Al Tau s¨®lo le vale el milagro
El Kinder da otro repaso al equipo de Ivanovic (60-80) y queda a un triunfo del t¨ªtulo
Se repiti¨® la historia de los dos anteriores. No hubo dos rivales. S¨®lo uno. Aunque esta vez el marcador no revent¨® hasta quedaban poco m¨¢s de diez minutos para la conclusi¨®n.
El Kinder tuvo el acierto en defensa, con un repertorio que agot¨® y desesper¨® al Baskonia, y en ataque, con el argentino Ginobili estelar. Esta vez no necesit¨® a Griffith. Y eso que los inicios hac¨ªan presagiar otro desenlace. En Vitoria se cre¨® una excitaci¨®n ambiental s¨®lo apta para las grandes ocasiones.
Es un buen invento el de las eliminatorias a cinco partidos. Se puede gozar de cinco finales. Y gana el mejor equipo. En una Final a Cuatro siempre hay margen para la injusticia o la sorpresa. El Tau lo asumi¨® como si hubiera jugado finales de la Euroliga toda su vida. No sali¨® acogotado, al contrario.
Bennett imprimi¨® un ritmo infernal al partido. Una estrategia v¨¢lida si el equipo tiene fuerzas y banquillo para aguantarlo. Pero el Tau no vive de su banquillo, sino de exprimir a siete jugadores. Y se vio que el Baskonia consigui¨® poca renta para el gran desgaste que derroch¨®.
Quiso un rendimiento r¨¢pido, pero no obtuvo m¨¢s de siete puntos de ventaja (12-5, m.5). El Kinder salv¨® su crisis no a fuerza de genialidades ni de un juego especialmente completo.
Se meti¨® en el partido y lo cogi¨® fuerte de la mano gracias a una defensa descomunal. Hay un dato demoledor: el Tau no anot¨® ninguna canasta de campo en diez minutos, diez largos minutos. A lo sumo, puso tiritas a su herida mediante algunos tiros libres que impidieron que el Kinder repitiera las historias precedentes de los primeros choques en Bolonia.
Es decir, que los partidos quedaron finiquitados antes del descanso. S¨®lo por eso, por los lanzamientos sin una mano encima, lleg¨® con vida al tercer tiempo (30-37).
El Tau suspendi¨® en casi todos los ¨®rdenes, sobre todo en lo que tiene que ver con el bal¨®n y los puntos, que es de lo que se trata.
Y, con todo, s¨®lo perd¨ªa por siete. El Kinder, en el otro extremo, parec¨ªa lanzado, e incluso tuvo algo tan preciado en una final como un jugador en racha. Ginobili se fue al vestuario con 17 puntos. Y pese a todo s¨®lo ganaba por siete.
Si algo tienen los partidos del Tau es que al adversario se le hacen eternos. Tras el descanso, hubo m¨¢s. Atr¨¢s quedaron los problemas ofensivos del equipo de Dusko Ivanovic. Se le presentaron ocasiones para dar la vuelta al choque. Pero los jugadores baskonistas cayeron en el defecto de la precipitaci¨®n e Ivanovic en el de calibrar mal la valent¨ªa de los ¨¢rbitros.
Recibi¨® una t¨¦cnica que dej¨® el partido a mucha distancia del equipo vitoriano (46-56, a punto de terminar el tercer tiempo). Y Abbio y, sobre todo, Ginobili lo remataron con un recital de triples. El Tau qued¨® planchado, a merced de un milagro en el cuarto partido (ma?ana) y en un hipot¨¦tico quinto partido.
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