San Siro le gui?a un ojo al Bar?a
Un magn¨ªfico gol de Giuly derrota a un Milan al que no le sali¨® una a derechas
Un equipo primaveral, siempre divertido y respetuoso con el f¨²tbol, le pudo anoche a un rival oto?al que ha envejecido a costa de jugar siempre el mismo partido. Aunque se las sabe todas, ayer no le salieron las cosas al Milan para suerte del Barcelona, que brinc¨® como un ni?o con la pelota de contento como se puso por una victoria de impacto. Nadie mejor para desdramatizar el partido m¨¢s serio que pueda disputarse hoy d¨ªa que el disparatado Giuly, al que le lleva al pairo el torneo, el escenario y el rival, la noche o el d¨ªa, siempre imprevisible. El extremo descerraj¨® San Siro, un estadio inaccesible desde octubre de 2003, con un zurdazo estremecedor despu¨¦s de que Gattuso se cayera de culo ante Ronaldinho en una imagen que reflej¨® perfectamente el contencioso que se libraba anoche en Milan.
La suerte ha cambiado de equipo. Las musas del juego se han enamorado tambi¨¦n de Ronaldinho y anoche abandonaron al Milan, aturdido por el gol imparable de Giuly, impotente y desvencijado, negado ante la porter¨ªa de Vald¨¦s por m¨¢s que Kak¨¢ y Shevchenko armaran la pierna de Gilardino, un delantero que no tiene ni la punter¨ªa ni la fortuna de Inzaghi. Pese a que se puso serio y ordenado, tuvo potra el Bar?a en la defensa del gol. La mereci¨® seguramente porque afront¨® el partido en condiciones adversas por su propias carencias y tambi¨¦n por el oficio del contrario, saturado de resolver contenciosos peludos.
Aliviado seguramente por el reencuentro con su defensa titular, el Bar?a procur¨® acampar en San Siro de la misma manera que en Da Luz. Acostumbra a ir siempre a por el partido con la pelota por delante. Una cosa es el estilo y otra muy distinta las circunstancias del juego, que ayer le llevaron a un terreno delicado porque el Milan no es precisamente el Benfica y no es lo mismo tampoco atacar con Messi y gobernar con Deco como en Stamford Bridge que tirar de Giuly y apa?arse con Van Bommel.
A los azulgrana les costaba mezclar en la l¨ªnea de medios y alcanzar el ¨¢rea rival mientras que los rossoneri contaron dos ocasiones consecutivas nada m¨¢s empezar el encuentro, demasiado pronto seguramente para convertirlas, acostumbrados como est¨¢n a resolver en el ¨²ltimo cuarto. M¨¢rquez y Oleguer habilitaron a Gilardino, que envi¨® a la madera, y acto seguido Vald¨¦s resolvi¨® un buen remate de Shevchenko.
Abierto por la izquierda, el Milan se tap¨® por la derecha. Un asunto de laterales. Ancelotti recuper¨® a Stam para que encarcelara a Ronaldinho con la ayuda de Gatusso en un costado y apost¨® por Serginho para que profundizara por la otra punta de la cancha. A mitad de camino operaba Kak¨¢. Aunque Edmilson se par¨® bien, las transiciones armadas por Kak¨¢ provocaron a menudo la descolocaci¨®n de la zaga barcelonista por la misma regla de tres que Iniesta descongestionaba la zona media.
Al Barcelona le faltaba cuerpo para apretar el Milan. La mejor opci¨®n lleg¨® precisamente despu¨¦s de un taconado de Pirlo que posibilit¨® la recuperaci¨®n de pelota de Eto'o en la frontal del ¨¢rea. El problema es que Giuly acab¨® mal la jugada. A la que los azulgrana pisaban el campo contrario, los rossoneri ten¨ªan dificultades. Muy rebajado ofensivamente, al equipo azulgrana le costaba, sin embargo, mover y romper a la defensa del Milan.
El encuentro, consecuentemente, parec¨ªa discurrir m¨¢s a favor del f¨²tbol de los italianos que de los barcelonistas. Al Milan siempre le interesa negar los partidos para decidir en una acci¨®n insospechada. Nunca se intranquiliza y en cambio pone de los nervios al contrario m¨¢s templado. Aunque por la condici¨®n de local pueda parecer un mal resultado, un 0-0 al descanso es un resultado estupendo para los rossoneri.
El encuentro, sin embargo, cambi¨® sustancialmente en la reanudaci¨®n. Los dos equipos se agitaron y del intercambio de oportunidades sac¨® mayor provecho el Barcelona. Shevchenko y Kaka desmontaron la defensa azulgrana en una entrada mal resuelta por Gilardino. La pifi¨® el Milan y por el contrario la acert¨® despu¨¦s el Barcelona. Ronaldinho se revolvi¨® ante Gattuso, vencido en el suelo, y meti¨® un pase en profundidad para la carrera de Giuly, que le gan¨® la espalda a Nesta y Kaladze para cruzar un zurdazo imposible para Dida. Vir¨® entonces el partido a favor de los azulgrana porque al Milan le cuesta atacar.
Atrapado entre la necesidad de remontar y la presi¨®n de no tomar un nuevo gol, el equipo de Ancelotti perdi¨® el sitio y el Bar?a se regal¨® un rato de f¨²tbol estupendo. A la contra, Ronaldinho recorri¨® el campo con una plasticidad sobrecogedora para rematar al poste derecho del portero al tiempo que Iniesta dirig¨ªa un rondo en la medular. Mand¨® el Barcelona hasta que Kak¨¢ se sonroj¨® y aviv¨® al Milan. Tres remates cont¨® entonces, para cinco en total, y no pudo cantar gol. Acostumbrado a agonizar para ganar el partido en una jugada epis¨®dica, por no decir media ocasi¨®n, no supo ayer alcanzar ni siquiera el empate. Aunque no renuncia a remontar en el Camp Nou, hoy es el Barcelona el que lleva la voz cantante. Nada le parece vetado despu¨¦s de salir aplaudido del Bernab¨¦u, ganador de la guarida de Stamford Bridge y acabar vencedor en San Siro sin Deco, Xavi, Larsson, Messi y Ronaldinho en la cancha, pero con M¨¢rquez y Edmilson imponentes en defensa, decisivos para equilibrar al Barcelona. El golazo de Giuly marc¨® la diferencia entre un equipo que va y otro que viene, entre el Milan y el Barcelona.
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