Brasil sonroja a Italia

A Brasil le sobr¨® el delantero centro -Adriano, una losa- para sonrojar a una Italia desastrosa en la defensa. Ronaldinho, Robinho y Elano, desde la media punta, bailaron sobre las piernas cansadas de Cannavaro y Legrottaglie. Dunga se tom¨® el amistoso como una final. Y as¨ª puso fin a los 31 partidos invicto de Lippi al frente de la azzurra. El seleccionador italiano dijo que quer¨ªa observar c¨®mo iba la progresi¨®n de los j¨®venes y el esp¨ªritu de los viejos campeones. Pues bien, los j¨®venes (Montolivo y Pepe), ni p¨ªo; y los campeones, ni sombra. Otra cosa fue Rossi, el delantero del Villarreal, que inyect¨® alegr¨ªa en el ataque en el segundo tiempo. En un mensaje inequ¨ªvoco a su entrenador: Italia necesita una renovaci¨®n.

Al final de la primera parte, Cannavaro se intercambi¨® la camiseta con Robinho despu¨¦s de que el escurridizo atacante hubiese marcado uno de esos goles tan personales y tan humillantes para los defensores. Le rob¨® la cartera a Pirlo en la corona del ¨¢rea y despu¨¦s, cuando le vinieron a tapar Zambrotta y Legrottaglie, dibuj¨® un sinf¨ªn de bicicletas hasta encontrar el agujero justo por el que disparar con la zurda.

El cuerpo ya no le acompa?a a Ronaldinho, pero la imaginaci¨®n s¨ª. Y ayer, en un escenario tan noble como el estadio Emirates y frente a un rival tan distinguido, ten¨ªa ganas de exhibirse. Y de mostrar que sigue siendo un malabarista. Que esa habilidad sea ¨²til o no para el equipo depende. Ayer lo fue en el arranque del primer gol de Elano, una delicia combinada entre los dos compa?eros del City: Robinho y Elano.

Dunga se jugaba el bigote ?Scolari ya piensa en volver a la sele?ao y no hizo ning¨²n cambio en el descanso. Lippi, en cambio, s¨ª: cuatro de golpe, lo que sirvi¨® para equilibrar el duelo. Los azzurri jugaron con mucha m¨¢s tensi¨®n y Grosso atiz¨® sin piedad a Ronaldinho. Pero entonces emergi¨® el portero Julio C¨¦sar para parar a Toni. No s¨®lo eso: a Dunga le sobraba dinamita en el banquillo. Entr¨® Alves y apenas le dio unos minutillos a la estrella que viene, Pato. Prefiri¨® seguir con la losa de Adriano.