El Getafe impone su experiencia
El Madrid, m¨¢s espeso que nunca, cae ante el equipo de Laudrup tras conceder un gol de parvulario a Uche mientras buena parte de sus jugadores festejaban un tanto anulado
Con el Bar?a en el retrovisor a s¨®lo dos puntos, el Madrid se mont¨® una fiesta fuera de lugar y el Getafe, parece mentira, pero mucho m¨¢s p¨ªcaro, se lo hizo pagar con creces. El caricaturesco gol de Uche retrat¨® al peor Madrid de la temporada, a un equipo que se ha destemplado justo cuando su gran rival azulgrana rema m¨¢s que nunca. Frente a un meritorio Getafe, al grupo de Schuster le falt¨® de todo: f¨²tbol, ocasiones y aplicaci¨®n. Hizo muy poco por revolcar a un rival m¨¢s preocupado por sus aventuras coperas, en Espa?a y en la Copa de la UEFA, pero entreg¨® la cuchara de forma parvularia.
Apenas se hab¨ªa cumplido una hora de partido, una cita tediosa como pocas, cuando un remate de Van Nistelrooy desviado por el Pato Abbondanzieri concluy¨® con un gol de Uche. De chiste. Los madridistas se alborotaron con serpentinas y confetis mientras cre¨ªan celebrar un tanto de Robben anulado mucho antes de que el holand¨¦s embocara por un fuera de juego previo de Ra¨²l. Estaban casi todos de juerga, sin prestar atenci¨®n ni a sus adversarios ni al asistente, cuando Belenguer puso la pelota en juego. Todo legal, todo en regla. Cuatro jugadores se plantaron ante Casillas con Guti como cierre madridista y Heinze por los alrededores. Los dem¨¢s a¨²n se besaban en corro en el ¨¢rea del Getafe. Un disparate. Una jugada impropia de un equipo profesional, m¨¢s a¨²n en un conjunto de tanto rango, con futbolistas de alcurnia, con jugadores cuajados la mayor¨ªa en mil batallas.
Al margen de la rocambolesca diana de Uche, desde el inicio, el Madrid mostr¨® su versi¨®n m¨¢s espesa, como si la nueva zancada azulgrana le hubiera hecho gripar. Hab¨ªa dado pistas en Almer¨ªa y frente al Betis, pero en Chamart¨ªn todos claudicaban ante su poder¨ªo. Ante el Getafe, el grupo de Schuster fue un equipo de fogueo, pesadote, falto de chispa. Nada que ver con aquel Madrid que ten¨ªa al Bar?a a nueve puntos, con aquel equipo tan exuberante en las dos ¨¢reas. El Getafe, pese a todos sus problemas, le sec¨®. Apenas le exigi¨® en ataque; el orden y el tes¨®n de toda su muchachada le bast¨® para frenar a su opulento vecino. El equipo de Laudrup, que se desgasta en tres torneos, no pudo alinear a De la Red y Granero, exiliados por orden de su club de origen (el Madrid), se le lesionaron los dos laterales derechos (Cort¨¦s y Mario) y a los 20 minutos los dos pivotes (Celestini y Casquero) ya estaban amonestados. El Madrid no sac¨® provecho de estas circunstancias. En realidad el experto fue el Getafe, que s¨ª exprimi¨® con piller¨ªa la parvularia actuaci¨®n de un pelot¨®n de madridistas en la jugada que deriv¨® en el gol de Uche.
Las peores se?ales del Madrid las emiti¨® Baptista, con demasiado protagonismo a la hora de tejer el juego local. Una mala noticia para el l¨ªder, porque el brasile?o no se distingue por su tacto con la pelota, y mucho menos por su imaginaci¨®n. Con Gago en la fontaner¨ªa, el Madrid, una vez m¨¢s, qued¨® a los pies de Guti. Una situaci¨®n nada novedosa, pero que deja al equipo en una situaci¨®n l¨ªmite, con un s¨®lo faro. Si Guti no le alcanza, todo pasa por la punter¨ªa de sus delanteros. Lo que no es poco, trat¨¢ndose de ilustres como Van Nistelrooy y Ra¨²l, pero tampoco los grandes tienen garantizado que el gol sea una foto fija.
En lo que va de temporada, el Madrid jam¨¢s hab¨ªa rematado tan poco. De hecho, de su mejor ocasi¨®n, un disparo de Van Nistelrooy que desvi¨® Abbondanzieri, lleg¨® precisamente el tanto del Getafe.
Cegado por el eje, el Madrid tampoco encontr¨® v¨ªas por los costados, asunto exclusivo de Robben, el ¨²nico extremo alineado. El holand¨¦s altern¨® sin ¨¦xito en las dos orillas, pero nunca result¨® trascendental para el Madrid, que termin¨® con Guti en la enfermer¨ªa y tan esquel¨¦tico como el propio Robben, desfondado f¨ªsicamente. Los malos partidos agotan m¨¢s de la cuenta. Y el del Madrid fue el m¨¢s deficiente en muchos meses. El equipo se ha roto en plena crecida del Bar?a. La Liga empieza de nuevo. El Madrid, que ya ha perdido m¨¢s partidos oficiales que la pasada temporada con Capelo, tirita, destemplado por su p¨¦simo inicio de a?o; el Bar?a llega desde atr¨¢s, con todo el plantel en orden de revista por primera vez en el curso y con una eliminatoria, en apariencia, menos exigente en la Liga de Campeones.
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