Pintusevich tumba a Marion Jones
La estadounidense confirma todas las se?ales de crisis que ha emitido en la temporada y pierde la final de los 100 metros
Edmonton las malas se?ales de la temporada y perdi¨® la final de 100 metros frente a la ucrania Zhanna Pintusevich, una habitual de las grandes competiciones que ha obtenido dos a?os despu¨¦s el premio que se le neg¨® por mil¨¦simas en los Mundiales de Atenas.
En aquella ocasi¨®n, Jones emergi¨® en los ¨²ltimos metros para conseguir una victoria que Pintusevich cre¨ªa suya: levant¨® los brazos, reclam¨® la atenci¨®n de los fot¨®grafos y comenz¨® una vuelta a la pista que se interrumpi¨® cuando el marcador dio como ganadora a la estadounidense. Aquel a?o, Jones abri¨® una racha de triunfos ininterrumpidos que se quebr¨® ayer. Pintus¨¦vich -10,82 segundos- dio por fin su aplazada vuelta a la pista, tras una carrera que confirm¨® el deficiente estado de Marion Jones.
El resultado final fue coherente: Pintusevich estuvo en sus mejores tiempos, ni mejor ni peor, como en Atenas. Por lo tanto se puede decir que la carrera la perdi¨® Jones, muy lejos de las marcas que le hac¨ªan inalcanzable. En Sevilla gan¨® con 10,70 segundos. En Edmonton fue segunda con 10,85s, registro de medio pelo para una atleta que ha entrado en una regresi¨®n espectacular. Ha vivido esta temporada en una crisis permanente. En la primavera anunci¨® su divorcio de C.J. Hunter, despu¨¦s de las tormentosas jornadas que vivieron en Sydney cuando ¨¦l fue suspendido por dopaje. A ese dato, Marion Jones ha a?adido una preucupante falta de apetito por la competici¨®n, como si estuviera saturada por los excesos de los Juegos Ol¨ªmpicos. La aparente falta de rivales tampoco ha contribuido a verla en su mejor versi¨®n. Hace poco comenz¨® su carrera como comentarista de la WNBA, la Liga profesional de baloncesto de Estados Unidos. Todos los indicios se?alaban a una atleta despistada, sin el fuego necesario para asumir los mismos desaf¨ªos que antes.
A todos los problemas anteriores, Jones ha agregado uno muy relevante de car¨¢cter t¨¦cnico. Su salida es deplorable. Por razones que todav¨ªa no ha explicado, ha cambiado la t¨¦cnica, ahora m¨¢s parecida a la de Ben Johnson. Arranca con un bote y enseguida se levanta hasta quedar erguida, en lugar de mantener el tronco inclinado hacia adelante durante los 25 primeros metros. As¨ª sal¨ªa Marion y as¨ª arranca Mo Greene, como si empujaran un coche imaginario. Pero la estadounidense ha preferido imitar la t¨¦cnica de Johnson, con las dificultades que eso le genera. Johnson era una bola nuclear que era capaz de desarrollar una energ¨ªa descomunal en las primeras zancadas. La morfolog¨ªa de Jones es muy diferente: m¨¢s alta, menos musculada, con una potencia muy inferior. No est¨¢ en condiciones de imitarle. No importa tanto la reacci¨®n en los tacos como su incapacidad para desarrollar la fase de aceleraci¨®n. Sus 20 primeros metros son desastrosos, y s¨®lo su calidad natural le permiten ganar una buena punta de velocidad en el tramo final. Pero en cualquier caso eso significa que ha bajado dos escalones: no es imbatible, ni est¨¢ amenazada. Simplemente pierde frente a buenas velocistas.
Lo peor para Jones es que ha sido derrotada en un paisaje bastante pobre. Inger Miller no corre desde hace tiempo, lo mismo que la francesa Arron. S¨®lo quedan Pintusevich y la griega Thanou, una bomba de carne que s¨®lo aparece en las grandes competiciones. Hasta ese momento permanece escondida en Grecia, pa¨ªs que ha servido de refugio a algunos de los t¨¦cnicos de la antigua RDA. En los ¨²ltimos a?os, los griegos han producido un extra?o n¨²mero de velocistas de talla mundial, uno de ellos, Konstantinos Kenteris, campe¨®n ol¨ªmpico de 200 metros.
Algo de lo que suceder¨ªa en la final se anunci¨® en las semifinales. Pintusevich derrot¨® a Jones, que se retir¨® con gesto serio. Por primera vez en mucho tiempo se sent¨ªa vulnerable. Su calidad no bastaba para contrarrestar las alarmantes se?ales que hab¨ªa evidenciado en las ¨²ltimas semanas. La final s¨®lo sirvi¨® para repetir el fiasco. Marion cedi¨® una distancia insalvable en la salida, con problemas de reacci¨®n en los primeros pasos. En la fase que construye la aceleraci¨®n, no construy¨® nada. S¨®lo en los ¨²ltimos 30 metros dio alg¨²n se?al de vitalidad, pero siempre lejos de la apabullante atleta que ha dominado la velocidad durante los ¨²ltimos cuatro a?os. Pintusevich no estaba dispuesta a ceder en el momento de su vida. Aguant¨® el tir¨®n y gan¨®. Marion Jones se acerc¨® a saludarla con una elegancia apreciada por el p¨²blico, que supo reconocer el gesto de una atleta espl¨¦ndida en las victorias y en la derrota.
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