C¨®moda victoria del Madrid ante el Celta
Dos genialidades de Zidane le dan a los blancos el triunfo frente a un Celta muy flojo
El Real Madrid se ha sacudido las acusaciones que ¨²ltimamente le echan en cara una deficiente actitud fuera del Bernab¨¦u. Ante un flojo Celta y en Bala¨ªdos, hoy se ha dado un fest¨ªn de f¨²tbol en la primera mitad, que ha rematado con un solo gol, y ha aguantado entero el furioso arranque del rival en el comienzo de la segunda, cerrando el partido con un gol de Roberto Carlos.
Lotina, frecuentemente conservador en exceso, ha planteado un partido r¨¢cano en la primera parte. Mostovoi remaba solo en la delantera, mientra que sus compa?eros se aprestaban a achicar agua de la l¨ªnea de medios hacia atr¨¢s. Sin embargo, el planteamiento ha quedado desmontado a las primeras de cambio, con un mont¨®n de defensas dando extremas facilidades al toque de los blancos, que han ido encadenando una ocasi¨®n tras otra.
El gol estaba al caer y ha ca¨ªdo gracias a Zidane, que ha convertido un bal¨®n en medio campo en una golosina para Figo, en la banda derecha sin nadie que le estorbara cerca. El portugu¨¦s se la ha dado comprometida a Ronaldo, que, no obstante, ha dejado un control orientado para la videoteca y, ya frente a Cavallero, le ha batido con un disparo raso. El Celta no las ve¨ªa venir y han podido caer m¨¢s, aunque finalmente se ha llegado al descanso con los vigueses a¨²n vivos.
Tan vivos que el arranque de la segunda mitad ha sido un vendaval en el que el Madrid ha vivido con el susto en el cuerpo durante un buen rato, mientras Mostovoi hac¨ªa alarde de su categor¨ªa. Ha sido ¨¦l el que ha gozado de la mejor opci¨®n, intern¨¢ndose en el ¨¢era ante la presencia de Ra¨²l, que no le ha hecho penalti de milagro. Sin embargo, su pase no ha encontrado a nadie.
Mientras, el Madrid, m¨¢s contenido, esperaba la llegada de alg¨²n contragolpe. A¨²n as¨ª, el segundo tanto ha llegado en una jugada est¨¢tica en la que Zidane ha regalado otra lindeza a Roberto Carlos, que campaba a sus anchas en la izquierda del ataque. Un recorte y toda la porter¨ªa para su pierna derecha, la mala. Un disparo potente ha sido su opci¨®n y, con un poco de suerte, tras tropezar en un defensor, se ha convertido en el segundo.
Ya con el segundo, el Madrid se ha apuntado definitivamente al contragolpe -salvo el rondo que ha dedicado a Vigo en los minutos finales- y ha podido adornar el marcador con un saco, mientras el Celta se obcecaba en llegar, sin demasiadas ideas, a los dominios de Casillas.
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