Llorente rompe el tedio

Circula por Bilbao una campa?a que sugiere que Llorente no se entrene para evitar lesiones y que vaya a los partidos un cuarto de hora antes de que comiencen para que no se lesione, ni se enfr¨ªe ni se resbale en el calentamiento. La campa?a tiene su l¨®gica, gane como ayer el Athletic o pierda como tantas otras veces. Porque el Athletic, tenga enfrente a un depresivo Numancia, que tan entregado vino que no reaccion¨® ni con la derrota, o a un equipo en racha, juega siempre a lo mismo: a buscar la manera m¨¢s r¨¢pida de encontrar a un chico alto, rubio, de pelo rizado y anchas espaldas, y... ¨¦l ver¨¢. Dos veces lo encontr¨® ayer y el delantero riojano marc¨®, primero de cabeza, un gol cl¨¢sico, pero m¨¢s dif¨ªcil de lo que pareci¨® (remat¨® picado, corrigiendo hacia atr¨¢s su posici¨®n), y el segundo, de un derechazo tras una accidentada jugada que dej¨® a dos futbolistas por los suelos.

Haber, haber..., no hubo m¨¢s, Hubo una picard¨ªa inteligente de Yeste para sacar por sorpresa la falta del primer gol, un par de detallitos de Garmendia y Susaeta, de esos t¨¢cticos que desaletargan a la grada, y una tonter¨ªa final de Etxeita (y del ¨¢rbitro) que le conden¨® a la expulsi¨®n por doble amonestaci¨®n. Eso, el d¨ªa de su debut como titular. El Numancia se fue con el bloc de notas en blanco. Probablemente, ha sido el ¨²nico equipo en las ¨²ltimas cuatro temporadas que no se fue de San Mam¨¦s sin hacerle al Athletic una ocasi¨®n. Lo m¨¢s parecido a eso fue un u?azo de Barkero que oblig¨® a Iraizoz a echar cuerpo a tierra por dar importancia al asunto. Ni una sola vez m¨¢s fue exigido el portero rojiblanco, salvo en un minibombardeo de disparos a las tribunas. As¨ª que se dedic¨® a corretear por el ¨¢rea mientras el Numancia ni siquiera le miraba.

Descosido, sin pegada, sin autoestima, el Numancia brind¨® al Athletic el partido que quer¨ªa; sencillo, pl¨¢cido, poco exigente, sin lugar para la insurgencia. Uno de esos partidos en los que para ganar no hace falta jugar al f¨²tbol. Basta con acertar en dos chispazos y luego ir de aqu¨ª para all¨¢ mientras el rival va de all¨¢ para aqu¨ª. Y para eso est¨¢ Llorente, para no dejar pasar las ocasiones que se le presentan, a sabiendas de que por detr¨¢s la laguna es inmensa. En el primer gol cabece¨® entre tres defensas numantinos para desesperaci¨®n de Juan Pablo, que abronc¨® a sus compa?eros. Si alguien no puede pasar inadvertido para la defensa rival es Llorente, sobre todo cuando sabes que, si desactivas esa bomba, la guerra del Athletic es imposible. Pasa de ej¨¦rcito a organizaci¨®n pacifista. Su m¨¦rito tuvo, no obstante, la picard¨ªa de Yeste o el buen centro de Susaeta. Y m¨¦rito tuvo la valent¨ªa de Javi Mart¨ªnez para jugarse la pierna en un choque con el defensa, que le tir¨® por los suelos, en el segundo. Pero todo era fr¨ªo. Hasta la luz artificial parec¨ªa que no alumbraba.

En plena frialdad ambiental y gelidez futbol¨ªstica, lo m¨¢s emotivo fue ver por primera vez en mucho tiempo un partido de Primera Divisi¨®n entre dos equipos sin extranjeros. No era ni m¨¢s importante ni m¨¢s interesante. Pero la verdad es que no supieron reivindicar la diferencia. Lo hicieron mejor los ni?os del Congo que cantan el himno del Athletic, ayer reproducido en el videomarcador.