El Villarreal, con la elite tras vencer al Everton (2-1)
Por la puerta grande. El Villarreal ha firmado su hist¨®rico pase a la pr¨®xima edici¨®n de la Liga de Campeones derrotando a un insulso Everton. El 'submarino' amarillo jug¨® a placer hasta el minuto setenta. Entonces, un tanto de Arteta neutralizaba el inicial de Sor¨ªn y daba aire a una eliminatoria que estaba casi finiquitada. Surgieron los nervios, la ansiedad y la parada de Barbosa como antesala a la sentencia definitiva sellada por Forl¨¢n.
La calidad se impone a la rudeza. La primera parte ha dejado patente el abismo existente entre ambos equipos. Han bastado cuarenta y cinco minutos para comprobarlo. Mientras los ingleses basan todo su potencial en aplicar al l¨ªmite el reglamente -Javi Venta acab¨® lesionado- y en colgar balones al ¨¢rea; el 'submarino' amarillo recurre al temple y al toque exquisito para crear f¨²tbol.
El inicio castellonense fue muy conservador. Guardando las posiciones en defensa, presionando con orden e intentando salir al contragolpe. No es su estilo, pero no sufrieron. Todo trascurr¨ªa con tranquilidad. Los ingleses no asustaban. Ten¨ªan el bal¨®n y lo lanzaban al ¨¢rea. Un juego t¨ªpico ingl¨¦s, pero sin resultado alguno. A¨²n as¨ª, un bal¨®n al aire lo caz¨® Cahill, aunque su remate de cabeza fue muy flojito.
Demostrado el escaso potencial ingl¨¦s, era el turno del Villarreal. Era el turno de Riquelme y sus secuaces -Forl¨¢n y Figueroa-. Los castellonenses, sin forzar en exceso la m¨¢quina, comenzaron a mover el esf¨¦rico con criterio y dejar patente que as¨ª, s¨ª se crean ocasiones. Buenas maneras y algo de suerte tambi¨¦n, como se comprob¨® en el gol de Sor¨ªn. Una cabalgada del argentino finaliz¨® con un fuerte disparo que hizo in¨²til la estirada de Martyn, descolocado tras desviar un compa?ero suyo la trayectoria del bal¨®n.
Ese gol espole¨® al Villarreal. Se crecieron. Se sent¨ªan c¨®modos. Por el contrario, ese tanto desanim¨® al Everton. Los ingleses ya no aparecieron, se desplomaron s¨²bitamente. Tan s¨®lo Martyn se mantuvo en su sitio. El veterano meta ingl¨¦s demostr¨® su clase desbaratando alg¨²n gol m¨¢s a sendos disparos de Forl¨¢n y Figueroa.
Segunda parte
Con la eliminatoria resuelta, el aliciente de la segunda parte resid¨ªa en comprobar cuantos goles m¨¢s encajar¨ªa un desangelado conjunto ingl¨¦s. Los villarrealenses se soltaron. Empezaron a jugar a sus anchas. Mov¨ªan el bal¨®n con sentido y tranquilidad -los ingleses no presionaban, deambulaban- y las ocasiones se suced¨ªan en el tiempo con Forl¨¢n y Riquelme como protagonistas. Ambos dispusieron de dos ¨®ptimas ocasiones para ampliar el marcador, pero se estrellaron con un inspirado Martyn, sin duda, el mejor del Everton.
Con el paso de los minutos, el Villarreal rebaj¨® progresivamente las revoluciones en su motor -la verdad, que tampoco forz¨® al m¨¢ximo-, al tiempo que los ingleses buscaban, m¨¢s por decencia que por f¨²tbol, el empate. Era dif¨ªcil, segu¨ªan explotando su f¨²tbol a¨¦reo. Sin embargo, cosas del f¨²tbol, las tablas llegaron de la forma menos previsible, de libre directo ejecutado magistralmente por Arteta.
Un tanto que cambi¨® el sino del encuentro. Quedaban veinte minutos y un gol ingl¨¦s complicaba la clasificaci¨®n. La tranquilidad se transform¨® en emoci¨®n. No era el momento de lamentar las ocasiones falladas, sino de afrontar con decisi¨®n el tramo final del partido. Y, ah¨ª aparecieron los l¨ªderes del equipo. Barbosa para evitar un gol cantado de Ferguson y Forl¨¢n para sentenciar una eliminatoria que clasifica al Villarreal, por primera vez en su historia, para disputar la Liga de Campeones. Ahora, toca disfrutar. El Villarreal ya est¨¢ en la elite.
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