Jornada agridulce para la vela espa?ola

La segunda jornada de la competici¨®n de vela de los Juegos de Pek¨ªn que se disputa en Qingdao estuvo llena de altibajo en el rendimiento de los tres equipos espa?oles que salieron al agua, con grandes resultado y otros mediocres. El 49er, que debutaba en los Juegos con tres pruebas, dej¨® un sabor agridulce a la delegaci¨®n espa?ola. Vencieron con autoridad en la primera, cedieron hasta el d¨¦cimo puesto en la segunda y se hundieron en la ¨²ltima cuando el Comit¨¦ de Regatas, en una pol¨¦mica decisi¨®n, decidi¨® llevar el campo pr¨¢cticamente a la bocana del puerto y dejar el recorrido en la m¨ªnima expresi¨®n, en no m¨¢s all¨¢ de media milla.

La decisi¨®n, a la que seguro que no tiene nada que objetar la pareja italiana, que se impuso, levant¨® ampollas en muchos equipos, ya que la situaci¨®n del campo no fue la ideal por ser el lugar donde menos viento hab¨ªa en ese momento de todos los posibles. La excusa, los espectadores que se dieron cita en la marina de Qingdao, la realidad otra: la presencia de un pol¨ªtico de altos vuelos que quer¨ªa ver la evoluci¨®n de los veleros sin sufrir los inconvenientes de embarcarse.

La primera prueba de los 49er. fue pr¨¢cticamente una exhibici¨®n de Iker Mart¨ªnez y Xabier Fernandez. Tras doblar la primera baliza cuartos pronto dieron caza a los brit¨¢nicos Steve Morrison y Ben Rhodes a los que situaron a su popa, mientras que ellos se situaban a la estela de daneses e italianos a la espera de lanzar su ataque. Este se demor¨® hasta la ¨²ltima empopada, pero fue demoledor, traslucharon primero, encontraron el lado bueno y pasaron sin problemas a la pareja italiana Pietro y Gianfranco Sibello y a los daneses Jonas Warrer y Martin Ibsen, que hasta ese momento hab¨ªan controlado la prueba.

Cambio radical

En la segunda la situaci¨®n cambi¨® radicalmente, pues lo que hab¨ªa servido para la primera, no lo hizo por la segunda. La cosa ya no pint¨® bien desde el principio cuando la salida, desventados por el barco del Comit¨¦ de Regatas, la tomaron muy retrasados y finalizaron la primera ce?ida en el decimosexto lugar. Sin embargo, todo pareci¨® cambiar en la primera empopada, en que se olvidaron del centro del campo de regatas para tratar de navegar de trav¨¦s aprovechado el peso de Xabier. La t¨¢ctica no les fue mal, ya que pasaron por la siguiente boya novenos, mientras que tras la ce?ida se situaron octavos. Ah¨ª se acab¨® todo. La b¨²squeda de m¨¢s presi¨®n de viento por centro del campo de regatas no pareci¨® la decisi¨®n m¨¢s acertada, ya que por ah¨ª el viento se hizo el remol¨®n y los dej¨® sin velocidad, siendo sobrepasados por italianos y franceses antes de la llegada.

En la tercera lleg¨® el desastre. La falta de viento dej¨® a los espa?oles compuestos y sin velocidad, sin recursos a los que agarrarse. Se fueron por un lado y el viento, caprichoso, decidi¨® irse por otro. Decidieron arriesgar y se estrellaron, la verdad es que la diosa Fortuna se fue a comer y se olvid¨® de los hispanos.

Trujillo, tambi¨¦n irregular

Rafael Trujillo comenz¨® bien el d¨ªa. Su primera salida fue conservadora y aunque recuper¨® algo al llegar a la primera marca, s¨¦ptimo, todav¨ªa se encontraba lejos de los puestos de honor. Ah¨ª sac¨® todo lo que lleva dentro y en una gran remontada no tuvo piedad de sus enemigos a los que dej¨®, salvo al estadounidense Zach Railey, a su popa, incluido el brit¨¢nico Ben Ainslie. No se qued¨® contento, quer¨ªa la victoria y se lanz¨® a por ella. En cuanto pudo dej¨® atr¨¢s a Railey y al austr¨ªaco Daniel Birgmark, que se peg¨® a su popa. La lucha en la ¨²ltima empopada fue tremenda, ya que ninguno de los tres contendientes terminaba de despegarse del resto. Casi en la misma l¨ªnea de llegada Birgmark logr¨® hacerse con el triunfo con unos pocos cent¨ªmetros sobre Railey, mientras que Rafa se tuvo que conformar con la tercera posici¨®n a tan solo cuatro segundos, unos pocos metros, del vencedor.

La alegr¨ªa dur¨® poco, justo hasta el inicio de la siguiente regata, en la que Rafael Trujillo tropez¨® de nuevo, tal y como le ocurriera en su primera prueba. En esta ocasi¨®n el regatista gaditano se vio sorprendido por este caprichoso campo de regatas. Cuando esperaba un cambio en la direcci¨®n de unas de las corrientes que cruza la zona, esta no lo hizo, lo que le pill¨® en el lado malo y le hundi¨® en sus posibilidades de obtener en esta segunda prueba un resultado similar al primero. La clase es dominada por el estadounidense Zach Railey con cinco puntos de ventaja sobre el brit¨¢nico Ben Ainslie, al que le pesa el d¨¦cimo puesto de la primera manga, pero que se quitar¨¢ cuando llegue el descarte.

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