Aguirre se cae del Atl¨¦tico
La entidad rojiblanca elige a Abel Resino como nuevo t¨¦cnico para salvar la crisis de resultados que arrastra desde principios de a?o
La ley de los resultados ha dictado sentencia a Javier Aguirre. El entrenador mexicano ya no dirigir¨¢ m¨¢s al Atl¨¦tico de Madrid, el peor equipo de la Liga estad¨ªsticamente (ning¨²n otro ha sumado tan pocos puntos en los cinco partidos del nuevo a?o). Abel Resino coger¨¢ las riendas del cuadro desde ahora hasta final de temporada. La s¨¦ptima derrota del equipo, esta vez ante el Valladolid, otro de los inscritos a fuego en la lista de los menos eficientes, provoc¨® el estallido del Calder¨®n y Aguirre, que caminaba sobre el alambre desde hac¨ªa un mes, cay¨® al foso. No faltaban razones. El equipo sorprendente que hasta Navidad deleitaba a base de goles y buen juego hab¨ªa perdido el alma y el rumbo, y navegaba sin m¨¢s destino que la zona media de la tabla. Ahora, Resino viene como un salvavidas para una afici¨®n cansada cuya c¨®lera crece cada fin de semana.
El Atl¨¦tico tiene una brecha abierta y todos se miran sin saber qu¨¦ hacer para repararla. Faltaban mensajes claros, y las palabras del presidente, que hasta el mes pasado sosten¨ªa que la presencia del entrenador al frente del banquillo era incuestionable, han pasado al olvido. Aguirre exim¨ªa de culpa a la plantilla, pero los goles se marcan dentro del campo, y por encajar demasiados el mexicano ya est¨¢ fuera. El ¨²ltimo de ellos lleg¨® con pol¨¦mica, pero se dio como v¨¢lido y signific¨® una nueva derrota para los rojiblancos. As¨ª, con la cabeza baja, se escap¨® la sexta plaza, que pasa a ser del Deportivo y se dec¨ªa adi¨®s a los puestos de Europa. La afici¨®n dijo no.
Ni siquiera el 'Kun' Ag¨¹ero, estandarte y gu¨ªa de los colchoneros, pudo salvar la cara. El argentino est¨¢ estancado, quiz¨¢ contagiado por el curso de un Atl¨¦tico bipolar capaz de firmar una goleada un domingo y perder estrepitosamente siete d¨ªas m¨¢s tarde. Cada semana, el equipo se resigna en defensa y se encomienda a la efectividad de sus atacantes, y si ¨¦stos fallan, cualquier equipo, ya sea grande o modesto, reduce su potencial casi a la nada, y la derrota es cuesti¨®n de tiempo. Tal panorama se ha repetido tanto que parece que los rivales llegan con la lecci¨®n aprendida. Desde principios de a?o, el Atl¨¦tico suma dos empates y cinco derrotas, dos de ellas en Copa del Rey, competici¨®n de la que ya est¨¢n eliminados.
Hasta el ¨²ltimo momento, Aguirre no se ha cansado de repetir que la plantilla no tiene la culpa, y de tanto recordarlo la hinchada rojiblanca lo ha tomado al pie de la letra. El pasado domingo no se responsabiliz¨® al equipo de la derrota ante el Valladolid. Se se?al¨® con descaro al banquillo y a la presidencia, y Aguirre capt¨® el mensaje. "Hemos tocado fondo", sentenci¨® esperanzado en la que ser¨ªa su ¨²ltima rueda de prensa al frente del equipo. El mexicano contemplaba el panorama de una forma distinta. No consideraba la dimisi¨®n, cre¨ªa en el cambio, pero no daba m¨¢s receta que reencontrar el camino. ?C¨®mo hacerlo? No lleg¨® a decirlo, pero estaba seguro de voltear la situaci¨®n.
As¨ª, a la directiva le toc¨® tomar decisiones. La maquinaria se puso en marcha al d¨ªa siguiente. Buscaron entrenador con capacidad e imagen a la altura de la historia atl¨¦tica, y encontraron a Abel Resino (Toledo, 1960). Primero fue portero, despu¨¦s preparador f¨ªsico de guardametas y secretario t¨¦cnico y, finalmente, segundo entrenador con C¨¦sar Ferrando como principal. Hasta ahora, el meta imbatido durante 1.275 minutos en la temporada 1990-1991 controlaba el banquillo del Castell¨®n, sexto en la Liga BBVA a dos puntos del ascenso. Escuch¨® la llamada del Atl¨¦tico y hoy regresa al club donde triunf¨® para devolverle la identidad perdida.
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