Sin gol, nadie queda contento
Sevilla y Atl¨¦tico empatan en un encuentro en el que ninguno supo marcar
El gol en el f¨²tbol se ha comparado a lo que la cima supone para el alpinista, al cl¨ªmax entre los amantes o, incluso, con un anticipo del para¨ªso en el que cada cual crea. Para este partido es m¨¢s ¨²til la m¨¢s simple de sus concepciones. El gol es el objetivo de la pr¨¢ctica del f¨²tbol y sin ¨¦l —o ellos— nunca un encuentro estar¨¢ completo. Si el Sevilla hubiera logrado ayer marcarle un gol al Atl¨¦tico, probablemente se hablar¨ªa de un trabajo bien hecho por parte de los de Nervi¨®n. Sobre este punto no merece la pena comentar nada del Atl¨¦tico que bastante foll¨®n tuvo intentando que no le metieran un gol, como para buscarlo para s¨ª.
Llegaba el Sevilla en plena bonanza. De la mental, de la que mejor sienta. Tras golear al Besiktas (3-0) en la Copa de la UEFA y sumar siete jornadas sin perder en Liga, el Atl¨¦tico, por historia y potencial, era el contrincante ideal para que se dejara de hablar de una buena racha y se pasara a hacerlo de un buen conjunto.
Con m¨¢scara de solidez, los sevillistas tantearon durante un cuarto de hora largo a los atl¨¦ticos. Muchos balones largos para Saviola, que es una t¨¢ctica aparentemente contraria al ¨¦xito, pero que, aunque el argentino no tocara ni una de esas pelotas, sirvi¨® para analizar las posibilidades de sus contrarios.
Tras los pelotazos cient¨ªficos, el Sevilla decidi¨® que lo que le conven¨ªa era que el bal¨®n rodara. No hac¨ªa falta ning¨²n doctorado para darse cuenta de que el Atl¨¦tico se compon¨ªa de una defensa r¨¢pida disciplinada e inteligente; una l¨ªnea de mediocampistas inseguros que prefer¨ªa cobijarse junto a los zagueros que intentar una jugada, una combinaci¨®n, un tri¨¢ngulo rect¨¢ngulo, is¨®sceles o escaleno, lo que fuera; y los tres atacantes, a los que no se conoci¨® hasta la segunda mitad del enfrentamiento.
Para tocar, el Sevilla se despleg¨® en una formaci¨®n que bien podr¨ªa definirse como un c¨ªrculo. Maresca era el centro del juego del conjunto, los laterales se adelantaban y los interiores nunca llegaron a ser extremos. A pesar de que perd¨ªan exactitud cuanto m¨¢s cerca se encontraban de la porter¨ªa que buscaban golear, los sevillistas protagonizaron buenos momentos de f¨²tbol.
Quiz¨¢ lo mejor fue una serie de triangulaciones que arranc¨® con un pase de David a Renato, que a su vez conect¨® con Alves, que se la dio a Maresca para que ¨¦ste se la pasar¨¢ a Kanout¨¦, quien se la devolvi¨® al italiano y que est¨¦ reenvi¨® al africano dej¨¢ndolo en ¨®ptima situacion para chutar a gol. Kanout¨¦ lo hizo, pero contra la pierna de su marcador.
Maresca trabaj¨® con una efectividad pasmosa. Incluso estuvo a punto de marcar en dos ocasiones. En la primera mitad ejecut¨® una falta al borde del ¨¢rea atl¨¦tica y coloc¨® la pelota en la escuadra izquierda de la porter¨ªa de Leo Franco, que evit¨® el gol con una preciosa estirada. Cuando quedaba a¨²n media hora de juego, Alves le lanz¨® un pase largo al ¨¢rea que el italiano cabece¨® manso a las manos de Leo Franco. Maresca fue la cabeza y el coraz¨®n del equipo, que acab¨® por hac¨¦rsele largo. Como a todo su equipo.
El Atl¨¦tico dispar¨® a puerta por primera vez en el minuto 10 de la segunda parte. Alves se atolondr¨® como s¨®lo sabe atolondrarse ¨¦l y le dio un magn¨ªfico pase a Torres, por una vez en ventaja sobre su marcador, Javi Navarro. El delantero madrile?o pas¨® a Kezman que corr¨ªa frente al ¨¢rea sevillista y ¨¦ste tir¨® dur¨ªsimo en lo que parec¨ªa gol, hasta que Palop lleg¨® volando.
Gracias a este acci¨®n supo el p¨²blico que Torres y Kezman estaban jugando este partido. Petrov se hab¨ªa hecho notar antes por su bronca, sin sentido ni beneficio para ¨¦l o su equipo, con Alves.
El Atl¨¦tico fue un conjunto muy desconjuntado. No existi¨® ayer sentido alguno de la transici¨®n, ni pareci¨® que sus futbolistas hubieran jugado juntos antes. Pero logr¨® que no le metieran gol. El Sevilla lo intent¨®, en ocasiones brill¨® con su apuesta por el juego combinativo. Pero no supo marcar ni un s¨®lo tanto. Ninguno cumpli¨® el objetivo.
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