Gattuso, el gregario ladrador
El medio italiano ha dejado de ser una caricatura de s¨ª mismo para equilibrar al lujoso Milan
Ni siquiera un tipo curtido como Paul Scholes pod¨ªa intuir las secuelas de su error. El centrocampista del Manchester United conduc¨ªa la pelota mientras Kak¨¢ estaba lesionado en el suelo. El Milan masacraba al United con un 3-0, a un paso de la final de la Copa de Europa. Cuando por fin alguien envi¨® fuera el bal¨®n, Scholes inclin¨® la cabeza ante la amenazadora figura que se le acercaba con los pu?os apretados. Era Gennaro Gattuso, Ringhio, t¨¦rmino italiano traducible por gru?ido o ladrido. Gattuso se hab¨ªa merendado a Cristiano Ronaldo y San Siro se puso en pie para despedir a su infatigable jornalero. El estadio adora a Gattuso, operario que corre 13 kil¨®metros por partido y s¨ªmbolo del Milan campe¨®n de Europa.
San Siro adora a este operario incansable capaz de correr 13 kil¨®metros por partido
El estilo de Gattuso es una apolog¨ªa del vigor. Combina dos pies poco sensibles con un car¨¢cter tan volc¨¢nico como transparente: detr¨¢s de su agresiva m¨¢scara habita un jugador apasionado por su profesi¨®n y convertido en una celebridad. Desde hace unas semanas, los clientes de la prestigiosa librer¨ªa Rizzoli, a dos pasos del Duomo, pueden adquirir la autobiograf¨ªa de Gattuso, titulada Si uno nace cuadrado no muere redondo, y que el jugador califica con sorna como una obra fundamental de la literatura calabresa. El volumen narra con pasi¨®n futbolera y mucho humor c¨®mo Gattuso, natural de Corigliano Schiavonea, una peque?a localidad pesquera de Calabria, lleg¨® a proclamarse campe¨®n del mundo con Italia tras aprender los c¨®digos del f¨²tbol en las calles de su pueblo. El libro est¨¢ lleno de an¨¦cdotas que retratan el pensamiento Ringhio.
Gattuso era un desastre en la escuela y los profesores le permit¨ªan estar en clase mientras le¨ªa los peri¨®dicos deportivos. S¨®lo pensaba en el f¨²tbol. Su padre, hincha del Milan, se enfadaba porque su hijo decoraba su habitaci¨®n con fotos de Bagni, centrocampista del Inter. Gattuso lleg¨® al Perugia con 17 a?os: iba a entrenar en una Vespa. Y enseguida le fich¨® el Glasgow Rangers, atra¨ªdo por su nervio competitivo. "Soy un escoc¨¦s que por casualidad naci¨® en Calabria", dijo. El d¨ªa de su presentaci¨®n, Gattuso se preguntaba de qui¨¦n era la fotograf¨ªa de una mujer colgada por todos los rincones: "Es la Reina de Inglaterra", le contestaron.
En su primer derby ante el Celtic fue amonestado en el primer minuto y expulsado en el d¨¦cimo. Gascoigne fue su cicerone, gast¨¢ndole bromas como llenarle de heces los calcetines o falsificar una petici¨®n al club para duplicar sus clases de ingl¨¦s. Gattuso acab¨® siendo el ¨ªdolo de la afici¨®n hasta que en 1998, tras problemas con Dick Advocaat, fich¨® por la Salernitana. David Murray, el presidente del Rangers, le invit¨® a su casa para concretar el traspaso. All¨ª Gattuso se encontr¨® con dos invitados de lujo: Sean Connery y Catherine Zeta Jones. "Una escena de pel¨ªcula. Yo negociando un traspaso y 007 ofreci¨¦ndome t¨¦", dijo.
Tras casarse con una italiana, hija del due?o de su restaurante favorito en Glasgow, volv¨ªa a Italia. M¨¢s tarde lleg¨® al Milan y a la selecci¨®n. Silvio Berlusconi, por entonces presidente del gobierno, critic¨® al seleccionador Dino Zoff tras la final de la Eurocopa 2000 que Italia perdi¨® ante Francia: "Bastaba con poner a Gattuso sobre Zidane". Zoff dimiti¨®.
La noche antes de un partido importante, Gattuso lee unas cuantas p¨¢ginas de cl¨¢sicos como Doctor Zhivago: "No se entiende nada. Pero despu¨¦s de leer unos cap¨ªtulos en voz alta ya ni me acuerdo de qu¨¦ me generaba ansiedad". Ahora, el iletrado Gattuso ha escrito un libro. En ¨¦l incluye un dec¨¢logo de preceptos para todo milanista, como No discutir jam¨¢s los datos del Milan Lab y No decirle jam¨¢s a Berlusconi que jugaremos sin delanteros.
Hace tiempo que Gattuso dej¨® de ser una caricatura de s¨ª mismo para convertirse en la pieza que equilibra al lujoso Milan, el gregario perfecto. Mauro Tassotti, el ayudante de Ancelotti, le obligaba a ejecutar decenas de series de controles y pases propias del adiestramiento de un cadete. Como ¨¦l mismo reconoce, se trata de darle la pelota a aqu¨¦llos que, a diferencia de ¨¦l, no nacieron con los pies cuadrados.
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