Los cinco mejores momentos del partido All Star
1. 1992. Orlando. ?Viva Magic!. Pocas veces el baloncesto tuvo una carga social tan grande, hasta convertir un encuentro en todo un acontecimiento mundial. ?El motivo?. Magic Johnson, la eterna sonrisa, uno de los jugadores que m¨¢s nos ha hecho disfrutar de este deporte, volv¨ªa a jugar. As¨ª dicho no parece nada del otro mundo. Pero es que tres meses antes, en una conferencia de prensa que abri¨® los informativos de todo el mundo, hab¨ªa declarado estar infectado con el virus VIH. Magic ten¨ªa SIDA y se retiraba. Era dif¨ªcil imaginarse la NBA sin su dentadura m¨¢s fotografiada. Pero los aficionados no se rindieron. Con sus votos provocaron su presencia en el quinteto titular del Oeste. ?Qu¨¦ fuerte! En medio de una gran pol¨¦mica sobre los posibles riesgos de infecci¨®n, Johnson se present¨® en Orlando como si nada hubiese pasado. En medio de una expectaci¨®n sin precedentes, hizo lo mismo que hab¨ªa hecho desde que lleg¨® a la NBA en el a?o 1979. Emocionarnos, hacernos reir, dejarnos alucinados con su inconfundible y m¨¢gico estilo. 25 puntos, 9 asistencias y lo que es m¨¢s importante, el cari?o de todos. El MVP fue incontestable, y s¨®lo por ¨¦l y lo que significaba, este All Star pas¨® definitivamente a la historia
2. Jordan vs Kobe. 1998. Nueva York. Michael Jordan es el rey absoluto de la NBA. Su leyenda parece no tener fin. Cuando en 1994 sorprendi¨® a todos anunciando su retirada despu¨¦s de encadenar 3 anillos consecutivos con los Bulls para intentar hacer carrera en el beisbol, el baloncesto se puso de luto. Dur¨® a?o y medio, y volvi¨® como una furia. Gan¨® el t¨ªtulo del 96 y 97, ¨¦ste con un record en temporada regular que durar¨¢ una eternidad por su excepcionalidad (72-10) y el tercero estaba al caer. Nadie le hac¨ªa sombra. ?Nadie?. En las filas del Oeste se presentaba por primera vez un tal Kobe Bryant. 19 a?os, hab¨ªa saltado a la NBA sin pasar por la universidad para recalar en los Lakers. Ya se le empezaba a apuntar como el sucesor de Jordan, pero no era el primero al que se le hab¨ªa etiquetado con esta pesada carga. A Bryant no le temblaron las piernas y r¨¢pidamente se vi¨® que quer¨ªa jugar un partido individual con el rey. Nada le complac¨ªa m¨¢s a Jordan, que tambi¨¦n se lo tom¨® como algo personal. Lo que se vio fue un duelo entre el presente y el futuro. Gan¨® Jordan, MVP del partido con 23 puntos, pero Kobe estuvo a la altura del m¨¢s grande. Toda una premonici¨®n
3. El inicio de una rivalidad. 1985. Indianapolis. 43.146 espectadores. 140-129 para el Oeste y Ralph Sampson, componente de las torres gemelas de Houston junto a Olajuwon, es el MVP. Pero lo noticiable no est¨¢ en eso. Aparece por primera vez en un All Star Michael Jordan, con toda la parafernaria medi¨¢tica que le apuntaba como el futuro dominador de una competici¨®n donde mandaban Magic y Larry Bird. A pesar de la expectaci¨®n, Jordan no hace casi nada. Siete puntitos escasos. El base titular del Este era Isaiah Thomas, de los Pistons. Cuentan las malas lenguas y alguna de las buenas que Thomas y Magic se confabularon para que Jordan no les robase los focos. O as¨ª lo crey¨® el gran Michael. A Magic se lo perdon¨®, pero no as¨ª a Thomas, con el que inici¨® una rivalidad encarnizada en lo deportivo y tambi¨¦n en lo personal. Las batallas entre los Pistons y los Bulls a finales de los 80 y principios de los 90 no hicieron sino acrecentarla. 7 a?os despu¨¦s de este deb¨² en el All Star, Jordan (o eso cuentan) se tom¨® la revancha siendo decisiva su opini¨®n para que Thomas no formase parte del mejor equipo de la historia del baloncesto. El Dream Team de Barcelona 92.
4. Julius for ever. 1983. Los Angeles. La NBA sigue creciendo como competici¨®n e impacto mundial. La rivalidad entre Magic Johnson y Larry Bird, unida a la presencia de grandes leyendas como Julius Earving o Kareem Abdul Jabbar, m¨¢s la ya anunciada llegada para el a?o siguente de Michael Jordan disparan la popularidad de la liga. El All Star se juega en el Forum, donde un a?o despu¨¦s unos espa?olitos pondr¨ªan una pica, y quien dice una pica, dice una medalla de plata. Todo parece apuntar hacia un partido de exhibici¨®n de la pareja local. De hecho ambos est¨¢n en su l¨ªnea. Kareem hace 20 puntos con su incomparable e imparable gancho y Magic reparte asistencias sin parar hasta las 16. Pero ni ninguno de los dos gana el MVP ni el Oeste gana. La culpa la tiene Julius Erving, probablemente el jugador m¨¢s elegante que se ha visto en una cancha de baloncesto. Julius fue de lo primero que vimos en Espa?a y representaba a la perfecci¨®n un mundo inaccesible. El de los vuelos sin motor, rectificados imposibles y canastas de poster. Erving se sali¨® con 25 puntos y el MVP, anticipo de lo que har¨ªa 3 meses despu¨¦s con los Sixers. Ganar su primer y ¨²nico anillo.
5. La pareja perfecta. 2000. Oakland. Por tercera vez en la historia, el MVP es compartido. Primero fue 1959, ganado por Elgin Baylor y Bob Pettit. Luego ocurri¨® en 1993, galard¨®n que compartieron una de las mejores parejas del baloncesto moderno, la que formaron durante tantos a?os John Stockton y Karl Malone. En aquel a?o y gracias a la victoria del Oeste por 137-126, se lo llevaron a casa Shaquille O?Neal y Tim Duncan. Casi nada. La fuerza y la habilidad. El m¨²sculo y la inteligencia. Dos dominadores del aro, dos jugadores referencia de dos dinast¨ªas ganadoras. Entre los dos se podr¨ªa formar el pivot perfecto. Juntos en el mismo equipo, se convirtieron en una fuerza imparable. 22 puntos y 9 rebotes para Shaq. 24 y 14 para Duncan. El Este no tuvo nada que hacer ante tanta mezcla de m¨²sculo y talento. Y por si acaso por all¨ª andaba para echarles una mano un tal Kevin Garnett, superlativo atleta machacador de aros. Con una pareja as¨ª de pivots, juego en la NBA hasta yo.
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