El Madrid saca petr¨®leo del horror
El conjunto blanco se impone sin problemas a un penoso Betis en un partido nefasto
El Real Madrid se consolid¨® en las primeras plazas de la clasificaci¨®n liguera gracias a su victoria en un partido a contrapelo. Nada parec¨ªa ser lo que ten¨ªa que ser. Ni los futbolistas alineados, ni el juego ejecutado parecieron dignos de los contendientes. Pero estos partidos hay que jugarlos y dan los mismos puntos al vencedor que cualquier otro. Y el Madrid se los llev¨®.
La primera mitad fue una verdadera casta?a. Todo un cat¨¢logo de f¨²tbol pobre, sin recursos ni imaginaci¨®n y, lo peor de todo, cobarde. Pareci¨® en un principio que el Betis iba a aprovechar el empuj¨®n emotivo que obtuvo tras el arbitraje que padeci¨® el pasado mi¨¦rcoles ante el Villarreal. La ira colectiva ayud¨® a que tanto futbolistas como afici¨®n olvidaran el principal problema: el equipo juega fatal. Lloren? Serra Ferrer vocifer¨® a sus jugadores desde el primer segundo de partido. Y no empez¨® mal la cosa. En el minuto 5, Castellini se lanz¨® hasta la l¨ªnea de fondo y centr¨® templado hacia la cabeza de Oliveira, al que Casillas le chaf¨® el remate. El portero madridista tuvo que estirarse —tampoco mucho— en los minutos 10, 12 y 15, a disparos de Xisco, remate de cabeza de Oliveira y tiro lejano de Varela. Pero le pasaba lo mismo que al Madrid. Ninguno de los conjuntos pod¨ªa soportar la idea de la derrota. El juego interpretado por unos y otros fue lento, timorato. Nadie se atrev¨ªa con un pase interior, ninguno intentaba sorprender. La idea de no encajar un tanto en contra era superior a la de conseguir uno a favor. El f¨²tbol —el bueno, del que se puede presumir y reivindicar— no aparec¨ªa por ning¨²n lado.
Es cierto que ambas alineaciones eran de circunstancias, fruto de las lesiones o amonestaciones de varios de sus profesionales m¨¢s cualificados, pero tambi¨¦n condicionadas por su turbulenta actualidad. Sobre el terreno de juego primaron las ¨®rdenes t¨¢cticas de ambos t¨¦cnicos.
En el Betis se apostaba por buscar la penetraci¨®n por la banda izquierda. Xisco y Castellini combinaron bien en un par de ocasiones. Poco m¨¢s. ?nicamente Rivera pareci¨® un futbolista de primer nivel. Encargado del liderazgo del centro del campo verdiblanco, se tuvo que multiplicar por dos. Te¨®ricamente Arzu se encargaba de mover la pelota en la parte m¨¢s ofensiva del equipo. Pero no apareci¨®, o al menos, sus intervenciones no tuvieron importancia alguna. El Betis, pr¨¢cticamente con un ¨²nico jugador y nueve figurantes vestidos a franjas, acab¨® entreg¨¢ndose a la molicie futbol¨ªstica que predicaba el Madrid. La diferencia es que los madridistas, incluso sin el especialista Ronaldo, disponen de much¨ªsimas m¨¢s versiones susceptibles de acabar en gol.
En uno de tantos trotes sin alma de las dos l¨ªneas de tres que present¨® ayer el Madrid en Sevilla, Guti se llev¨® la pelota, lentamente, sin peligro evidente. Pero el medio vio de reojo a Ra¨²l y le meti¨® un poco de electricidad al bal¨®n. Pase r¨¢pido —y, por una vez, no predecible— que prolong¨® Ra¨²l hacia Robinho, quien dispuso de todo el tiempo que quiso para bajarla, coloc¨¢rsela, buscar el hueco y chutar hacia el mismo. Primer tiro a puerta y gol. Y Castellini, cubriendo al habilidoso brasile?o a dos metros de distancia.
Ni este calambrazo alter¨® el panorama. El Betis, simplemente, no pod¨ªa, y al Madrid, teniendo lo que ten¨ªa en el campo, le ven¨ªa de perlas que el espect¨¢culo siguiera siendo tan emocionante como una siesta dominguera.
Serra Ferrer tir¨® del ardor juvenil y atropellado del ala Israel y el ariete Dani. De nuevo en los primeros minutos, el conjunto verdiblanco intent¨® la v¨ªa hormonal. Presion¨® e intent¨® amedrentar, pero la falta de calidad en los ¨²ltimos metros de sus futbolistas se hizo dolorosamente evidente. A falta de capacidad de triangulaci¨®n o de pase autom¨¢tico, el Betis recurri¨® al balonazo a la olla. Woodgate y Helguera despejaban con suficiencia todo lo que les ca¨ªa por ah¨ª. Pero el Betis insisti¨® e insisti¨® y Edu remat¨® —con la cara— un bal¨®n al palo. Guti se pic¨® y en cuesti¨®n de segundosle envi¨® un fantast¨ªco pase bombeado al reci¨¦n salido Mej¨ªa, que bati¨® a Doblas al tiempo que dejaba claro que la defensa b¨¦tica es de chiste. Un horror de partido, pero rentabil¨ªsimo para el Madrid.
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