Lecciones para construir una sociedad mejor
La pandemia ha demostrado la necesidad de crear una econom¨ªa m¨¢s verde, pero tambi¨¦n que gran parte del esfuerzo ser¨¢ en vano sin una redistribuci¨®n de la renta m¨¢s justa
Ahora que las cifras indican que las vacunas contra la covid-19 funcionan, abriendo as¨ª un camino amplio y soleado para salir de las tinieblas de una pandemia que ha causado (y sigue causando) millones de muertos, el mundo se enfrenta a una paradoja terrible. Por un lado, el dolor y la disrupci¨®n de los cerca de 18 meses que han pasado desde el descubrimiento del virus y los primeros casos derivados de ¨¦l han provocado en la mayor parte de la humanidad un ansia muy potente por volver a un mundo que, por lo menos, se parezca lo m¨¢s posible al que se perdi¨®. Por otra parte, la pandemia ha creado una ocasi¨®n irrepetible de rectificar el sendero que tomamos como civilizaci¨®n y acelerar la mitigaci¨®n de unos problemas que ya exist¨ªan antes de ella y que seguir¨¢n existiendo despu¨¦s. La pregunta es: ?queremos realmente que este nuevo arranque de la civilizaci¨®n tras la pandemia nos conduzca a las sendas que ya sab¨ªamos que nos llevar¨¢n al desastre? Y si la respuesta es no, ?c¨®mo hacer lo que tenemos que hacer sin alienar a una ciudadan¨ªa hambrienta de normalidad? Es para resolver esas preguntas que Retina ha organizado el evento Retina Reboot, impulsado por Santander y Telef¨®nica y con Accenture y ServiceNow como socios anuales de esta edici¨®n.
El primer desaf¨ªo es el m¨¢s grande de todos: el cambio clim¨¢tico. Naciones Unidas estima que la reducci¨®n de emisiones de gases de efecto invernadero durante 2020 fue de alrededor de un 7% con respecto al a?o anterior. Esta cifra, derivada de una restricci¨®n sin precedentes de la actividad humana en los pa¨ªses desarrollados, no est¨¢ muy lejos de lo que los pa¨ªses firmantes del Acuerdo de Par¨ªs pactaron dejar de lanzar a la atm¨®sfera cada a?o. ¡°Creo que esa cifra nos ayuda a ver que la sostenibilidad no solo va de peque?os cambios, va de hacer las cosas distintas¡±, considera Lara de Mesa, directora general de banca responsable del Banco Santander. ¡°Nos muestra que el reto que tenemos es tan colosal que tenemos que reinventar tantas cosas, y que lo digital, al final, nos da m¨¢s posibilidades de acelerar los cambios necesarios. Antes de la pandemia ya hab¨ªa una necesidad creada acerca de la sostenibilidad; el mundo necesitaba algo m¨¢s que dinero barato. Con la pandemia temimos que eso cayese en el olvido; creo incluso que, por el contrario, ha salido reforzado¡±.
?Qu¨¦ m¨¢s hace falta? Para Kavita Parmar, cofundadora de IOU Project y Xtant, ¡°desde la Revoluci¨®n Industrial hemos puesto al crecimiento, el aumentar la cantidad de producci¨®n, como nuestro Dios. Y eso es algo que ha llevado a nuestro planeta al l¨ªmite¡±. Esa es una tendencia que se ha acelerado en los ¨²ltimos a?os, con la proliferaci¨®n del modelo de bajo coste. ¡°El low cost es lo m¨¢s caro que hemos inventado¡±, defiende Parmar. ¡°Porque ese coste se transfiere al medio ambiente, al gasto social. No nos lo podemos permitir¡±. Y sentencia: ¡°Todos los negocios necesitan decrecer en lo f¨ªsico y crecer en otras direcciones¡±.
Pero el decrecimiento est¨¢ muy lejos de ser una unanimidad. Siguen estando muy presentes las voces que defienden mantener a todo trance las viejas definiciones de progreso y exigen seguir aplazando las respuestas a la crisis clim¨¢tica y a otras. Es m¨¢s, ganan fuerza argumentando que las iniciativas para rechazar e incluso revertir esas respuestas afectan, sobre todo, a los m¨¢s desfavorecidos.
Dar una respuesta real a esas (justificadas) cuestiones ser¨¢ fundamental para el ¨¦xito de la modernizaci¨®n ambiental, especialmente en sociedades desarrolladas. ¡°Con pandemia o sin ella, Espa?a tiene que transformarse hacia una econom¨ªa m¨¢s sostenible y m¨¢s moderna¡±, pone como ejemplo Sara de la Rica, directora de la Fundaci¨®n ISEAK y presidenta de la Comisi¨®n de Desarrollo Sostenible de Iberdrola. ¡°Pero si queremos que sea realmente transformadora, debe ser m¨¢s inclusiva con los m¨¢s vulnerables, y esto es, posiblemente, lo que m¨¢s me preocupa. Porque va a haber un sector de la sociedad que va a mejorar con los cambios, a ser m¨¢s productivo, m¨¢s rico y generar riqueza. El problema es qu¨¦ hacemos para incorporar a ese cambio a la gran mayor¨ªa de los trabajadores. Porque, si no lo hacemos, los beneficiados ser¨¢n solo unos pocos¡±.
Medidas concretas
¡°Nosotros entendemos la sostenibilidad como el atender las necesidades de nuestros distintos grupos de inter¨¦s, desde empleados, clientes, accionistas, proveedores y la sociedad en su conjunto¡±, considera De Mesa. ¡°Y llevamos 20 a?os con esto, no como algo adicional o anecd¨®tico, sino dentro de nuestro n¨²cleo de negocio; estamos implementando los criterios socioambientales en las concesiones de cr¨¦ditos, que no hay negocio m¨¢s fundamental que ese para un banco. Nuestro objetivo es la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 y lo estamos demostrando con medidas concretas, como acabar con nuestra exposici¨®n en empresas que invierten en carb¨®n t¨¦rmico. Y somos cofundadores de una iniciativa en la que participan m¨¢s de 40 entidades. Lo que hacemos es fijar una ambici¨®n y aterrizarla en los distintos sectores de tus carteras de cr¨¦ditos¡±. Aunque alerta: ¡°Los bancos financian la econom¨ªa. No puedes pretender hacer la transici¨®n ecol¨®gica t¨² solo sin que acompa?es la transformaci¨®n de los dem¨¢s. Esto va de cambiar comportamientos¡±.
Sobre todo, la mentalidad ha de estar abierta y se han de considerar las posibilidades de construir modelos de negocio justos y ecol¨®gicamente sostenibles en todos los sectores de la econom¨ªa. ¡°Tiene que haber un poco de todo¡±, apunta De la Rica. ¡°Tenemos que empezar a apostar por cosas que ya est¨¢n aqu¨ª y que son empleos m¨¢s cualificados: temas biot¨¦cnicos, biosanitarios, transporte limpio. Pero no podemos desde?ar que Espa?a es un foco tur¨ªstico, no solo por el sol y la playa, sino que a la gente le gusta nuestra cultura, nuestra gastronom¨ªa, nuestro vino. Es un sector muy precarizado y por eso hay que tener valent¨ªa en la apuesta¡±.
La necesidad de explorar todos los caminos posibles dentro de los t¨¦rminos de la sostenibilidad se hace evidente en el mercado de trabajo, donde la pandemia ha dejado en evidencia que la transformaci¨®n digital no solo es imparable, sino m¨¢s ubicua de lo que se pensaba, lo que ha acentuado una dualidad laboral que ya era inaceptable de antes. ¡°Quienes est¨¢n alineados con los cambios tecnol¨®gicos han podido conservar sus empleos. Los que tienen empleos que requieren menos especializaci¨®n y m¨¢s presencia¡±, apunta De la Rica.
No solo en la oficina
¡°No solo es el teletrabajo de oficina¡±, explica Mercedes Valc¨¢rcel, directora general de la fundaci¨®n Generation Spain. ¡°Un estudio del Banco de Espa?a de necesidades competenciales muestra que incluso en los sectores que se puede pensar que no est¨¢n impactados directamente por el cambio tecnol¨®gico, las competencias digitales tambi¨¦n est¨¢n muy demandadas. La gente tiene que estar form¨¢ndose continuamente. Para eso hay que tener mentalidad de que eso es necesario. Hay que hacer un trabajo muy importante entre las personas que puedan estar en el grupo de los perdedores, las que tienen menos acceso y a las que m¨¢s les impacta no poder estar en esas din¨¢micas¡±.
Y no hay que olvidar que en el grupo de los perdedores hay una presencia desproporcionada de perdedoras. Marieta Jim¨¦nez, presidenta de Merck Healthcare Europa, es l¨ªder de Closing Gap, en sus propias palabras, ¡°un cluster de empresas con la intenci¨®n de poner de manifiesto las brechas de g¨¦nero que siguen existiendo y cu¨¢nto dinero se deja de ganar por no aprovechar todo el talento femenino¡±. La propia Merck es un ejemplo: es una empresa encabezada por una espa?ola, su consejera delegada, Bel¨¦n Garijo.
¡°La I+D es un sector bien representado por las mujeres y creo que debemos seguir foment¨¢ndolo¡±, apunta Jim¨¦nez. ¡°En el mundo de la tecnolog¨ªa y de la ciencia estamos dando pasos importantes¡±. Pero no basta. ¡°Hay que seguir tomando consciencia de cu¨¢l es la situaci¨®n real. Todav¨ªa tenemos una brecha de g¨¦nero de un 36%, a este ritmo tardar¨ªamos 35 a?os. Hace falta acelerar¡±. Tenemos que hacer m¨¢s cosas, que las j¨®venes decidan por carreras cient¨ªficas y tecnol¨®gicas, desarrollar el potencial de las mujeres, mentorizar m¨¢s¡ y, sobre todo, tener m¨¢s mujeres donde se toman las decisiones en el ¨¢mbito p¨²blico y privado¡±.
Una digitalizaci¨®n que no deje a nadie atr¨¢s
Este viernes, la Comisi¨®n Eu?ropea termin¨® de recibir el visto bueno de los 27 pa¨ªses de la UE para empezar el proceso de endeudamiento que le llevar¨¢ a recoger 800.000 millones de euros, destinados a la reconstrucci¨®n de la Uni¨®n tras los devastadores efectos econ¨®micos de una pandemia que todav¨ªa no ha terminado. Y si la batalla pol¨ªtica fue dif¨ªcil, la tarea que se presenta de aqu¨ª en adelante es tit¨¢nica: invertir una cantidad de dinero solo comparable (con todas las salvedades) al Plan Marshall, hacerlo en menos de un lustro y, sobre todo, hacerlo bien. ¡°El desaf¨ªo est¨¢ en ejecutarlo todo¡±, apunta Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalizaci¨®n e Inteligencia Artificial. ¡°Nuestro presupuesto se ha multiplicado por 10, pero no se van a multiplicar por 10 nuestros funcionarios ni nuestras horas de trabajo¡±.
Para Luis Garicano, vicepresidente econ¨®mico de Renew Europe y jefe de la delegaci¨®n de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, la soluci¨®n aportada en el plan espa?ol para evitar retrasos en la ejecuci¨®n no apunta hacia donde deber¨ªa apuntar. ¡°?Qui¨¦n es capaz de gastarse miles de millones? La gran empresa. Y escribes un cheque. Pero esa no es una soluci¨®n transformadora, porque la gran empresa tiene su plan, lo que hace es llevar su plan a cero, coger el dinero del gobierno y eso no cambia nada en el pa¨ªs¡±, pronostica. ¡°Los que realmente necesitan el dinero son las pymes, que forman el verdadero tejido productivo espa?ol. Ahora las pymes piensan que ese dinero les es ajeno¡±.
Sea como sea, hay mucho en juego. El objetivo que acordaron los Veintisiete es muy ambicioso: no solo se trata de encarrilar a la mayor econom¨ªa del planeta, sino de encarrilarla en una v¨ªa m¨¢s sostenible, m¨¢s resistente y menos desigual. Para lograrlo se hace indispensable el poder de la tecnolog¨ªa, y pocos pa¨ªses van a apostar m¨¢s por ello que Espa?a. ¡°La pandemia nos ha ense?ado que la digitalizaci¨®n era uno de los retos que estaban aqu¨ª, que eran importantes, pero ahora tambi¨¦n sabemos que eran urgentes¡±, considera Artigas. ¡°Vamos a dedicar un tercio de las inversiones europeas a la transici¨®n digital; somos el pa¨ªs europeo que m¨¢s va a invertir¡±.
Una inversi¨®n que, seg¨²n la secretaria de Estado, sirve, ante todo, como catalizador. ¡°Si no invertimos hoy hacia la econom¨ªa del dato, nunca va a llegar a ese futuro¡±, considera Artigas. ¡°En Espa?a es mejor que nos pongamos retos agresivos. Concentrando la inversi¨®n p¨²blica en la primera fase, el sector privado se puede sumar luego. A cada euro de inversi¨®n p¨²blica se suman tres o cuatro de inversi¨®n privada¡±. ¡°El plan espa?ol sobre todo invierte en cosas cuando deber¨ªa invertir en personas¡±, replica Garicano. E indica: ¡°En Estados Unidos se hicieron muchos estudios sobre la digitalizaci¨®n en la polic¨ªa; si le das un ordenador a un polic¨ªa, no pasa nada. Solo cambia cuando cambias la formaci¨®n y la organizaci¨®n¡±, apunta. ¡°Y lo mismo aqu¨ª: si pones un ordenador en cada aula, los ni?os van a aprender igual. Se usa el ordenador para cambiar c¨®mo se hacen las cosas¡±.
¡°Tenemos un alt¨ªsimo nivel de conectividad, pero tenemos que desarrollar el siguiente nivel, y para m¨ª ese, m¨¢s que la infraestructura de redes, es el talento digital¡±, considera Artigas. ¡°El 43% de los espa?oles carecen de habilidades digitales b¨¢sicas, y esto es una gran fuente de desigualdad por la p¨¦rdida de oportunidades laborales¡±.
Sea como sea, es indispensable hacerlo bien. ¡°Son muchas cosas a la vez que van a definir el futuro de nuestras compa?¨ªas¡±, indica Mar¨ªa Jes¨²s Almazor, CEO (consejera delegada) de ciberseguridad y cloud de Telef¨®nica Tech. ¡°No decidimos lo que vamos a hacer ma?ana, sino qu¨¦ va a ser de nuestro negocio en el futuro. La digitalizaci¨®n es el paso fundamental para crear un entorno econ¨®mico m¨¢s competitivo, empresas m¨¢s productivas y a la vez m¨¢s sostenibles. Este momento es clave porque tenemos que redise?ar muchas cosas: modelos de negocio, redise?ar completamente los procesos¡ Los clientes no son los mismos, quieren cosas distintas, otras experiencias. Y esto no lo puede hacer una empresa por s¨ª sola. El asesoramiento es imprescindible¡±.
La digitalizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, como otros tantos desaf¨ªos, ser¨ªa un proceso mucho m¨¢s eficiente si hubiese un compromiso de Estado entre las distintas fuerzas pol¨ªticas que garantizase un rumbo firme a largo plazo. Pero, como expresaron en un debate Eduardo Madina, exdiputado del PSOE y socio y director de estrategia de la consultora Harmon, y Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, exdiputado del PP y director del Foro de Humanismo Tecnol¨®gico de ?Esade, es algo tremendamente complicado. ¡°?Tiene hoy el pa¨ªs capacidad de liderazgo para crear un gran acuerdo de pa¨ªs que enfoque bien el futuro despu¨¦s de esta pandemia, en una d¨¦cada que va a ser enormemente relevante en t¨¦rminos hist¨®ricos?¡±, se pregunta Madina. ¡°Me gustar¨ªa poder decir lo contrario, pero creo que no. Y no por una especie de prestigio intelectual del pesimismo, sino por una constataci¨®n de la evidencia: atravesamos una ¨¦poca de enorme polarizaci¨®n pol¨ªtica¡±. ¡°En la polaridad hist¨®rica, en el boxeo democr¨¢tico han emergido una suerte de monstruos y los protagonistas se han ido a las esquinas¡±, apunta Lassalle. ¡°Creo que quien acierte en construir nuevas centralidades ?acertar¨¢ a descubrir por d¨®nde se orientan las nuevas pol¨ªticas. O se cambian realmente los registros, o la pol¨ªtica se adapta y construimos nuevos consensos de racionalidad; si no reaccionamos a eso, alguien lo har¨¢¡±.
Algoritmos sin sesgos para un mundo que exige transparencia
Vivimos en una sociedad cada vez m¨¢s sensible ante todas las clases de discriminaci¨®n. A la vez, nuestras decisiones est¨¢n cada vez m¨¢s influidas (cuando no directamente adjudicadas) por f¨®rmulas matem¨¢ticas que, sobre todo si dependen de la inteligencia artificial, pueden llevar a precisamente eso. ¡°Los datos los generamos los humanos, que tenemos nuestros propios sesgos¡±, explica Pilar Manch¨®n, directora senior de estrategia de investigaci¨®n en inteligencia artificial de Google. ¡°Por experiencia, vivimos c¨®mo se cometen muchas injusticias con algoritmos, muchas veces bien intencionadas¡±, explica la especialista en ¨¦tica digital Carissa V¨¦liz. ¡°Ahora mismo yo podr¨ªa hacer un algoritmo, soltarlo al mundo, que tome decisiones muy importantes y nadie me supervisa, casi no hay control, y solo nos damos cuenta a?os despu¨¦s, cuando se ha destrozado la vida de la gente¡±.
Es imposible desarrollar una sociedad digital sin una responsabilidad digital, y ah¨ª la ¨¦tica es imprescindible. ¡°Siempre hay una evoluci¨®n; si nosotros no somos perfectos, nuestras herramientas tampoco¡±, considera Manch¨®n. ¡°Necesitamos estudios de control aleatorio; si no soltamos una medicina sin haberla probado, lo mismo ocurre con un algoritmo que puede hacer tanto da?o o m¨¢s¡±, apunta V¨¦liz. ¡°Imag¨ªnate que vas a un banco y pides un pr¨¦stamo, y el algoritmo te dice que no. El algoritmo tambi¨¦n te tiene que dar una informaci¨®n contraf¨¢ctica de qu¨¦ es lo que tienes que hacer para que te diga que s¨ª¡±.
Hay quien piensa que se ha de ir incluso m¨¢s lejos. Para Renata ?vila, del HAI Center de la Universidad de Stanford (EE?UU), ¡°hemos vivido una expropiaci¨®n de nuestras posibilidades digitales como ciudadan¨ªa¡±, afirma. ¡°Promesas rotas por la acci¨®n sostenida del tecnoimperialismo, los gigantes tecnol¨®gicos en Silicon Valley y China, que se reparten el mundo. Y una gran responsabilidad de un sector p¨²blico que dej¨® hacer y dej¨® de invertir¡±. ¡°La tecnolog¨ªa nunca es neutral. Siempre hay mucha pol¨ªtica y ¨¦tica detr¨¢s¡±, apunta V¨¦liz. ¡°Podemos tener las mejores tecnolog¨ªas del mundo, pero, si no tenemos una distribuci¨®n justa, se pueden echar a perder. Para que la democracia sea fuerte, la ciudadan¨ªa tiene que tener el control de sus datos, que es el control del poder. Si se los damos a las empresas, que no nos sorprenda que los ricos escriban las reglas del juego. Si se los damos a los gobiernos, hay riesgo de totalitarismo¡±.
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