El Milan enriquece su leyenda
Dos goles de Inzaghi conceden a los italianos su s¨¦ptima corona europea ante el Liverpool
El Ol¨ªmpico de Atenas, impregnado por el inequ¨ªvoco 'sello Calatrava' en sus cuatro costados, acog¨ªa una final de altos quilates entre dos de los grandes buques insignia del f¨²tbol europeo. Dos conjuntos, una dupla de titanes que de principio a fin de la competici¨®n han rendido tributo al juego de equipo. El f¨²tbol de bloque, el colectivo en toda su expresi¨®n, engalanado por algunas pinceladas de arte procedentes de las botas de excelsos jugadores como Kak¨¢ o Gerrard. Dos estilos, dos vertientes opuestas pero igualmente v¨¢lidas en las que el milim¨¦trico oficio y el 'don' de la oportunidad del Milan le condujeron una vez m¨¢s a los altares.
Pero m¨¢s all¨¢ del resultado, Liverpool y Milan ofrecieron un partido de 't¨²' a 't¨²'. Sin tapujos, sin triqui?uelas, con veintid¨®s hombres entregados a la causa de la victoria. Como era previsible, el Milan salt¨® al c¨¦sped del estadio ateniense con la idea de contemporizar, esperando las fulgurantes acometidas procedentes de la verticalidad de su oponente. El Liverpool, escudado en las mismas armas que le condujeron a la gran final, tom¨® el poder inicial de la contienda.
Con Xabi Alonso y Mascherano tratando de imponerse a Pirlo y Gatusso en el centro del campo, los de Ben¨ªtez apostaron por las incursiones de Pennant en la banda derecha como su gran baza ofensiva. En una de ellas, el potente interior red aprovech¨® la inocencia de Jankulovski para crear la primera gran oportunidad del partido, pero Dida intervino con acierto para despejar el bal¨®n. Instantes despu¨¦s, Kak¨¢, la gran referencia milanista, prob¨® con un fuerte disparo al que respondi¨® perfectamente Reina.
El Liverpool gan¨® terreno progresivamente. El buen hacer de Gerrard y la direcci¨®n de Alonso permitieron a los reds acorralar a la encasquillada maquinaria del Milan. Sin embargo, la generosa apuesta ofensiva de conjunto ingl¨¦s se choc¨® una y otra vez con el estudiado planteamiento defensivo de los de Ancelotti. Ante esta tesitura, el Liverpool opt¨® por los lanzamientos lejanos de sus centrocampistas.
Una situaci¨®n id¨®nea para que los italianos sacasen a relucir una de sus grandes especialidades, la ubicuidad, y asestasen una pu?alada letal a su adversario cuando mor¨ªa la primera mitad. Tras una inoportuna falta de Xabi Alonso al borde del ¨¢rea, Pirlo golpe¨® el esf¨¦rico con determinaci¨®n para que emergiese la figura de Inzaghi. El ariete italiano, fiel a su cita con el gol, cambi¨® la trayectoria del bal¨®n con su hombro y consigui¨® el tanto del Milan. Un gol decisivo, de un valor incalculable, que condujo el encuentro a los par¨¢metros propicios para el equipo italiano.
Acoso... y resistencia
El segundo acto present¨® un abrumador dominio del Liverpool. Una superioridad te¨®rica que en ning¨²n momento se traslad¨® al estado pr¨¢ctico. El Milan, agazapado, a la espera de un segundo momento de debilidad inglesa para corroborar un nuevo triunfo en Europa. Viendo la escasa productividad de sus atacantes, Rafa Ben¨ªtez introdujo a Kewell y Peter Crouch, la gran esperanza para los cariacontecidos supporters del Liverpool.
Lejos de cambiar las tornas, el encuentro entr¨® en una din¨¢mica de espesura en la que el Milan se movi¨® como pez en el agua. Kak¨¢, director del engranaje milanista, sirvi¨® un soberbio pase entre los baluartes defensivos del Liverpool para que Inzaghi, en estado de gracia, batiese por segunda vez al equipo brit¨¢nico en el 80' tras driblar con frialdad a Reina. Los hinchas milanistas presentes en las gradas griegas, conscientes de la importancia de ese gol, ondearon las banderas rossoneras al grito un¨¢nime de ?Milan, Milan!.
A pesar de tener medio trofeo en su regazo, un gol de Kuijt a dos minutos del final alter¨® el maquiav¨¦lico plan de los de Ancelotti. El Liverpool quem¨® sus ¨²ltimos cartuchos con balones a¨¦reos en busca de una cabeza salvadora, pero esta vez s¨ª, el Milan supo defender su renta. Pero ya lo advert¨ªa el entrenador italiano un d¨ªa antes: "?Venganza? No, Estambul fue otra cosa". Lo dicho. La estampa de Paolo Maldini alzando el s¨¦ptimo cetro europeo del Milan, en combinaci¨®n con el You'll never walk alone de los incombustibles hinchas ingleses, pusieron el broche final.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.