en 1975 una nueva veta, el parador de Cervera de Pisuerga, que se convirti¨® al poco en un impulsor de la actividad econ¨®mica. Ubicado sobre el pantano de Ruesga, rodeado de vegetaci¨®n, ordena desde entonces la llegada de visitantes a una regi¨®n desconocida que lucha por atraer a senderistas y andarines de ciudad.
Dentro del parador
Tambi¨¦n se van a encontrar c¨®modos en el norte de Palencia los que solo quieran bajar de golpe 10 grados la temperatura que marca el m¨®vil en el asfalto. Porque la noche palentina exige rebeca. El d¨ªa, en sus valles abiertos y frondosos donde habita el oso, pide gorra y agua. Los pantanos, cristalinos porque la monta?a est¨¢ ah¨ª mismo, son aptos para el ba?o y en ellos se remojan los lugare?os cuando salen de trabajar de las f¨¢bricas de galletas (una industria dominante en la zona; solo una empresa da trabajo a 1.900 personas) y los visitantes cuando salen de ver las iglesias rom¨¢nicas, conservadas tantas ¨Cla concentraci¨®n m¨¢s importante de Europa¨C y tan bien, porque, explica el gu¨ªa Chechu Gonz¨¢lez, no hab¨ªa dinero en Palencia para transformarlas en g¨®ticas.
El mismo Gonz¨¢lez, que fund¨® la empresa Aventuras y Aventuras hace 30 a?os, organiza actividades al aire libre. Cuenta con piraguas y tablas de paddle surf para entretenerse en dos de los pantanos existentes en las proximidades de la estaci¨®n de tren de Barruelo de Santull¨¢n, donde se ubica la nave en la que guardan el material y en la que se practica tiro con arco. Tambi¨¦n se puede hacer escalada con ellos o subir en 4x4 por las pistas que atraviesan el parque natural Monta?a Palentina para ver y saber lo que pasa ah¨ª dentro, que es mucho y pocos lo conocen. El oso come ar¨¢ndanos y la miel de los apicultores palentinos; el lobo aguarda a la noche para cazar; el ciervo inicia la berrea en septiembre. Resulta m¨¢s sencillo cruzarse con un reba?o de vacas, que llegan al parador en forma de chuleta a la brasa, que con humanos. Se atraviesan bosques de robles, hayas y abedules, en veh¨ªculo o a pie.
Naturaleza para los Sentidos
Actividades culturales, turismo sostenible, dinamizaci¨®n de la zona...
C¨®mo sacarle el m¨¢ximo partido al entorno del parador de Cervera de Pisuerga
Existen en el parque una decena de rutas circulares para completarlas andando y hay una espec¨ªfica para realizarla en bicicleta, que consta de 59 kil¨®metros y va recorriendo las iglesias rom¨¢nicas, como la de Santa Mar¨ªa la Real, en Cillamayor, que va a estar abierta todo el verano de martes a domingo. Hay que preguntar por Jos¨¦, que custodia la llave y que explica que la talla de la virgen es rom¨¢nica de transici¨®n g¨®tica y la pila bautismal es renacentista porque est¨¢ firmada, y en siglos anteriores no se hac¨ªa. Tambi¨¦n conviene dirigirse a Aguilar de Campoo, donde se encuentra el monasterio de Santa Mar¨ªa la Real, que alberga el Centro de Estudios del Rom¨¢nico.
Tranquilidad al aire libre
Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, director del parador, resume sin sorpresas lo que buscan los visitantes que acuden a la Monta?a Palentina: ¡°Desconexi¨®n¡±. Prosigue con conceptos similares: ¡°Relax, tranquilidad, aire libre¡¡±. La terraza del parador lo ofrece a cualquier hora. Es un balc¨®n al embalse de Ruesga. Justo enfrente se observa la masa de agua rodeada de verde y de veraneantes, como la bilba¨ªna Mar¨ªa Fuente y su amiga palentina Paula de Arce, que se han acercado a dar un paseo con los perros. Fuente, de 25 a?os, es profesora de Primaria en el Pa¨ªs Vasco y acude todo lo que puede a la zona porque su padre es de Cervera de Pisuerga. ¡°Con el paso de los a?os he ido valorando el entorno, las vistas espectaculares, el ambiente, la gente¡¡±, resume. Tambi¨¦n hay quien tira la ca?a en el pantano y quien estira la toalla antes de darse un ba?o, ahora que se ha llenado por las fuertes lluvias de las jornadas pasadas.
A la derecha de ese mirador que supone la terraza del parador se levantan los picos del Curavacas (2.524 metros) y el Espig¨¹ete (2.450), que atraen a amantes de la naturaleza ya m¨¢s preparados. Fuente ha subido varias cumbres. Este verano va a acometer el Curavacas, la cima m¨¢s alta, con su madre, que es muy monta?era. ¡°Tampoco son tan exigentes, pero se requiere tiempo y respeto. Tambi¨¦n conviene practicar deporte con asiduidad, conocer la ruta y levantarse temprano. Esto no es ir a dar un paseo por el monte¡±, explica. El senderismo da paso al monta?ismo. Son dos partes de la Monta?a Palentina, a la que se accede en 4x4 y a la que se llega a pie, de diferente nivel y disfrute.
Para los que optan por moverse en veh¨ªculo, la ruta de los pantanos (tres) permite recorrer la zona con paradas en miradores. A los ingleses les gusta. Llegan en ferry desde Portsmouth hasta Santander, que est¨¢ a 130 kil¨®metros del parador. Algunos desembarcan en coches de ¨¦poca o en motos grandes, algunas incluso con sidecar. Piden en el restaurante tarta de manzana reineta, cuando no les convencen los camareros para que se decanten por los socorritos de Cervera, unos lazos de hojaldre enterrados en az¨²car glas. Hay clientes que pernoctan; otros, que realizan alguna parada y algunos, los de la zona, que reservan el hotel para celebraciones peque?as y grandes.
Daniel, Nuria y Jos¨¦ Antonio te recomiendan
¡°Me encanta ir a tomar el sol y a nadar al pantano de Ruesga, justo la masa de agua que se ve desde el parador. Tambi¨¦n se puede bordear a pie, existen varios desv¨ªos que te conducen a una fuente o a antiguas caba?as de pastores.¡±
Daniel Merino
Ayudante de cocina 5 a?os en Paradores
¡°La senda de Fuente Cobre empieza en Santa Mar¨ªa de Redonda, donde se puede dejar el coche sin problema. El camino, de 5 kil¨®metros, te conduce hasta una cueva, en la que nace el r¨ªo Pisuerga. Est¨¢ casi en la frontera con Cantabria.¡±
Nuria Alonso
Jefa de Recepci¨®n 22 a?os en Paradores
¡°El punto de partida es Castrej¨®n, a 15 kil¨®metros del parador. Desde ah¨ª se puede iniciar un paseo hasta Pis¨®n, que cuenta con la iglesia rom¨¢nica de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n. En direcci¨®n contraria, se puede visitar Traspe?a, en la falda de Pe?a Redonda.¡±
Jos¨¦ Antonio Narganes
Camarero 2 a?os en Paradores
Si llueve o si el visitante quiere conocer un oficio de siempre, Jos¨¦ Castrillo tiene la fragua abierta en Tarilonte de la Pe?a, a 20 kil¨®metros del parador. Este herrero de 43 a?os dej¨® Madrid para instalarse en su pueblo de nuevo y darle relevo a su padre en el trabajo del hierro. Transforma barras redondas de acero en esculturas. ¡°No compro nada conformado¡±, afirma. Estuvo trabajando un tiempo para una joyer¨ªa muy conocida que le llev¨® a Jap¨®n y a Estados Unidos. Pero par¨®. ¡°Prefiero ganar 1.000 euros aqu¨ª que 4.000 en Madrid¡±, asegura despu¨¦s de haber retorcido un hierro a base de martillazos hasta entrelazarlo. Los visitantes tambi¨¦n dan golpes en el yunque. El rojo incandescente de la barra impresiona, pero basta con ponerse unas gafas protectoras para salir de all¨ª con un llavero artesanal en el bolsillo. ¡°Me gusta la soledad. Pero tambi¨¦n me escapo a Madrid de vez en cuando para ir a un concierto¡±, explica rodeado de ara?as y hormigas de hierro, su arte.
Barruelo de Santull¨¢n, sede de Aventuras y Aventuras, lleg¨® a tener 12.000 habitantes a mediados del siglo XX, recuerda Gonz¨¢lez; atrajo ciudadanos de las regiones lim¨ªtrofes para trabajar en las minas. 1.203 lugare?os registr¨® el INE el a?o pasado, y bajando. Gonz¨¢lez y Garc¨ªa y Castrillo ¨Cy todos los que contribuyen a promocionar la Monta?a Palentina¨C reconocen lo complicado que resulta frenar la despoblaci¨®n, pero conf¨ªan en que cada vez m¨¢s visitantes destinen unos d¨ªas de sus vacaciones en el norte de Palencia. ¡°Siempre sucede lo mismo¡±, arranca Garc¨ªa, nacido en Alcorc¨®n (Madrid). ¡°La gente no conoce la zona. Pero todo el mundo se va encantado¡±, a?ade el director que, tras pasar por ocho paradores, lleva dos a?os instalado en el de Cervera de Pisuerga. Su familia va a dejar Segovia y se van a mudar con ¨¦l. Hay quien lleva el turismo m¨¢s lejos.