El Madrid se alivia otro poco
El equipo de Schuster cumple su objetivo ante un BATE muy limitado
La buena actitud, la aptitud de Guti y Sneijder y la parvularia anarqu¨ªa del BATE clasificaron al Madrid para la siguiente ronda de la Champions. Un sedante para un equipo que vive tiempos de zozobra. En Minsk, se examinaba ante el clima y ante s¨ª mismo. Al BATE no le alcanza ni siquiera para estar en la oposici¨®n, por muchas alertas que se hayan disparado en Chamart¨ªn en el ¨²ltimo mes. Adem¨¢s, el grupo de Schuster le dej¨® sin predicado desde el primer suspiro. El cartel y la postal siberiana de la noche bielorrusa pod¨ªan contener al Madrid, que, tras el resultado de San Petesburgo, sab¨ªa que un triunfo le ahorrar¨ªa un tembleque ante el Zenit en la ¨²ltima jornada. Lo logr¨® con esfuerzo, tes¨®n y mando, lo que ya es meritorio para un equipo lleno de dudas que lleva un mes en el alambre. Por ahora, necesita el remedio de las victorias.
BATE 0 - REAL MADRID 0
Bate Veremko; Khagush, Kazantsev, Sosn¨®vski, Y¨²revich; Krivets, Volodk¨® (Sivakov, m.65), Likhtarovich (Skavysh, m.70), Stasevich (Nekhaychik, m.46); Blizniuk y Rodi¨®nov.
Real Madrid : Iker Casillas; Miguel Torres, Sergio Ramos, Pepe, Heinze; Sneijder, Gago, Guti (Van der Vaart, m.79); Drenthe, Ra¨²l (Javi Garc¨ªa, m.85) y Saviola (Bueno, m.89).
Gol : 0-1, m.7: Ra¨²l.
?rbitro : Terje Hauge (NOR). Mostr¨® cartulina amarilla a Sosn¨®vski (m.23), Blizniuk (m.75) y Khagush (m.89), por el Bate; y a Heinze (m.8) y Torres (m.43), por el Real Madrid.
Incidencias : partido correspondiente a la quinta jornada del Grupo H de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Dinamo de Minsk ante unos 25.000 espectadores.
En Bielorrusia, el Madrid parti¨® con una intensidad encomiable al comp¨¢s de Guti y Sneijder; con los centrales, Ramos y Pepe, empujando a sus compa?eros hacia la meta adversaria con la coronilla lejos de Casillas. Tan decidido sali¨®, tan bien articulado por sus dos centrocampistas m¨¢s brillantes, que, por una vez, Drenthe se llev¨® todos los primeros planos. Las dos primeras secuencias, para bien. Con la complacencia de un tal Khagush, el holand¨¦s, con todo el angular abierto, centr¨® raso para Saviola, que remat¨® mal. En la segunda intervenci¨®n de Drenthe, el argentino estuvo mucho peor. De su patada al viento se benefici¨® Ra¨²l, que suma y sigue en la Copa de Europa.
El tanto dio otra pista positiva del Madrid. No retrocedi¨® y pudo mantener su gobierno. Es lo que tiene alistar a dos centrales veloces y con la cintura a dieta. Futbolistas como Ramos y Pepe no temen citarse en un sprint con los delanteros contrarios. Nada que ver con Cannavaro o Heinze, que se protegen a s¨ª mismos en el claustro de Casilllas, donde se les ven menos las costuras. Al contrario de lo que ya era costumbre, con Ramos y Pepe como escoltas y pese a los nudos de Heinze en el lateral izquierdo, al Madrid le han hecho una ocasi¨®n clara en los dos ¨²ltimos partidos, la desaprovechada por Camu?as el pasado s¨¢bado con el Recre.
Con la defensa estirada se achica el campo y, sin espacios, el rival necesita mayor precisi¨®n ?imposible para el BATE? e interiores m¨¢s esculpidos para lo fino que lo grueso (Guti y Sneijder) se desgastan menos como barreneros. Ra¨²l, de ancla con sus medios, disloc¨® un poco m¨¢s a la zaga bielorrusa, puro fogueo. Es un equipo tan poca coral que ataca como quiere y se defiende como le da la gana. Sin Drenthe ni Saviola, la pujanza del Madrid se habr¨ªa multiplicado. Las lesiones han desnudado a una plantilla ya desequilibrada en su origen.
Que la instituci¨®n no hiciera los deberes en verano no ha alterado la pizarra de Schuster. El alem¨¢n no discute el sistema. Mantiene el 4-3-3. Es como le gusta vertebrar al equipo, tenga o no la peonada necesaria. As¨ª, se suceden los extremos ortop¨¦dicos: Van der Vaart, Higua¨ªn, Ra¨²l, Drenthe, Saviola... A estos dos ¨²ltimos les correspondieron las bandas en Minsk, por m¨¢s que para el argentino s¨®lo fuera un punto de partida hacia el ¨¢rea. Era el partido para Drenthe, m¨¢s habituado a pisar la raya y enfrentado a un lateral de trapo. Su optimista arranque se desvaneci¨® pronto. El holand¨¦s estuvo tan revoltoso como impreciso. No tiene tacto en el empeine y no es un regateador. Se le supone una etiqueta de velocista, lo que no pudo demostrar en una ventajista salida desde el c¨ªrculo central. El defensa le puso el lazo. Drenthe ten¨ªa a un palmo, completamente solo, a Saviola. Pero tampoco tiene vista. Uno y otro percutieron una y otra vez ante Veremko. Todas sin tino.
El Madrid, sin Van Nistelrooy, precisa rescatar una versi¨®n aceptable de Saviola, un fichaje de mucho vuelo en su d¨ªa al que le ha llegado su turno. Hace a?os que perdi¨® tarifa, mucho del desmedido cach¨¦ con el que lleg¨® a Espa?a fruto de las urgencias de Joan Gaspart en el Bar?a. No se revaloriz¨® fuera del Camp Nou y su llegada a Chamart¨ªn result¨® sorprendente. Salvo que lo hiciera como telonero, condici¨®n quea, a tenor de su aire deprimido, quiz¨¢ nunca haya querido interiorizar. En Minsk, su actuaci¨®n tuvo m¨¢s voltaje que las precedentes, pero sin acierto. Con sus carencias y el barbecho de Drenthe, el Madrid no pudo evitar cierta angustia hasta el final. Lo pudo remediar Ra¨²l: su zurdazo lo desvi¨® el meta al larguero. El equipo resisti¨® el ¨ªmpetu del BATE y se alivi¨® otro poco. Tiene muy dif¨ªcil el primer puesto ?debe ganar al Zenit y que el Juventus pierda con el Borisov?, pero en Bielorrusia super¨® otra etapa. Hoy, cualquier jornada resulta pirenaica para este Madrid, ya sea el Recre o el BATE. A la espera de remedios, si el club y Schuster los encuentran, al menos respira mejor.
Ra¨²l encabeza el ranking de jugadores del Madrid en lalistaWIP
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