Tr¨¢mite envenenado
Un hat trick de Saviola maquilla el pobre juego del Barcelona ante un Alav¨¦s que le sac¨® los colores
Es cierto que, con el 0-2 de la ida, el partido se presentaba como un mero tr¨¢mite. Y tambi¨¦n lo es que un rival de Segunda como el Alav¨¦s, plagado de bajas e inmerso en una lucha intestina provocada por la tiran¨ªa de un tal Piterman, era el rival propicio para reconducir el caminar azulgrana y disipar las dudas que sobrevuelan al equipo despu¨¦s de la dolorosa derrota frente al Espanyol. Sin embargo, lo que deber¨ªa haber sido un partido de b¨¢lsamo, un remedio a los males, se convirti¨® en un mal sue?o para los de Rijkaard, que todav¨ªa siguen instalados en un profundo letargo.
La cita arranc¨® seg¨²n los par¨¢metros previstos. En medio de un Camp Nou semivac¨ªo, la presencia de Ronaldinho, que todav¨ªa no hab¨ªa debutado en Copa esta temporada, era el gran aliciente. Pero el brasile?o, al igual que sus compa?eros, ofreci¨® una actuaci¨®n gris, ¨²nicamente engalanada por su innato repertorio de fantas¨ªa. Por el contrario, el Alav¨¦s se plant¨® en el terreno de juego despojado de complejos. El equipo de Fabri, muy ordenado, sac¨® los colores a todo un Barcelona, que hac¨ªa muchos a?os que no recib¨ªa los pitos de su grada -escasos, pero pitos-.
El zurdazo de Arturo en el minuto 12’ supuso el presagio de lo que iba a ser el partido. Tan s¨®lo un error del meta Ardouin al saque de una falta de Ronaldinho, que germin¨® el primer gol de Saviola, iba a empa?ar el maquiav¨¦lico plan de los alaveses, que resistieron estoicamente el acoso inicial de los azulgranas. Despu¨¦s de un fogonazo destilado de la clase de Ronaldinho, el delantero argentino, cargado de argumentos, perforar¨ªa la meta alavesa por segunda vez en el minuto 20. Un tanto acorde al gui¨®n, pero que no impedir¨ªa la inesperada reacci¨®n de un gran Alav¨¦s.
El equipo vasco, consciente de la fragilidad defensiva mostrada por su rival en el derbi del pasado s¨¢bado, busc¨® los huecos a trav¨¦s de r¨¢pidos contragolpes. Sin duda, el tal¨®n de Aquiles de este Barcelona venido a menos. Wellington aprovech¨® uno de ellos para batir a Jorquera mediante una sut¨ªl picada del bal¨®n. El silencio del Camp Nou, uno de los m¨¢s fr¨ªos y envolventes del panorama futbol¨ªstico, arreci¨® sobre sus jugadores. Un silencio que instantes despu¨¦s, en el 42’, se traducir¨ªa en las primeras voces de la discordia cuando Arturo, con much¨ªsima clase, super¨® a Jorquera mediante un gran lanzamiento de falta por el exterior de la barrera.
De nuevo, Saviola
En la segunda mitad, el juego del Barcelona no vari¨® un ¨¢pice. Lento, previsible, acariciando la mezquindad, los de Rijkaard fueron incapaces de sobreponerse al buen hacer de un Alav¨¦s crecido ante una oportunidad ¨²nica. Puyol, siempre Puyol, tuvo que emplearse a fondo para sacar bajo palos un bal¨®n de Wellington que se colaba mansamente en la desguarnecida porter¨ªa azulgrana. Y de lo que pudo ser el 2-3, se pas¨® a un 3-2 que describi¨® la mejor acci¨®n del encuentro. Xavi, rindiendo pleites¨ªa al gran Laudrup, se sac¨® un pase de la chistera por encima de la zaga alavesa para que Saviola, abonado al gol, empalmase a la red. Un gol que terminaba con las esperanzas del conjunto vasco, que sin embargo, no perdi¨® la cara al partido.
Las cabalgadas de un voluntarioso Giuly y un tiro de Ogbeche al poste marcar¨ªan el tramo final del choque. Un partido que, a buen seguro, servir¨¢ para que Rijkaard extraiga unas valiosas conclusiones. La presi¨®n, la garra y la ambici¨®n que reclamaba el capit¨¢n Puyol siguen primando por su ausencia. Tres poderosas razones que un buen d¨ªa elevaron a los altares al equipo azulgrana. ?Conformismo? Quiz¨¢.
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