Guti marca la diferencia

Apareci¨® Guti, se enchuf¨® el Madrid y se fundieron los plomos de Montju?c. As¨ª de f¨¢cil result¨® el triunfo blanco en el feudo del Espanyol. Los cambios decidieron un partido que ten¨ªa un tono miserable por la escasez de juego. Excesivamente confiados, los blanquiazules se dejaron enredar cuando el encuentro estaba de su parte por el desinter¨¦s del rival, sin reparar en que su triunfo en el Camp Nou para nada garantizaba su ¨¦xito ante el Madrid. Tom¨® Guti la pelota en un libre directo y la puso en la red con la complicidad de Kameni. Nada nuevo en el Estadio Ol¨ªmpico.

Abatido el Espanyol, Ra¨²l dej¨® su tanto de rigor para sellar la d¨¦cima victoria consecutiva del Madrid, tantas como lleg¨® a contar el Barcelona, que hoy afronta el choque del Manzanares con cuatro puntos de ventaja cuando hace tres partidos era de 12. Intimida el Madrid por la sencillez como resuelve sus partidos de Liga. La derrota con el Liverpool no alter¨® para nadasu rutina en el campeonato espa?ol. Asegurado el empate a cero, apel¨® a la cordura para ir a por la victoria con un ejercicio de m¨ªnimos, nunca exigido por un rival destensado y finalmente inanimado, nada que ver con su despliegue enfebrecido en el Camp Nou.

Recuperado Lo Pelat, el Espanyol parec¨ªa haber dado con un plan de juego y recuperado el optimismo indispensable para combatir desde la cola a adversarios del tonelaje de Bar?a o Madrid. El equipo se aprieta mejor en defensa, cierra y roba la pelota en la media y arma r¨¢pidas transiciones a partir del pase de De la Pe?a y las entradas por la bandaizquierda de Nen¨¦. Le falta el mejor Tamudo para poner el punto y final a su f¨²tbol. A cambio cuenta con Iv¨¢n Alonso, un ariete que funciona como defensa. No tiene munici¨®n suficiente para gobernar los encuentros m¨¢s dif¨ªciles.

Al Madrid le llev¨® un rato descifrar el juego de Lo Pelat, un jugador excitante, siemprerevolucionario, decisivo para que el partido tenga ritmo. ?nicamente reaccion¨® cuando Ra¨²l se ofreci¨® como ayudante de Lass, demasiado exigido por la ausencia de Gago. Repleto de delanteros, al equipo de Juande Ramos le faltaba juego en la medular, porque la presencia de Sneijder en detrimento de Guti descompensaba la formaci¨®n blanca y part¨ªa al plantel de mala manera. A Juande Ramos le debi¨® escocer perder la partida de ajedrez del mi¨¦rcoles contra Ben¨ªtez y ayer propon¨ªa un encuentro abierto, por no decir an¨¢rquico, convencido de que su plantel saldr¨ªa ganador del intercambio de golpes.

Jugaba Robben, ubicado inicialmente como volante derecho, y suyo fue el ¨²nico tiro entre los tres palos antes de alcanzar el descanso. El f¨²tbol del Madrid no ten¨ªa ninguna continuidad. Giraba alrededor de Ra¨²l, convertido definitivamente en centrocampista, circunstancia decisiva para entender el equilibrio en la divisoria y tambi¨¦nla falta de ocasiones en las dos porter¨ªas. El Espanyol se desbrav¨® muypronto y el Madrid, falto de simetr¨ªa, especul¨® en exceso, incomodado adem¨¢s por la tarjeta amarilla que tom¨® Pepe y que le impedir¨¢ jugar el derby del pr¨®ximo s¨¢bado.

El partido reclamaba un agitador por parte del Madrid, un jugador como Guti, de la misma manera que el Espanyol procuraba hacer el menor ruido posible para no despertar al rival. Juande , sin embargo,se dio un tiempo porque entend¨ªa que si la resoluci¨®n del choque quedaba a expensas de un detalle o un , por no decir,error, su equipo ten¨ªa todas las de ganar. Los blanquiazules asumieron la situaci¨®n y aceptaron el riesgo de rifarse el partido a una jugada. No atac¨® el Madrid como el Bar?a, y al Espanyol no le interes¨® perder el sitio la cancha.

Ning¨²n delantero del Madrid entr¨® en juego y los jugadores de la segunda l¨ªnea del Espanyol no alcanzaron el ¨¢rea. No le qued¨® m¨¢s remedio a Juande que recurrir finalmentea Marcelo y Guti para abrir el campo y apretar al contrario con una alineaci¨®n m¨¢s racional, ambiciosa y futbolera. Aunque la respuesta de Pochettino fue igualmente valiente cuando apost¨® por Tamudo, el gol cay¨® como estaba escrito del lado visitante a la salida de un libre directo de Guti mal defendido por Kameni. A Guti le bast¨® con una falta y a Ra¨²l con un tiro para marcar las diferencias mientras Lass cerr¨® su campo a las penetraciones del Espanyol. Los blanquiazules no le hicieron ni cosquillas a los madridistas, cuyo m¨¦rito fue no cometer ni un solo error.