Coraje yanqui
Heroico partido de Estados Unidos, que fue capaz de mantener el empate a uno durante toda la segunda parte en inferioridad num¨¦rica, e incluso tuvo capacidad para plantarle cara a Italia y buscar la victoria
Italia sufri¨® una expulsi¨®n. Estados Unidos dos, la segunda, nada m¨¢s comenzar la segunda mitad. A¨²n as¨ª, los de Bruce Arena nunca se dieron por vencidos, jugaron un gran partido, pleno de coraje, garra y compromiso, y le complican la clasificaci¨®n al equipo italiano, que no ofreci¨® el juego que se esperaba.
Se imaginaba uno a la familia Soprano con el coraz¨®n dividido, todos juntos ante el televisor gigante, en el gran sal¨®n, en la gran mansi¨®n, en silencio, quiz¨¢ pregunt¨¢ndose ?A qui¨¦n quiero m¨¢s a papa o a mama? A la "mamma" italiana y su incomparable salsa de tomate, o al poderoso papito norteamericano y sus bolsillos repletos de d¨®lares.
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Pero en esto del f¨²tbol, de momento, a¨²n no hay color, pensar¨ªan los mafiosos, todav¨ªa puede m¨¢s el azul que el blanco, aunque el delantero de la "azurra" se llame Toni, como el patriarca de los Soprano, y jugadores de Estados Unidos se apelliden Cherundolo o Mastroeni. Y eso que los americanos ya no son ese rival c¨¢ndido y sin pegada de hace veinte a?os. Adem¨¢s, nunca Italia hab¨ªa perdido con los yanquis.
Hasta aqu¨ª la teor¨ªa, porque los americanos salieron con ganas, decididos a bloquear a Totti, a separarle de Gilardino y Toni, a presionar sin complejos, a correr m¨¢s que su rival y a luchar por cada bal¨®n dividido con energia. Y crearon oportunidades los de Bruce Arena, m¨¢s que su rival, al menos durante los primeros veinte minutos.
Estuvo bien el intento americano, su buena actitud, su valent¨ªa, su derroche. Sin embargo, a pesar del malo y escaso juego de los de Lippi, no tard¨® en aparecer la estrategia, la calidad, la experiencia italiana; falta a unos diez metros del ¨¢ngulo derecho del ¨¢rea, Pirlo que pone una estupenda banana teledirigida y Gilardino, solo, que remacha de cabeza ante Keller. Bonito gol. Mala defensa.
Pero el destino, habitualmente aliado con Italia en cuestiones futbol¨ªsticas, result¨® caprichoso; o bien quiso premiar el voluntarioso despliegue americano o castigar el escaso juego italiano. El caso es que, en apenas dos minutos, autogol de chiste de Zaccardo, empate a uno, y expulsi¨®n merecid¨ªsima de De Rossi, que casi le parte la nariz de un codazo a McBride. Mal asunto remontar, buscar la victoria con uno menos.
Hab¨ªa que cambiar el planteamiento. Italia no estaba funcionando, los yanquis parec¨ªan fuertes y comprometidos y la cuesta cada vez se presentaba m¨¢s empinada. As¨ª que Marcello Lippi tom¨® la gran decisi¨®n: Gattuso por Totti. Al rato, una espeluznante entrada de Mastroeni a Pirlo equilibr¨® las cosas. Diez contra diez y cuarenta y cinco minutos por delante.
"El Alamo"
Eddie Pope, a la calle. Nada m¨¢s empezar la segunda parte. Segunda tarjeta. Merecida. Pudo haberle hecho mucho da?o a Gilardino. El caso es que Italia hab¨ªa pasado de recibir un gol y jugar en inferioridad a, de pronto, en pocos minutos, disfrutar de un jugador m¨¢s que la selecci¨®n americana.
Lippi, quiz¨¢ para compensar el cambio de Gattuso por Totti, y consciente de que la victoria, con un poco m¨¢s de p¨®lvora, caer¨ªa sin duda de su lado, puso en juego a Del Piero por Zaccardo. Y dio comienzo el acoso. Con todo. Con todos. "El Alamo". S¨®lo quedaba por ver cu¨¢nto tiempo aguantar¨ªan los americanos.
Pero justo despu¨¦s de la salida de Iaquinta por Luca Toni, muy torpe todo el encuentro, Donovan y McBride estuvieron a punto de obrar el milagro ante la mirada incr¨¦dula de los dos banquillos, un milagro que pudo haber tenido repetici¨®n tan s¨®lo dos minutos despu¨¦s en un gol anulado a Beasley. Heroicos estos yanquis.Y corajudos.
Parad¨®n de Keller a disparo de Del Piero. La parada del Mundial. Y m¨¢s paradas del meta yanqui.Espectacular el partido del ex del Leicester. Donovan llegaba. McBride tambi¨¦n. Parec¨ªa incre¨ªble, pero el equipo americano no se rend¨ªa, no se encerraba; si hab¨ªa que morir, que fuese con las botas puestas. Y Estados Unidos no daba el partido por perdido.
Se acerc¨® Italia hasta el ¨¢rea peque?a, apret¨® los dientes en los ¨²ltimos minutos. Todos los italianos en campo americana. Todos los americanos, en su ¨¢rea, pero no hubo manera de variar el resultado. Keller, Donovan,McBride, Cherundolo, Beasley...Coraje yanqui
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