Nadal asciende al Olimpo
El tenista espa?ol arrolla al chileno Fernando Gonz¨¢lez (6-3, 7-6 y 6-3) y conquista el oro para rubricar una temporada de ensue?o
Al norte, situado entre las regiones de Tesalia y Macedonia, descansa el pico m¨¢s alto de Grecia. El monte Olimpo, referencia constante de la mitolog¨ªa griega, acoge en su cima las moradas de los dioses ol¨ªmpicos. All¨ª arriba, a 2.917 metros de altitud y entre escasa vegetaci¨®n, se asientan las mansiones de cristal de los h¨¦roes helenos, que a partir de ahora, compartir¨¢n su espacio con un nuevo inquilino, un aut¨¦ntico tit¨¢n: Rafa Nadal. El mallorqu¨ªn pulveriz¨® en la final de la cita ol¨ªmpica al chileno Fernando Gonz¨¢lez (6-3, 7-6 y 6-3) y conquist¨® la primera medalla de oro para el tenis espa?ol. Una nueva gesta de Nadal, que con este ¨¦xito redondea una temporada para enmarcar. Roland Garros, Wimbledon y el oro ol¨ªmpico. Una proeza al alcance de muy pocos; una haza?a propia de los ancestrales relatos griegos, acorde al n¨²mero uno.
El ¨²ltimo escollo en su ascensi¨®n al Olimpo estuvo representado por Fernando Gonz¨¢lez. El chileno, n¨²mero quince de la ATP y con estatus de estrella en su pa¨ªs, presume de tener la derecha m¨¢s poderosa y uno de los saques m¨¢s demoledores del circuito. Un estilo que no beneficia a Nadal, que pese a todo, comenz¨® el partido con una abrumadora superioridad. Defendi¨® con solvencia su servicio, desgast¨® al chileno con un doble break y sent¨® las bases de su victoria en un primer set sin apenas sobresaltos. Gonz¨¢lez respond¨ªa al dominio de Nadal con sus saques. Hasta cinco aces logr¨® el chileno, que sin embargo, no pudo hacer nada frente al juego de rev¨¦s y el despliegue f¨ªsico del tenista espa?ol.
En la segunda manga, Fernando Gonz¨¢lez se mostr¨® m¨¢s agresivo con su derecha y gener¨® m¨¢s problemas a Nadal. El chileno, m¨¢s entonado con su drive, se aferr¨® a sus actuaciones en los enfrentamientos previos contra el balear (tres victorias para cada uno) para nivelar el partido. Gonz¨¢lez busc¨® con insistencia las l¨ªneas, ahog¨® a Nadal con su golpeo desde el fondo de la pista e impuso su servicio. El encuentro baj¨® de ritmo y el espa?ol perdi¨® intensidad en su juego, aunque logr¨® resistir a las embestidas del tenista suramericano y condujo el set al tie break. Repuesto, plet¨®rico de fuerzas y consciente de la gran oportunidad, Nadal exhibi¨® su extenso repertorio de golpes y asest¨® una dentellada casi definitiva al partido adjudic¨¢ndose la segunda manga.
El partido entr¨® en una din¨¢mica muy favorable para Nadal en el ¨²ltimo set. Fernando Gonz¨¢lez, exhausto en el plano f¨ªsico y derrumbado en el psicol¨®gico, comenz¨® a perder la fe en la remontada y cometi¨® diversos errores no forzados. Ante esta tesitura, Nadal se movi¨® como pez en el agua. El mallorqu¨ªn sac¨® a relucir los passings que le han encumbrado a lo m¨¢s alto del tenis mundial y vapule¨® a un dign¨ªsimo rival. Pese al esfuerzo de Gonz¨¢lez por prolongar su agon¨ªa (salv¨® tres bolas de partido), Nadal min¨® la moral de su adversario con un gran tenis, un juego de autor, y lo tumb¨® cada vez que ofrec¨ªa un atisbo de levantamiento. El mallorqu¨ªn, experto en triturar las esperanzas de sus rivales (que se lo pregunten a Djokovic, o a Federer, o a tantos otros), culminaba su ascensi¨®n al Olimpo. Una escalada digna del n¨²mero uno.
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