Olaz¨¢bal termin¨® cuarto, Garc¨ªa octavo y Jim¨¦nez noveno
Por primera vez en la historia, tres golfistas espa?oles concluyen entre los diez primeros
Miguel ?ngel Jim¨¦nez, Sergio Garc¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal. Tres cabezas, tres historias. Tres obsesiones rondando a la hora de acostarse el s¨¢bado, tres actitudes el domingo.
Jim¨¦nez, el malague?o que da consigo mismo en los grandes, cen¨® a gusto, se tom¨® su copita, se fum¨® su habano y, olvidada la dura ronda del s¨¢bado, el +2 que le priv¨® de cualquier sue?o de brillo extraordinario, dijo: "Ahora de lo que se trata es de acabar entre los 16 primeros para ganarme mi plaza para el a?o que viene". Se calz¨® la gorra, el niki amarillo, se atus¨® el bigote, y a por el campo, d¨ªa soleado, brisa ligeramente molesta, sali¨®. Arranc¨® algunos birdies, se dej¨® alg¨²n bogey y cumpli¨® con su objetivo. Mejor todav¨ªa. Hizo 70 golpes (-2), una de las mejores tarjetas del d¨ªa, y acab¨® noveno (162.400 d¨®lares), mejorando su resultado de 2001. Un hombre feliz por la noche, camino de Dubl¨ªn, donde la pr¨®xima semana disputa el Seve Trophy con el equipo continental.
Sergio Garc¨ªa se fue a la cama con un sentimiento de insatisfacci¨®n. Lo hab¨ªa explicado por la tarde, despu¨¦s de una ronda de 70 golpes (-2) que le dejaba a cuatro golpes de Woods, del favorito. "Creo, de todas maneras", dijo Garc¨ªa, "que deber¨ªa haber estado dos o tres golpes mejor de c¨®mo estuve". La frustraci¨®n no estaba sola. Se mezclaba con un resto de ambici¨®n, con una fe posible en sus posibilidades frente al pensamiento general. "Tenemos reservado el vuelo para el domingo por la noche", explicaban en su familia. "Pero, claro, siempre pensamos que deberemos cambiarlo si gana". "No s¨¦, no s¨¦", dec¨ªa Seve Ballesteros al mediod¨ªa. "Los que andan en -7 como Sergio deber¨¢n hacer, como m¨ªnimo, una ronda de 65 para ganar. Y eso, un domingo de Augusta, un domingo como ¨¦ste, que ha salido el sol y ha secado los greens, los ha endurecido, los ha convertido en espejos ondulantes como acordeones, un domingo en que colocan las banderas en lugares imposibles, eso, sinceramente, me parece muy dif¨ªcil". Y, encima, Woods a cuatro golpes. Pero desde sus 22 a?os indomables, desde la fe ciega en unas facultades ¨²nicas, Sergio Garc¨ªa expresaba otra verdad. "Es muy dif¨ªcil, s¨ª", dijo Garc¨ªa, que, por lo menos, estaba seguro de conseguir el mejor resultado de sus cuatro visitas a Augusta. "Pero no es imposible. Si Woods nos sacara ocho golpes ser¨ªa otra historia. Si puedo hacer 64 golpes,
o as¨ª, a¨²n tendr¨¦ una oportunidad. Y claro que es posible hacer 64, lo pod¨ªa haber hecho hoy [por el s¨¢bado]. Sergio Garc¨ªa sali¨® ayer a conquistar el imposible. Un bogey en el primer hoyo multiplic¨®, as¨ª, de entrada, la dificultad de la tarea. Recuper¨® r¨¢pido con un 'birdie' en el tercero. Pero un nuevo bogey en el cuarto, con una pobre salida del bunker, acab¨® hundi¨¦ndolo. Enfurecido golpe¨® la arena con el wedge, dej¨® escapar su rabia. Intent¨® aguantar la tarde. Lo consigui¨® a medias. Acab¨® con un bogey. 75 (+3). Octavo (173.600 d¨®lares). Jug¨® a doble o nada. Sali¨® nones.
Olaz¨¢bal, el que se hab¨ªa visto al borde del hoyo mediada la ronda del s¨¢bado, antes de su corajuda recuperaci¨®n, se lo tom¨® por la v¨ªa intermedia. "No tengo nada que hacer. Lo ¨²nico que me juego es dinero, as¨ª que saldr¨¦ a disfrutar, a pas¨¢rmelo bien en el campo", dijo ayer por la ma?ana. Relajado y sonriente sali¨® a disputar su ¨²ltima ronda. Comenz¨® a disputarla y, como Garc¨ªa, comenz¨® con bogey en el primero. Pero se trataba de disfrutar, ?no? As¨ª que sin encomendarse a Dios ni al diablo, y tras una corta salida con el driver en el largo segundo, par 5, agarr¨® de nuevo el driver y solt¨® un zambombazo desde la calle que aterriz¨® tranquilo en el green. Roz¨® el eagle, logr¨® el birdie. Se dio el gustazo, que es de lo que se trataba. Sin tensi¨®n. Y sin darse cuenta empez¨® a recoger los despojos del Tigre, a superar a los desolados Els, Singh, Garc¨ªa, a rozar a Goosen, a Mickelson. Termin¨® bajo par (las cuatro rondas bajo par) y cuarto (268.800 d¨®lares).
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